¿Cuántas vueltas se puede dar a un mismo concepto? ¿Con cuántos materiales relojeros -o no- se puede fabricar el mismo diseño? ¿Cuántos milímetros más o menos puede tener? Quizá estas preguntas rondaban la cabeza de los diseñadores de Girard-Perregaux al afrontar la renovación de uno de sus iconos más preciados. ¿Continuamos o rompemos? ¿Adaptamos o renovamos?
150 años de un símbolo
Tras la creación del tourbillon por parte de Abraham Louis Breguet en 1798, Constant Girard es el primer relojero que fabrica uno. Y lo fabricó él mismo, desde el escape a la caja. Pero además hace de los humildes puentes (hasta ese momento meras sujeciones para el barrilete, el engranaje y volante) el centro estético del reloj, alineándolos en paralelo y rediseñándolos en forma de doble flecha. Bajo ellos quedan ahora, también alineados, el barrilete, el engranaje y el tourbillon. El resultado es una arquitectura depurada y una armonización de los componentes del calibre.
Constant sólo fabricó unos veinte torbellinos bajo tres puentes. El último de esta primera generación data de 1911.
En 1981 Girard-Perregaux hizo -de la mano del relojero de la casa Denis Schnegg- veinte relojes de bolsillo con la misma configuración tripontina. 1991 se encargó al mismo relojero que hiciera una versión para reloj de muñeca, lo que fue un verdadero reto: había que miniaturizar un movimiento cuyo tamaño «normal» ya era algo fuera de lo común y además invertir la posición del torbellino y de los puentes de oro, que debían pasar del reverso a la cara frontal del movimiento.
Desde entonces todos los años aparecen relojes dotados con este movimiento, haciendo del torbellino bajo tres puentes de oro el movimiento de relojería más antiguo que sigue fabricándose en el mundo.
Un nuevo comienzo
Pero como decía al principio, no es fácil mantener un diseño, particularmente tan estricto como éste en términos de poder cambiar muy pocas cosas, 150 años sin agotarlo. Y el resultado de esta reflexión no puede ser más espectacular. Obviamente lo esencial (los tres puentes sobre barrilete, engranajes y tourbillon) siguen ahí. ¿Pero cómo?
En primer lugar los puentes son de titanio, esqueletados, arenados y recubiertos con PVD. El resultado es una imponente presencia que se «come» cualquier otro elemento del reloj. Incluso la caja, de oro rosa, queda a un lado porque los ojos se van en primer lugar por los puentes, como ya hemos dicho; en segundo por la esfera gris. Y en tercero porque el cristal se ajusta directamente sobre la caja, de forma que carece de bisel y la esfera se hace aún más grande.
Si la intención era resaltar todo lo que hay en esfera, desde luego se ha conseguido; el cristal, con forma de caja, permite una visión del juego tridimensional de la esfera desde todos los ángulos (o casi).
El calibre también se ha rediseñado. La caja del torbellino estrena material: es la primera vez que se utiliza el titanio. Aunque la caja tiene 80 componentes la ligereza del titanio hace que sólo pese 0,25 gramos. Además el sistema de cuerda utiliza un micro-rotor de oro blanco que se aloja bajo el barrilete. El muelle de éste es mayor, lo que permite una más que respetable reserva de marcha de 72 horas.
Pero bueno, ¿el reloj merece la pena o no?
¡La gran pregunta! Desde luego para todos los que estábamos acostumbrados a los puentes tradicionales de GP este nuevo modelo es una verdadera sorpresa, pero según lo vas mirando…. ¿no recuerdan los puentes a pajaritas de vestir?
Yo cuanto más lo miro más me gusta, la verdad. Y el verdadero espíritu de la relojería es la innovación. Si Breguet levantara ahora la cabeza se volvería tarumba de alegría viendo todas las posibilidades que hay hoy en día. Yo creo que Girard-Perregaux va a salir a buscar un nuevo público, que no va a hacer comparaciones y que cada vez más ve una alta relojería tecnificada y atrevida. Éste, junto con el Tri-Axial Tourbillon son la avanzadilla de los nuevos tiempos.
Tres últimas notas y una suposición
Como siempre en Horas y Minutos el reloj tiene su propia Ficha Técnica Completa
Este Neo-Tourbillon no es una edición limitada, pero su dificultad de fabricación hará que se fabriquen pocas unidades. Su precio es de 135.000 euros IVA incluido, lo que desde luego también va a limitar el número de unidades vendidas (amigo, la exclusividad se paga!)
Hay un vídeo promocional, pero antes la reflexión: ¿en algún momento G-P se atreverá con la estructura de los tres puentes y los cambiará de sitio, o invertirá el orden de piezas? ¿Algo realmente subversivo?
Y ahora el vídeo: