Zenith siempre ha usado, y con razón, su gran hito El Primero para hacer distintos homenajes. La personalidad del reloj lo permite, porque a todo el mundo le gusta; es lo que ocurre cuando aciertas con el diseño, la temporalidad desaparece. Ahora tenemos este Zenith El Primero Edición Especial Rolling Stones. Pero, ¿por qué los Rolling? O por mejor decir, ¿por qué ahora los Rolling Stones?
Repasemos los hechos: el 20 de abril anunciamos la marcha de Jean-Frederic Dufour de Zenith. El nuevo director general será Aldo Magada, anterior director de ventas de Breitling, pero no comenzará a ejercer su cargo hasta el 1 de julio. Mientras tanto quien está al mando es el inefable Jean-Claude Viber, que puso a Dufour en Zenith y a Hublot donde está ahora.
Ahora tiene todo mucho más sentido, ¿verdad? Biver tiene la costumbre de hacer un Hublot para conmemorar cualquier cosa que le parezca que puede dar dinero. A mí no me extrañaría ver un Big Bang Pablo Iglesias disponible sólo en España, por ejemplo. El problema es que Zenith no es Hublot, y el respeto que tiene Zenith entre los aficionados no tiene nada que ver con el que cosecha Hublot, por lo que este Zenith El Primero Edición Especial Rolling Stones me parece un error garrafal. Más aún, en la nota de prensa se dice que éste es el primero de una serie de relojes en edición limitada de Zenith. A ver si consigue Monsieur Biver cargarse el nombre de Zenith en lo que queda de mes.
Por lo demás estamos hablando de un El Primero Chronomaster 1969 abierto, con los colores originales y la famosa boca de los Rolling en el contador a las 6 horas. Es una edición limitada a 250 unidades, con un precio de 7.700 euros. Queda bien los famosos labios carnosos, pero porque están bien en sí mismos y El Primero está bien en sí mismo. Pero no cuadran.
En el vídeo promocional ni siquiera han incluido sonido para no pagar derechos de autor. Ay ay, qué cosas pasan.