Jérôme Lambert es uno de los personajes claves de la relojería en los últimos 15 años. Tras dirigir brillantemente Jaeger-LeCoultre dio el salto a Montblanc y los movimientos que lleva a cabo desde lo alto de la montaña están causando terremotos que se sienten en todo el mundo de la alta relojería; tanto dentro como fuera del grupo Richemont.
Esta charla tuvo lugar a última hora de la tarde el último día del SIHH 2015, en el que por segundo año consecutivo Montblanc tuvo un papel preponderante. Para Jérôme Lambert eso significa haber estado 5 días haciendo presentaciones, atendiendo a actos y concediendo entrevistas de media hora cada una, una detrás de otra. Uno espera a un directivo cansado y casi en modo «standby». Todo lo contrario. Jérôme nos recibe de buen humor, con actitud jovial. Incluso cuando le dicen que no queda un triste cubito de hielo para la Coca-Cola que pide (¡y eso que es The Boss!)
Cuando habla de relojería y de Montblanc sus ojos brillan con una pasión que sólo puede provenir de alguien que siente su profesión desde lo más hondo.
HorasyMinutos: Hace no mucho Jean Claude Biver tomó las riendas de la sección de relojería de LVMH y definió las líneas estratégicas de cada marca del grupo. ¿Existe algo así en el grupo Richemont?
Jérôme Lambert: No. Cada marca tiene su estrategia y después hay un comité de estrategia dirigido por Mr. Rupert (Johann Rupert, fundador y presidente del grupo). Cada empresa desarrolla su actividad bajo el patronazgo estratégico, por así decir, de Mr. Rupert. Yo fui Director General de Jaeger-LeCoultre durante 12 años, 4 con Lange y un año y medio ya con Montblanc (¡vaya currículum!) y siempre he tenido cada dos meses una reunión de producción y hay una presentación anual de estrategia en la que se explica qué se hará el año siguiente, cómo se quiere posicionar la empresa, etc.
Así que yo diría que no hay nada así en Richemont porque hay un diálogo constante con Mr. Rupert para saber dónde está cada maison.
HyM: Eso es lo que yo suponía. Pero quería preguntarlo por lo siguiente: Baume & Mercier está tratando de ganar cuota, nuevos mercados, y ha bajado los precios de algunas de sus líneas. Sin embargo -y esto es el comentario general en la prensa- Montblanc ofrece mejores precios y mejores productos que su hermana de grupo. Resulta extraño entonces que, habiendo considerado siempre a B & M la marca de entrada del grupo, Montblanc la esté adelantando en todos los sentidos.
J. L.: (Risas) Pues te puedo asegurar que eres el primer periodista que me dice algo así (se vuelve a reír). No, pero tienes razón. Quizá ahora es algo más visible porque la casa tiene más actividad y está mostrando más producto. Pero recuerdo que en mis tiempos de JLC había discusiones con IWC por ejemplo, porque el posicionamiento en cuanto a precios no estaba muy lejos uno de otro.
Cada maison debe buscar su manera de ser rentable. No sé la estrategia de B&M y tampoco quiero saberla. Lo que sí sé es que a nosotros nos mueve una sola cosa: la pasión por la relojería y el deseo de compartir esa pasión. Por tanto, si concebimos un reloj queremos que sea un símbolo de nuestro saber relojero. Por ejemplo el ORBIS TERRARUM, con su esfera con los continentes grabados en zafiro, la indicación de día y noche, la caja pulida… y cuesta algo menos de 5.000 euros. Ponemos tanta pasión en ello, obtenemos tanto placer de la relojería que queremos compartir esa pasión, ese placer, esa devoción.
(Puedes ver nuestro análisis en vídeo del Orbis Terrarum aquí)
Y por eso el reloj está en ese segmento de precio. Y es, en efecto, disruptivo. Pero no tanto porque sea más barato, sino porque respetamos al cliente y sabemos que tiene sobrado conocimiento como para apreciar algo así. Se dice «¡no, no, no! ¡Por debajo de 5.000 euros sólo un crono, o un UTC, o un calendario!» Y parece que una solución sofisticada tiene que estar siempre por encima de 10.000 euros porque si no los clientes no lo entienden.
