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Jean-Frederic Dufour, nuevo Presidente Ejecutivo de Rolex

Por fin se ha confirmado el rumor que llevaba runruneando en los mentideros del sector durante los últimos días: Jean-Frederic Dufour es el nuevo Presidente Ejecutivo de Rolex

Jean-Frederic-Dufour-Rolex

Ha sido la noticia de la semana. Después de rumores infinitos al final un comunicado de Rolex (si se le puede llamar comunicado a una sola línea escrita) confirmaba que Jean-Frederic Dufour, actual y exitoso director de Zenith, se va a convertir en el nuevo Presidente Ejecutivo de la casa de la corona.

Jean-Frederic Dufour entró en Zenith, recomendado por el omnipresente Jean Claude Biver (Hublot), en 2009. Desde entonces ha dado la vuelta a la compañía, que por entonces zozobraba en un mar en el que hace falta un rumbo claro para llegar a buen puerto. Ahora Zenith es seguramente la mejor marca del grupo LVMH, relojeramente hablando (las otras marcas del conglomerado del lujo son TAG, Hublot, Bvlgari y Chaumet). Y eso gracias a la labor de este hombre callado, que parece no sentirse muy cómodo en la parte de marketing social que tiene el mundo de la relojería.

Yo le conocí hace un par de años y la verdad es que me habla más mi Windows Phone que él. Normal con alguien al que acaba de conocer, cierto, pero estaba con personas con las que había estado a menudo (algunos incluso conviviendo con él dos días para un reportaje de una revista) y ni siquiera así se prodigaba mucho.

Seguramente por eso se ha fijado Rolex en él. La empresa con el perfil más silencioso del mundo (es prácticamente imposible arrancar dos palabras seguidas a Rolex -y ninguna de más de dos sílabas) le interesa una cara visible con los mismos decibelios.

Será interesante saber qué influencia tendrá Dufour en la heredera de los Wilsdorf. Al fin y al cabo su cargo es ejecutivo, lo que quiere decir que debería tener algo que decir en diseños, colecciones, caminos a seguir. Con un presupuesto que pasa de los aproximadamente 200 millones de francos suizos de Zenith a los (estimados) 3.000 de Rolex.

Estructura monolítica controlada por inversores, grandes presupuestos y el silencio como primera regla frente a un nuevo presidente callado pero acostumbrado a tomar decisiones que cambian el rumbo de aquello que dirige.

Buena suerte, y estaremos atentos.