Es muy habitual que las marcas hagan vídeos “institucionales” en los que muestras su historia, o sus instalaciones, o sus directivos, o todo a la vez. Son unos vídeos cuando menos agradables de ver, porque lógicamente las marcas ponen el mayor cuidado en realizarlos. Especialmente cuando hablan de su historia, que es lo más preciado que tienen, con razón y orgullo.
Ahora Blancpain presenta uno de esos vídeos, y me ha gustado mucho. No tanto por los distintos pasos históricos que se citan, sino fundamentalmente por la atención que presta al trabajo manual que implica la fabricación de un reloj. Además el vídeo dura más de seis minutos, una locura en términos de marketing. Porque, en estos días, ¿quién presta atención durante tanto tiempo a un único asunto? Pues de eso va la relojería, de buscar lo que es mejor sin preocuparse de cuánto tiempo puede llevar hacerlo.
Blancpain tiene una historia fructífera, con unos cuantos hitos que perdurarán en la historia de la industria relojera por su importancia. Tanto en el momento de su aparición como por la trascendencia que comportaron. Es comprensible y hasta obligatorio que la marca emplee tiempo –y a la vez nos los pida- para poder contar su relato de manera que podamos también sentir su significado. Desde su nacimiento en 1735 hasta ahora por delante de Blancpain han ido pasando muchas cosas, y algunas de ellas nacieron dentro de sus propias paredes.
Ojalá el vídeo sirva para que, aquellos que no entienden que se pueda apreciar un reloj mecánico, puedan atisbar el amor y la pasión que hay detrás de esta bendita locura. Aunque no será tanta locura, porque cualquiera que se pone un reloj en la muñeca le gusta. Luego decidirá si lo lleva todos los días, o durante todo el día, pero a nadie le disgusta. Merece la pena ver el vídeo. Más información en Blancpain.com