Nosotros no creemos que sea así. Ahora con la abundancia de medios (revistas, blogs, webs…), con todo el conocimiento que aportan los aficionados a la relojería… quiero decir hace 2 décadas una persona de 40 años tenía muy poco contacto con la alta relojería, a no ser que heredara una pasión familiar. Ahora toda la información está disponible. Por eso creo que el tiempo ha cambiado. Los clientes tienen la sofisticación, la inteligencia y el conocimiento para apreciar un reloj mundial, y yo considero nuestra misión aportar más invención, más contenido en estos relojes.
HyM: Exacto. Y eso conecta con la otra parte de mi pregunta. El mensaje que está usted enviando, o la forma en que se está entendiendo por los aficionados -o clientes potenciales- es: ¿qué está diciendo Montblanc a sus compañías hermanas que tienen precios mucho más altos? ¿Por qué son sus productos tan caros? De hecho hoy mis-
J. L.: – Espera, tienes ahí una pregunta muy buena -me interrumpe-. Si me permites que te diga: tú me preguntas «¿por qué tienes esos precios?». No perdona, pregúntales a los otros por qué ellos tienen un precio tan alto. Porque si nosotros somos capaces de tener un producto brillante, inteligente, estéticamente original, nunca antes hecho, etc, y podemos compartirlo a ese precio… pues mira sí, hemos trabajado duro para hacerlo posible. No me deberían preguntar a mí. Se lo deberían preguntar a los demás.
HyM: Curiosamente, en la presentación de JLC una de las cosas en las que insistían era «no todos los calendarios perpetuos, no todos los relojes mundiales son lo mismo, hay movimientos más baratos que no son tan buenos…» Y yo pensaba, «no es un mensaje para nosotros, es un mensaje para Mr. Lambert» (risas y encogimiento de hombros). ¡De verdad que está usted creando una revolución en el mercado! Quién antes estaba aquí arriba en precio ahora nos dice ¡es posible hacerlo más barato!
J. L.: En Montblanc cuando hablamos de productos primero decimos que hay que invertir para desarrollarlos. Pero queremos hacer algo único. Y poder compartirlo.
HyM: ¿Cuánto tiempo les llevó desarrollar el Orbis Terrarum?
J. L.: Estábamos trabajando en el sistema de la noche para el Geosphere y lo desarrollamos de tal manera -que por cierto es la que está en el vídeo de internet y que no es la definitiva- que al acabar el prototipo nos dimos cuenta de que no estaba bien, que perdíamos los continentes: si poníamos la indicación nocturna por encima de los hemisferios cuando fuera de noche directamente no se verían.
Llevamos nuestros desarrolladores de Le Locle a Villeret, porque allí se trabaja con grandes complicaciones desde hace mucho, así que son creadores por naturaleza. Así que cuando digo «compartir la pasión por la relojería» no es sólo precio, es sobre todo creatividad. Es cuestión de ver algo distinto. No porque ya existe y se ha usado 5 veces volver a usarlo una vez más, ponerlo en una caja distinta. Así estás básicamente trabajando en elementos de diseño -que es muy importante, desde luego- pero muy poco en contenido relojero. Y para mí el contenido es muy importante. Por tanto los tres elementos con los que debemos tratar son: calidad, valor y desempeño técnico. Sobre esos pilares cada maison debe construir su esencia.
No estoy interesado en la función por la función. Estoy interesado en la función por lo que te aporta. Así que si pones la indicación de noche por debajo es estupendo porque aportas belleza a la función, creas algo que no había hecho nadie antes… y encima no tienes que vender tu coche para comprar el reloj. O elegir entre tener coche o reloj.
Mi filosofía no es atacar o defenderme. Mi filosofía es compartir una pasión.
