Empezamos el año con un nuevo adelanto de un modelo que se va a presentar en el cada vez más cercano SIHH: el TimeWalker Urban Speed Chronograph de Montblanc, una nueva edición del modelo deportivo de la casa de la montaña. Pero lo más llamativo es que viene con una correa opcional que se puede conectar a un teléfono inteligente.
Hay mucha incertidumbre sobre cuánto daño le pueden hacer los llamados «relojes inteligentes» al mercado de la relojería tradicional. Pero si ya existen estos relojes ahora y no ha pasado nada, ¿por qué iba a empezar a ocurrir ahora? Pues porque se teme que el poder de arrastre y convocatoria de Apple ponga de moda estos aparatos, basándose en la novedad, el precio asequible y la supuesta cobertura de una necesidad que aún no tenemos (pero que se encargarán de convencernos de que existe). Es cierto que todo lo que hace un reloj inteligente ya lo tenemos cubierto con el móvil, pero la idea es que no nos haga falta sacar el móvil del bolsillo.
Todo esto lo analicé a fondo en un artículo anterior, al que será bueno volver en el futuro para saber cómo de cuánto estoy en lo cierto o en lo equivocado. El caso es que mientras tanto ya hay movimientos dentro de la relojería tradicional: TAG anunció que tendría un smart watch -anuncio que por cierto fue la gota que colmó el vaso de su anterior director general, Stéphane Linder– y ahora Montblanc anuncia que lanza la e-Strap, una correa que se puede acoplar a las medidas de 20 y 22 mm y que integra un módulo que se conecta a los móviles. El primero de ellos, el nuevo Timewalker Urban Speed Chronograph.
Esta es la primera versión del Timewalker que se va a presentar en el SIHH. El reloj tiene unas variaciones muy leves sobre el modelo ya existente, pero es verdad que sí ha mejorado la estética: ahora los numerales aparecen sobre su propio anillo, separándolos de la minutería y por extensión encapsulando las subesferas interiores, lo que le hace parecer más ordenado y mejor decorado, ya que la esfera interior repite la decoración circular de los 3 contadores, creando así un buen efecto estético. Sobre el bisel cerámico aparece un acento rojo que se repite en la trotadora y los contadores del cronógrafo y sobre los índices horarios.
El calibre es el MB 25.07 (basado en el Sellita SW 500), por lo que el funcionamiento está garantizado. La correa, aunque tiene aspecto de carbono, es de piel, creada por la Pelleteria Montblanc de Florencia. Durante la fabricación se le da esa textura a la piel y se la impregna con un tratamiento que aumenta su resistencia estructural y la hace resistente a la humedad y al fuego.
Todo ello por un precio de 4.290 €, incluida la Ficha Técnica Completa.
Eso, como hemos dicho, si no se le pone la nueva e-Strap, hecha del mismo material o en versión NATO. ¿En qué consiste? Es una correa intercambiable que incluye un aparato (que por cierto me recuerda a la Microsoft Band, que también es compatible con todos los sistemas operativos móviles) que se conecta al teléfono móvil.
Los datos del «gadget» son:
- Funciones: Medidor de ejercicio (pasos, calorías quemadas y distancia recorrida). Notificaciones para SMS, correos, llamadas entrantes, calendario, recordatorios y actualizaciones de redes sociales mediante vibración.
- Control remoto: Reproducir música, disparador de la cámara, función «encuéntrame» (permite buscar el reloj o el smartphone en un radio de 30 metros, bien pulsando la e-Strap), modo silencioso
- Visor: capacitivo de 0,9 pulgadas con resolución de 128 x 36 píxeles
- Batería de litio con una duración de hasta 5 días y cargador mediante micro-USB
- Conectividad: Bluetooth
- Compatibilidad: con todos los TimeWalkers
- Resistencia: salpicaduras, polvo y golpes
- Color: negro
- Compatibilidad: Samsung Galaxy S4, S5, Note 3 y Note 4 y aparatos con Android 4.3. IPhone 4S, 4, 5C, 5S, 6 y 6plus (o sea que una vez más los de Windows Phone nos quedamos sin conexión, al menos por ahora).
El precio de la e-Strap es (salvo confirmación en contrario) de 350 euros, mientras que si se compra el reloj con la correa ya montada su precio será de 4.690 euros.
A esta versión se unirán las otras dos versiones TimeWalker que también se presentarán en enero: TimeWalker Urban Speed Automatic e-Strap, es decir, la versión simplemente automática, con un precio estimado de 2.990 euros, y el TimeWalker Urban Speed UTC e-Strap -la versión GMT-: 3.990 euros.
Parece que la idea de Montblanc va a ser vender -o digamos promocionar principalmente- la versión del TimeWalker con la e-strap. Me parece muy buena idea porque el TimeWalker compite en un segmento muy duro, con muchos cronógrafos muy sólidos, y sin duda este artilugio le da un argumento absolutamente único, que además no va a hacer que los amantes de la relojería tradicional le den la espalda. Más aún, sospecho que va a tener muy buena acogida: habrá amantes de los relojes que no lo considerarán un propuesta adecuada a sus gustos, pero a la vez entenderán que esto no es producto de una espantada ante la llegada del reloj de Apple, sino un aggiornamento de las propuestas relojeras sin perder el norte (y de paso los clientes, como cuando la crisis del cuarzo tan recordada últimamente)… y encima Mr. Biver está a un año vista de sacar su smart watch.
Veremos cómo evoluciona el concepto, y qué aceptación tiene. Lo que no cabe duda es que Jerome Lambert está revolucionando Montblanc y haciendo mucho, mucho, mucho ruido relojero. Estoy convencido de que su política va a tener consecuencias; fuera del grupo Richemont desde luego, pero también dentro.