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JEANRICHARD se viste de otoño con el nuevo 1681

Un nuevo modelo de JeanRichard 1881, con calibre de manufactura y una presencia elegante y discreta, pero con marcada personalidad

JEANRICHARD 1681 pvd

Pocas cosas hay tan racionales, con tan poco margen para las ensoñaciones, como las mecánicas para marcar las horas y minutos. Irónicamente la búsqueda científica por la exactitud nos seduce sin embargo por las emociones que nos provoca ver los guardatiempos sobre nuestra muñeca. Como siempre digo «miro el reloj, no la hora». Esto lo saben muy bien en JEANRICHARD, donde los relojes no tienen nombres (salvo los genéricos de las colecciones) sino colores o acabados.

Esto, que es en sí arriesgado porque obliga al cliente a «describir» el producto cuando va a buscarlo («quiero ese Terrascope fabricado en dos colores«), significa también que su pretendiente lo defina por los rasgos que le han seducido, despojándolo así de la rigidez de los nombres comerciales o especificaciones técnicas y haciéndolo más suyo. Un riesgo, pero también una oportunidad que además entronca con la filosofía de la marca: «no sólo un reloj sino un estado de ánimo».

Y es al otoño que se acerca a lo que apela el nuevo 1681, con su recubrimiento en PVD color castaño. Abramos un paréntesis para aclarar que1681 fue el año en el que Daniel Jeanrichard fabricó su primer reloj. Por cierto que, aunque la figura de Daniel resultó capital -si no en el nacimiento, sí en la cimentación de lo que ha llegado a ser la industria relojería suiza-, los datos históricos sobre su vida son escasos. Sin embargo Le Locle no olvida a quizá su figura más importante, al que dedicó una estatua en el centro de la ciudad en la que se le puede ver consultando un reloj. Además Luigi Macaluso, que adquirió la empresa en  1986, construyó  en 2004 el Museo de Máquinas y Herramientas de Relojería Jeanrichard, que contribuye a mantener vivo su legado (y que sólo se puede visitar con cita previa, o sea que nada de plantarse allí inopinadamente).

Tras este inciso histórico-turístico, digamos que dentro de la caja -que comparte diámetro de 44 mm con la del Terrascope pero es 1 mm más corta- aparece, como en todos los modelos 1681, el calibre automático de manufactura JR 1000, que se desarrolló antes de la reorganización de la compañía y que se limita a esta colección, imagino que para abaratar precios (la caja de tres partes debe ser de por sí cara de fabricar).

JEANRICHARD 1681 PVD marrón detalle

Hablamos por tanto de un reloj singular, que por tamaño excede los estándares de los «relojes de vestir» pero que sin embargo tiene un atractivo innegable, con manecillas y corona más refinadas que las de sus hermanos Terrascope, Aquascope y Aeroscope. Sin embargo se incluyen numerales de grafía moderna y se puede vestir con una correa de caucho (además de la ya existente correa de cuero Barenia®, la piel mundialmente conocida y fabricada por Tannerie Haas en Francia).

En resumen: un reloj destinado a gente joven que sabe de relojería pero que quiere algo distinto y distintivo. Su precio: 6.200 Euros. Y los detalles técnicos, aquí.

El siguiente vídeo no es específico de este modelo, pero sí de la colección 1681.

1681 otoñal