HyM: Sí, y esa pasión se ve en los nuevos relojes. Estos dos años de Montblanc han sido increíbles. Lo que me lleva al siguiente punto: leí en un medio español que le pedían un incremento en la producción (cosa que comparto), y sin embargo su respuesta fue: «no, tenemos que ir poco a poco». Llevo pidiendo a Adelaide (PR Manager de Montblanc en España) relojes para hacer un análisis en vídeo durante meses, y sencillamente ¡no hay ni uno! Y sin embargo dice que ¡no hay que incrementar la producción!
J. L.: Bueno, en primer lugar -y debo pedir perdón a nuestros clientes españoles por ello- hemos tenido unos cuantos cambios en Montblanc España: hemos trasladado la central de Barcelona a Madrid, y hemos estado muy ocupados reorganizando y estructurando el equipo… lo que no ha facilitado precisamente el crecimiento. Ahora estamos trabajando para tener la colección en el mercado, y que esté presente -al menos en algunos puntos- a finales de junio (¡tenga en cuenta que se está grabando lo que dice! -le advierto. ¡Vale, vale! -contesta entre risas). De hecho yo voy a España en Junio. Bueno, no es que me vaya a traer los relojes en el forro de la chaqueta eh? (más risas) Pero sí que iré y haremos una presentación para que nuestros clientes puedan ver, tocar… para que se pongan el Orbis Terrarum por ejemplo y se den cuenta de que es realmente único. Yo llevo el Calendario Anual Vasco de Gama y estoy enamorado. Yo me compraría uno, simplemente por el placer de tener un reloj que tiene una firma, que sobresale por encima de los demás, con una caja preciosa, con un calendario anual que es una gran complicación…
Se abre la puerta para hacernos saber que se ha acabado el tiempo… ¿Ya? Es increíble cómo se pasa el tiempo cuando estás hablando con alguien que no sólo lo sabe todo sobre la relojería, sino que la siente de manera tan apasionada.
HyM: Una última pregunta. El e-Strap. El famoso e-Strap. Todos los directores de las empresas relojeras dicen eso de que «no, los smart watches no son una amenaza para nosotros…» Sin embargo todas las maisons se han lanzado a ofrecer algún tipo de aparato similar. Yo sí creo que algunos sectores de la relojería tradicional van a sufrir el golpe, pero le pregunto: ¿temen o no el nuevo fenómeno de los relojes inteligentes? Y por otro lado, mi impresión es que el Urban TimeWalker está luchando en un mercado brutalmente competitivo, el de los cronógrafos, y el añadir el e-strap no es para luchar contra los smart watch, sino que le da una ventaja única porque ofrece algo que ningún otro cronógrafo tiene.
J. L.: Eso es lo más inteligente que he escuchado hasta ahora sobre el TimeWalker. No, no es un piropo, lo estás grabando y lo fimo si quieres (se ríe). No, de verdad, es muy cierto. Si tienes todas estas compañías rodeando tu fortaleza te preguntas qué arma van a instalar a tu alrededor. Si porque tienes murallas te sientas a ver qué armas tienen y a ver si consiguen la bala perfecta para atravesar el muro… (hace un gesto de «allá tú») Si sólo dices «no pasa nada, tenemos una muralla»…. Lo que nosotros decimos es «si te quieres quedar en la fortaleza, quédate». Hay otras formas, otras ideas. Yo no creo que ignorar te haga avanzar. Hay maneras de enriquecer la oferta.
Con el Urban TimeWalker tienes algo que no había existido nunca antes. Vas la exposición de Las Vegas (la International Consumer Electronics Show) y la gente del mundo de la tecnología te dice «¡vaya! ¿qué es eso?, ¡cómo mola!», etc. Y resulta que viene de la mano de la alta relojería. Y viene de la mano de una casa que existe desde hace más de 100 años. Y viene de una casa que tiene sus relojeros certificados en el [Valle del] Jura para hacer relojes certificados, que tardan a veces tres meses en ensamblar una complicación, tomándose el tiempo necesario para hacerlo, como en el siglo XIX. Así que creo que es refrescante para lo que creemos que es el alma y la razón de ser relojeros. Como he dicho no es cuestión de ataques.
Es cuestión de sumar y enriquecer.
Mi agradecimiento, una vez más a Adélaide Carlo por sus gestiones para conseguir esta entrevista.