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Dos Chopard en Baselworld 2015

Baselworld está ya ahí mismo. Comienza este jueves, aunque ya hay muchas cosas programadas para el miércoles 18 -entre otras, una presentación oficial de Chopard-. Pero la casa de los Scheufele no se ha resistido a mostrarnos dos adelantos de la feria, cada uno interesante por motivos distintos (o no tanto). Vamos a ver qué nos propone cada uno de ellos.

El año pasado Chopard presentó un Mille Miglia que se apartaba del estilo habitual para lanzar una versión más acorde con lo que es la carrera: una competición de coches antiguos. Podéis ver el vídeo que hicimos aquí. A mí me gustó mucho esa versión, pero obviamente a Chopard no tanto: este año vuelve al estilo previo, mucho más deportivo.

Sin embargo presenta una novedad interesante: por primera vez la colección Mille Miglia integra un calibre Chopard, fabricado en los talleres de Fleurier Ebauches. Esta es la fábrica de calibres que puso en marcha Chopard para autoabastecerse de movimientos, dada la creciente demanda interna que tiene la manufactura. Por cierto que ya vimos un calibre Fleurier Ebauches en el Superfast Chrono Porsche 919 Edition.

La calidad de los movimientos de Chopard es conocida, pero su nivel de autiexigencia es aún mayor. Y eso le lleva a certificar sus calibres a los talleres COSC, por lo que los Mille Miglia son, además de cronógrafos, cronómetros. Me llama la atención sin embargo que el calibre tenga sólo  28,6 mm de diámetro, cuando va en una caja de 43.  Eso tiene como consecuencia que la ventana de fecha se presenta retirada del borde de la esfera, aunque en este caso queda disimulado por la flecha clásica de la carrera. Por comparar, eso no ocurre con los Grand Prix de Mónaco Historique y sus calibres Valgranges (que también repasamos en este vídeo).

Como siempre en las colecciones dedicadas al automovilismo habrá tres versiones, todas cronómetros: automático (con segundero central y fecha), Power Control (con reserva de marcha) y Cronógrafo. La primera en mostrarse ha sido la de reserva de marcha, que ha resuelto mucho mejor que en el Grand Prix: directamente ha trasladado el dibujo de reserva de marcha de los automóviles; así lo había hecho en los Superfast, pero no quedaba tan bien como en este nuevo modelo.

La correa vuelve a ser la racing inspirada en los neumáticos Dunlop. Habrá que esperar a verlos en persona en Baselworld o, mejor aún, a que vengan a España para poder filmarlos tranquilamente. Mientras tanto, esta es su Ficha Técnica.

Una propuesta radicalmente distinta es el L.U.C Regulator, pero eso será tras el salto.

Chopard Quattro Regulator de 2004 y LUC 8 days Regulator de 2006

 

Como toda manufactura que se precie, Chopard ya tenía un regulador. En 2004 ya lanzó uno, el Chopard LUC 4R – Quattro Regulator que ya anticipaba mucho de lo que veremos en el modelo que se va a lanzar en Baselworld 2015: cuatro subesferas que marcan, en el sentido de las agujas del reloj, la reserva de marcha a las 12, las horas a las 3, el pequeño segundero a las 6 y el segundo huso horario a las 9 (en efecto, este reloj es también un GMT). El calibre 1.98 integraba cuatro barriletes ensamblados coaxialmente -el sistema patentado Quattro- para poder ofrecer una reserva de marcha de 9 días. Y entraba en parámetros COSC.

En 2006 lanzó el LUC 8 days Regulator, que era una reinterpretación de su hermano de 2004 con cambios fundamentalmente estéticos. Ahora recibimos una nueva conjugación del reloj, pero con un salto de calidad notable. Constructivamente desde luego, porque el reloj ostenta el Punzón de Ginebra, que como sabemos ahora controla todo el reloj: el funcionamiento tanto como los acabados.

Donde de verdad se ve el cambio es en la esfera: mucho más calmada y elegante que sus antecesores. En primer lugar y afortunadamente se han unificado los numerales, todos con la misma grafía. Eso ayuda a hacer una lectura rápida de los datos cosa que antes, con tanto sobresalto en la esfera, no era fácil.

Además la caja ha crecido hasta los 43 mm, lo que permite una mejor distribución y un tamaño suficiente como para albergar todas las subesferas sin que se acogoten unas a otras. Sin embargo la altura es de tan sólo 9,78 mm, por lo que el reloj puede lucirse perfectamente con un traje. Y cómo, porque el resultado es realmente precioso. Me gusta mucho la elección que ha hecho Chopard de la tipografía, abandonando esos arábigos prominentes que tanto ha usado.

El calibre es el L.U.C 98.02-L, que es básicamente el 1.98 pero que, con los nuevos criterios del Punzón de Ginebra ha debido ser rehecho y, sobre todo, redecorado. Por supuesto es visible gracias al zafiro posterior.

Es sin duda un gran reloj. De heco, cuanto más lo miro más me parece el Chopard que más me gusta. A ver si lo podemos ver en Basilea, aunque sea brevemente.

Más detalles, en su Ficha Técnica.

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