El grupo de lujo Kering ha comprado -sorpresivamente, diría yo- Ulysse Nardin. Kering es seguramente el nombre menos conocido de todos los grandes del lujo, particularmente porque el nombre Kering apareció hace sólo un año. Hasta el 18 de junio de 2013 se llamaba PPR. En lo que nos concierne, los relojes, Kering es el dueño de Girard-Perregaux y JeanRichard, además de Boucheron.
¿Por qué cambió PPR su nombre a Kering? PPR significaba Pinault-Printemps-Redoute. Pinault es el apellido del fundador (ahora está en manos de su hijo François-Henri Pinault, más conocido en el papel cuché por estar casado con Salma Hayek); Printemps son unos grandes almacenes que el grupo ya no tiene, y Redoute es un servicio de venta por correo del que se están deshaciendo. Así que tiene sentido que se cambiara el nombre.
¿Qué significa Kering?
Leyendo una información que llegó cuando surgió el nuevo nombre nos enteramos de que, en primer lugar, en bretón Ker significa «hogar», y el fundador del emporio era de Bretaña. En segundo lugar Kering en inglés suena como «caring» (cuidado), apelando al deseo de la empresa de cuidar sus empresas, su personal, sus accionistas y el medio ambiente. Y por último el logotipo, que aunque parece un muñequito de dibujos animados japoneses es en realidad un búho. ¿Por qué un búho? Pues cito otra vez a la empresa: «Con su aguda visión y su giro de cabeza de 270º, el búho representa el carácter visionario de Kering, su habilidad para anticipar tendencias y localizar el potencial de la gente y las marcas. Como criatura protectora y discreta, el ave de la diosa Atenea simboliza la sabiduría y la actividad inteligente». Toma ya.
El grupo es el propietario de Gucci, Saint Laurent Paris, Sergio Rossi, Boucheron, Bottega Veneta, Balenciaga, Stella McCartney, Alexander McQueen, Brioni, Pomellato y Puma, entre otros, y en 2012 facturó por encima de los 9.700 millones de euros.
¿Por qué Ulysse Nardin?
Kering, como ya he dicho, sólo posee Girard-Perregaux y JeanRichard y, en otro nivel y con una perspectiva muy diferente, Boucheron. Por más que me guste (a mí y a muchos), la verdad es que GP es un jugador mediano -si no pequeño- en el mundo de la alta relojería. JeanRichard se ha convertido en una marca de entrada al estilo de, por ejemplo, Baume & Mercier (por compararla con la marca de entrada del grupo Richemont): tiene prácticamente un sólo diseño sobre el que va rotando para maximizar costes y reducir precios de venta -que no siempre logra, por cierto-.
Haciéndose con Ulysse Nardin consigue una de las pocas casas relojeras integradas verticalmente, con un pulmón creativo notable y una aún más notable presencia en el mercado. Todo el conocimiento y capacidad de innovación puede ser aplicado a unas marcas más pequeñas y por tanto sin tanta capacidad -léase recursos- para seguir creando.
¿Y qué gana Ulysse Nardin en todo esto?
Chai Schnyder es la viuda de Rolf W. Schnyder y la presidenta del consejo de administración tras la repentina muerte de su marido. No era simplemente «esposa de», ya que posee un Máster en ingeniería productiva y al parecer siempre estuvo en el centro de las decisiones de su marido. Pues bien, tras su nombramiento y desde entonces Chai era muy vehemente en afirmar que la compañía siempre sería independiente y que nunca se vendería. Pero, sorpresas te da la vida, Chai no es que haya vendido un porcentaje de sus acciones. Ha vendido el 100% a Kering. A cambio sigue en su puesto, aunque ya sabemos que en las grandes corporaciones un día estás en tu puesto con todas las bendiciones y al día siguiente te han echado con esas mismas bendiciones.
Su Director General, Patrick P. Hoffmann también sigue en su puesto. Esto es más importante de hecho que la permanencia de Chai, ya que su idea, la razón de su permanencia en la compañía, era mantener el legado de su difunto marido. Por tanto ahora su puesto pasa a ser más testimonial. A efectos prácticos, quien llevaba a cabo esa labor era Patrick, un hombre de marketing que supo poner en práctica la idea de Schneyder y que ha llevado a la marca a la posición de éxito que tiene ahora.
Entonces, ¿qué gana Ulysse Nardin? Básicamente respaldo financiero. En unos tiempos de gran concentración de empresas, el mantener tú sólo la pole position de la investigación es muy caro. Entrando en Kering es más que probable que las invenciones conseguidas, que hasta ahora se quedaban en casa, se empiecen a vender internamente, amortizándolas más fácilmente.
Recordemos que hace poco Michele Sofisti, la gran cabeza pensante que ha reorganizado Girard-Perregaux y JeanRichard, ha pasado a dedicarse exclusivamente a Gucci (se espera un nuevo director general para las dos marcas en octubre). La idea, seguramente, es subir de categoría a la marca de moda y que entre en el mundo de la alta relojería; lo que está haciendo Ralph Lauren, por ejemplo. Qué mejor para hacer esa entrada que tener a Ulysse Nardin a mano para usar sus calibres. Otro de los beneficiados sería Boucheron, que ahora tiene muy buen diseño pero no los movimientos.
Ahora mismo la compra está siendo revisada por las autoridades anti-monopolio de Suiza (que supongo que no verán ningún problema), y se espera que la compra se selle definitivamente a mediados o finales de septiembre. A partir de entonces, veremos.