No cabe duda de que el Calibre Diver de Cartier ha sido una de las sorpresas del 2014 que ha levantado comentarios encontrados entre los aficionados. Estamos ante un diver con todas las de la ley: es sumergible a 300 metros (poca gente llega tan abajo), luminiscencia a prueba de oscuridades marinas y bisel unidireccional. Sin embargo conserva los rasgos Cartier, y choca un tanto.
El Calibre Diver de Cartier tiene un diámetro de 44 mm, pero una altura de sólo 11 mm. Esto no es sólo un logro en sí y que lo aparta de las formas habituales de los relojes de buceo. Es que también responde al estilo de Cartier, que sencillamente es incapaz de hacer un reloj que no se pueda lucir también en un salón de baile en la gala de fin de año (por ejemplo). La elegancia está en su sangre, no lo puede evitar. Y eso es bueno.
Como muestra de lo bien que sabe hacer las cosas Cartier, el Calibre Diver de Cartier ha pasado de tener una hermeticidad de 30 metros (o sea, lavarse las manos) a 300 añadiendo tan sólo 1 milímetro.
El calibre es el 1904 MC, que debutó en el Calibre de Cartier y que es, claro, el antecesor de este buceador. Es un movimiento automático que se mueve a 4 hercios (28.000 alternancias a la hora) y tiene una discreta reserva de marcha de 48 horas, y agradablemente decorado con Côtes de Genéve.
Hay versiones con correa de caucho o con brazalete y otra de oro rosa y caucho. Los precios van de los 6.750 euros la versión de acero y caucho, 7.300 euros con brazalete y 23.000 euros la versión de oro.
Es en resumen un reloj elegante con un tono deportivo para saltar del yate al agua y de ahí al club marítimo. Que, francamente, no es mal plan en absoluto. Esta es su Ficha Técnica Completa, y hay más información en Cartier.es.
