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En vídeo: Deep Space Tourbillon de Vianney Halter

Vamos a revisar el Deep Space Tourbillon que es, en efecto, un reloj inspirado en la nave espacial de la serie Star Trek del mismo nombre.

Vianney Halter y su Deep Space Tourbillon

Según me confesó su autor, el por otro lado reputado relojero independiente Vianney Halter, su Deep Space Tourbillon de un atracón que se dio con la serie, de la que se vio dos temporadas en dos meses (¡354 capítulos en 60 días!), y que le hizo soñar con un reloj que tuviera esa forma. Pero además quiere expresar con ella la existencia del hombre como ser tridimensional y su relación con el espacio…

El resultado de esta experiencia onírica y filosófica es un tourbillon que se mueve sobre tres ejes: uno es su propio movimiento, que es un torbellino de 40 segundos. El tourbillon gira sobre sí mismo una vez cada 6 minutos, que sería el segundo eje, y también hace un giro completo alrededor de la esfera cada 30 minutos (tercer eje).

Todo ello lo hace sobre un fondo ciego para, según su creador, representar mejor la idea del hombre moviéndose en el vacío, y porque todas las naves tienen una puerta hermética que la aísla del espacio. Y es verdad que le da una sensación de profundidad al conjunto sin distraerte viéndote tu propio vello, lo cual en mi caso se agradece.

El tiempo se lee mediante dos manecillas independientes que se alzan sobre la esfera de plata y se curvan siguiendo el domo de zafiro. En esta versión, que es el primer reloj que se construyó, tan sólo hay material luminiscente en los 4 índices principales y en la manecilla de las horas, pero Vianney me dijo que ahora también la incluye en la de los minutos, justo en la parte que sobrevuela la minutería de ferrocarril.

Desde luego la lectura no es la más intuitiva del mundo, eso está claro. Es más, cuesta acostumbrarse, pero dar la hora no es el primer propósito de este reloj.

El Deep Space Tourbillon tiene 46 mm de diámetro y sin embargo, al alzarse hacia arriba en curva y hacia dentro la esfera, no parece tan grande en absoluto. Es más, cuesta creer que sean 46 mm. Está construido en titanio y es una auténtica pluma, no se nota su peso lo más mínimo.

Por supuesto con ese cristal en cúpula te puedes olvidar de llevarlo por debajo del puño de la camisa, pero tampoco creo que uno quiera llevar escondido un reloj como éste.

La corona, con las protuberancias marca de la casa, mueven las manecillas con una tanta suavidad que uno pensaría que el mecanismo está roto.

Es desde luego uno de los relojes más llamativos que se han hecho en los últimos años. Ver el paso del tiempo en este calibre es una gozada.

 

El precio del Deep Space Tourbillon es de sólo 200.000 francos suizos (más el IVA, como les gusta recordar a los helvéticos).

 

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