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Las novedades Pre-Basel del Grupo Swatch

La nueva edición de BaselWorld está ya calentando motores, y todas las marcas dejan ver (a veces sólo entrever, como pasó con el nuevo reloj de Christophe Claret) los modelos que presentarán en el megalomaníaco evento. El grupo Swatch tiene lógicamente una gran presencia, y ya podemos adelantar alguna de las novedades.

Breguet Classique Tourbillon

La decana de las marcas del grupo presenta una actualización del modelo presentado el año pasado, vistiéndolo de platino. Desde el punto de vista técnico destaca el tourbillon, que en esta versión alza tan solo 3 mm (la caja mide sólo 7 mm de altura). Breguet entra así de pleno en la batalla que se ha desatado este año por tener los guardatiempos más delgados. De por sí este tourbillon es de los más delgados del mundo: sólo 0.003 mm mayor que el UTTE de Arnold & Sons, pero Breguet incluye además indicador de reserva de marcha, lo que aumenta su mérito. Tanto el escape como la espiral son de silicio.

A pesar de su delgadez y tener que alimentar el tourbillon, este Classique ofrece una más que respetable reserva de marcha de 90 días, con un rotor bidireccional que se ha colocado en la periferia del calibre (también utilizado por Jaeger-LeCoultre en su repetidor de minutos).

La estética de la pieza es muy Breguet: Estampado en relieve para la zona horaria, rodeada por un motivo grano de cebada, chevrons rectos en la zona de la reserva de marcha y un guilloché enmarcando toda la esfera. La caja es de 42 mm.

Un último detalle: el puente del tourbillon no tiene un rubí, sino un zafiro azul, que se integra perfectamente con el platino.

Glashütte PanoMaticlnverse

El nombre ya lo dice: Inverse. En 2008 Glashütte Original presentó el Pano Inverse, con el que quería dar (darse) un homenaje a la esencia de la marca: el calibre. Así, convirtió el reveso del reloj en la esfera.

Con su característica configuración de tres cuartos se puede admirar el doble cuello de cisne que distingue a la casa sajona.

Sobre la decoración Côtes de Genève aparecen, descentradas, las esferas de horas y minutos y el pequeño segundero. A la 1, la gran fecha tradicional de Gutkaes.

A diferencia del modelo de 2008, este PanoMatic Inverse (cuya ficha completa es esta) integra un calibre automático; de ahí su nombre, claro. La decoración es la misma que la esfera para dar sensación de continuidad. Esto era así en 2008, pero ahora el ostentoso rotor, con una doble G (una de ellas invertida, por si no había quedado remarcado el concepto), se come el efecto.

La caja es de 42 mm, en dos versiones: oro rojo y acero. En la de oro los índices son dorados y las manecillas azules, mientras que en la de acero tanto índices como manecillas son azules. Todo un placer estético el que nos propone Glashütte Original.

Blancpain Villeret 2014

Yo siempre he pensado que a Blancpain no se le reconoce todo el mérito que tiene. La sombra de Breguet es alargada, y la idea de que la mayor elegancia y los mejores relojes los hacen ellos ensombrece de alguna forma todo lo que Blancpain tiene por ofrecer, que es mucho.

La casa originaria de Villeret (ahora comparte hogar con Audermars PIguet en Le Brassus) tiene una don especial para hacer relojes elegantes en la simplicidad, y también en la complicación. Se me viene a la cabeza el Calendario Chino Tradicional, un ejemplo de cómo hacer algo complicado con una perfecta ejecución.

Pues bien, en Basilea nos van a enseñar esta nueva muestra de elegancia. La caja de oro rojo alberga una esfera realizada con esmalte Gran Fuego levemente abombada (lo que hace más delicado el proceso, ya que después de cada horneado hay que retocarla a mano). El esmalte da una mejor acabado que el lacado -más barato-, resaltando en este caso las líneas puras de la esfera.

Sobre ese fondo me gusta particularmente cómo se han aplicado los numerales romanos, una delicadeza que ya había aparecido en otros modelos de la colección Villeret y que aquí, gracias a la brillantez que nace del Grand Feu, luce en todo su esplendor. Las manecillas con forma de hoja terminan por completar el cuadro de la elegancia.

Además, en contra de lo que suele ser habitual en los relojes «de vestir», el diámetro de la caja es de 42 mm, en vez de los tradicionales 38 ó 39. Por eso es una buena idea haber incluido la fecha, para evitar la monotonía que puede provocar una esfera grande y vacía.

Por último, Blancpain estrena el calibre de manufactura 1335; supongo que es una evolución del 1315 que usa para el Fifty Fathoms, y que pasa de 5 a 8 días de reserva de marcha. Y le da la bienvenida decorándolo de manera notable; particularmente el rotor, que impone la trama de nido de abeja. Un gran reloj, que estoy deseando ver en la feria.

ACTUALIZACIÓN: El nombre definitivo, según comunica hoy la marca (26 de marzo) es Villeret 8 Jours. Y esta es la ficha técnica.

Pero hay más, después del salto.

 Longines Column-Wheel Single Push-Piece Chronograph

Este modelo no es del todo nuevo, ya que se presentó en Baselworld hace ahora 2 años (en su momento lo filmé para Tiempo de Relojes) . La diferencia con el modelo de entonces es que aquel era absolutamente fiel al modelo original de 1913, con unas asas móviles muy logradas para completar el aire retro.

Este año Longines lo presenta con asas «normales», que aportan solidez al conjunto pero le restan encanto . Aún así la esfera es tan cautivadora que difícilmente te paras a juzgar las asas. Este cronógrafo tiene poco que ver con las habituales propuestas asociadas a los medidores de tiempos (velocidad, tensión, premura…). Muy al contrario, los numerales, las amplias subesferas y las manecillas azules dan una sensación de reloj de vestir, no deportivo.  Por supuesto que sea monopulsador ayuda, ya que limpia la caja redondeada de aditamentos y permite disfrutar de su curvatura añeja.

El calibre que lo mueve sigue siendo el L788, creado por ETA expresamente para Longines. Da gusto verlo. Esta es la Ficha Técnica. 

Afortunadamente Longines no ha renunciado todo a la practicidad, y ha mantenido una versión retro en acero con asas móviles. Los numerales pasan a ser romanos. Ninguna de las versiones es limitada, una prueba más del éxito del modelo.

 

OMEGA Speedmaster Mark II

Mark II fue una de las conjugaciones de el-reloj-que-fue-a-la-luna, del mismo año que se dio un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad. En aquel entonces el Mark II equipó el mismo calibre 861 que el Moonwatch.

Ahora OMEGA lo reedita porque, ¿quién se puede resistir a un Speedmaster con las formas cool que fueron adoptando las cajas? Esta tiene una forma de barril (suena mejor tonneau ¿verdad?)  que añade presencia al redondo habitual del reloj.

La esfera tiene la disposición tradicional del Speedmaster, pero ha incluido la fecha. A la excelente legibilidad hay que añadir una escala taquimétrica transparente en el bisel, iluminada desde dentro por un aro de SuperLuminova.

El calibre en este caso es  el 3330 Co-Axial, un movimiento de armado  manual con espiral Si14 de silicio y mecanismo de cronógrafo de rueda de pilares. Quizá los puristas se lleven las manos a la cabeza y salgan dando gritos de «¡traición!», pero, francamente, yo me sentiría muy cómodo con la actualización del calibre (y la garantía que ofrece OMEGA).

Esta es la versión con índices y agujas del cronógrafo en naranja, que le aleja de la seriedad de la NASA y lo hace aún más deportivo. ¡Qué ganas de verlo de cerca!

Rado HyperChrome Automatic Chronograph Plasma Ceramic

Rado sigue a lo suyo. ¿Y qué es lo suyo? Buscar innovaciones constructivas para garantizar una durabilidad excelente… y apenas anunciarlo. Cuando todo el mundo empezó a utilizar cerámica Rado ya llevaba tiempo con su Ceramos, una cerámica de alto nivel que ellos habían creado.

Ahora han ido un paso más allá: han creado una estructura monobloque que parece metal, que tiene tacto de metal, pero que no tiene metal.  A una caja  y eslabones de cerámica blanca le ha aplicado un tratamiento con plasma y el resultado es excelente.

El gris metálico pero cálido no te deja indiferente. La esfera de color champán combina perfectamente, haciendo de este cronógrafo una pieza de deportividad atenuada y elegancia resaltada. Los pulsadores del cronógrafo no sobresalen demasiado, para no romper las líneas puras de la pieza.

Mecánicamente el reloj se mueve gracias a un ETA 2894-2, al que Rado ha personalizado con un rotor negro, un toque que afila el aspecto del calibre. En Basilea veremos si esta nueva técnica se impone en todas las líneas o esta es una pieza única.

Tissot PRS 516 Extreme

La última novedad es este agresivo cronógrafo de Tissot, que ya vimos el año pasado y que ahora se presenta en tonos amarillos. Con sus 44,4 mm de ancho y 15,7 de altura no es precisamente un modelo para pasar desapercibido. Todo rezuma deportividad, pero con un nivel de acabado que hace disfrutar de la pieza por lo que vale (1.095 €).

La caja ofrece todo: taquímetro en el bisel (que está fijo), pequeño segundero, cronógrafo, ventana de fecha en semicírculo. Lo que sí está claro es que es Tissot. Yo cuento 6 Tes entre la correa de caucho, las manecillas y la corona. Y además el nombre a las tres.  Pero el resultado no es grosero, como ocurre en algunas marcas; Tissot sabe cómo se hacen las cosas, y este atracón de nombre propio está bien integrado en el conjunto.

El calibre utilizado es el ETA C01.211 (una alternativa más barata al Valjoux 7750). Tissot ha sabido suplir con gusto la simplicidad decorativa del movimiento, embelleciendo el rotor y, especialmente, creando una tapa en forma de llanta deportiva. El mercado de los cronógrafos es muy competitivo, pero este modelo tiene un muy buen precio como introducción a la complicación más demandada en relojería mecánica.

En un mes empieza la feria, y el sábado la mañana entera estará dedicada a Swatch. Va a merecer la pena, seguro.

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