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Bell & Ross, por ahora

A la espera de que comience la deseada y temida feria de Baselworld, en la que se podrán ver los modelos en vivo, las marcas van lanzando información sobre los relojes que van a marcar sus colecciones anuales. En el caso de Bell & Ross no es del todo cierto, porque uno de sus modelos estrella, el WW2 Military Tourbillon, nació el año pasado en Basilea, pero es ahora  cuando por fin ha llegado a las tiendas. No así el BR 03-94 Carbon Orange, que esperará a que pase la de este año para tomar posesión de las vitrinas. Vamos a ver ambas piezas.

WW2 Military Tourbillon

Bell & Ross siempre se ha distinguido por sus esferas claras y de fácil lectura. Pero de vez en cuando hay que saltarse la norma, y desde luego este modelo lo hace. La caja está inspirada en los relojes utilizados en las guerras del primer tercio de este siglo -fundamentalmente la Gran Guerra, de la que este año se cumple su primer centenario-. Recordemos que es precisamente debido a la guerra que surgieron los relojes de muñeca; los soldados solían atarse sus relojes de bolsillo al pulso para poder mirar la hora sin soltar el fusil y sin perder de vista la tierra de nadie y, al fondo, las líneas enemigas. Pero claro, los relojes no estaban preparados para aguantar la dureza de la guerra. De hecho, nada ni nadie estaba preparado para la carnicería interminable que supuso lo que por otro lado muchos militares consideraban un noble y sano ejercicio diplomático que contribuía a unir naciones y renovar la sangre de las distintas generaciones de sus súbditos. La Gran Guerra es un acontecimiento tan monstruoso que parece hasta sacrílego hablar de relojes cuando tantos millones de vidas se perdieron injustificadamente. Pero la Historia se hace de la metahistoria, y de la misma forma que muchas industrias progresaron técnicamente gracias a la guerra, la metahistoria nos cuenta que también ocurrió con la industria relojera.

Los relojes no estaban preparados para la guerra, decía. Bastante tenían con mantener una exactitud más o menos aceptable (en muchos casos más bien menos). Por eso era habitual protegerlos con estructuras metálicas como las que aparecen en la foto. Una especie de casco de gladiador. Ahora Bell & Ross se basa en esos relojes con protecciones para lanzar el WW2 Military Tourbillon. El guardatiempos tiene una tapa que se alza para ver la esfera completa, mientras que cuando está plegada permite ver todas las complicaciones. La caja está realizada en titanio con acabado PVD en titanio, que lo endurece contra marcas y ralladuras. Hablamos de complicaciones: la casa de Carlos Rosillo ha querido crear uno de relojes más completos: horas y minutos en regulador, reserva de marcha de 5 días, indicador de funcionamiento óptimo y tourbillon a las 6. El indicador de funcionamiento óptimo (trust index en el original) permite al usuario saber en qué lapso de tiempo el reloj mantiene una cronometría óptima, por lo que se sabe exactamente cuándo dar cuerda al reloj.

El tourbillon hace un giro completo cada minuto, por lo  que el & sirve de indicador de pequeño segundero. Este calibre manual no está desarrollado in-house, pero B&R no especifica quién se lo fabrica. En realidad Bell & Ross ya había creado un reloj con estas complicaciones, el BR 01 Tourbillon, que apareció en 2007 si no estoy equivocado. Entonces el reloj estaba inscrito en la colección Aviation, con su característica caja cuadrada que parece extraída del panel de mandos de un avión. Si allí mandaba el blanco sobre el negro, ahora todos los índices y manecillas son dorados. Y la jaula del tourbillon en oro rosa. Todas las características técnicas están aquí. Al igual que su predecesor, es una edición limitada a 20 unidades, con un precio de 100.000 € nada menos. Ya está disponible, pero se vende por encargo.

 BR 03-94 Carbon Orange

  Éste sí es una zona Bell & Ross conocida por todos. Como parte de la colección de aviación incorpora la icónica caja cuadrada, los grandes numerales, las generosas manecillas, el ETA 2894… un aire de familia más que definido. ¿Qué cambia, entonces? Bell & Ross tiene la rara habilidad de hacer pequeños retoques y cambiar sustancialmente la faz de sus modelos. Son de esos detalles que cuando los ves dices «¡claro, hombre!» de lo obvios que son. Y sin embargo se les ocurre a ellos, no a los demás.

Lo que han hecho es darle un tono naranja a todo lo que significa la complicación cronógrafo. Como en los paneles de los aviones, donde muchas veces es ese el color utilizado para destacar información crítica. Así, tanto la trotadora central como la contadora de 30 minutos a las 9 son de color naranja. También lo es el botón de puesta en marcha y paro del cronógrafo, al que se ha añadido una tapa de policarbonato ABS. Y por supuesto la correa de tela naranja. Recuerda esas cinchas que se utilizan para sujetar mercancía, o asegurar cualquier objeto para el transporte. Es decir, transmite solidez y resistencia.

También existe una versión con la clásica correa de caucho negra, pero yo creo que si apuestas al naranja, apuestas al naranja. Otra cosa sería que B&R sacara una correa de caucho color naranja. Entonces seguramente sería mi elección preferente. Pero no va a ser así, porque esta es también una colección limitada; a 500 unidades en este caso. Todos los detalles técnicos están en su correspondiente ficha. Yo estoy con Bell & Ross el sábado; ¡con ganas de ver todos los nuevos modelos!

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