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Longines Conquest Classic Moonphase: fotos en vivo y precios

 

Tener relojes con muchas complicaciones a precio barato es territorio de los cuarzos (o los cuarzos Kinetic de Seiko) en la gran mayoría de los casos; la relojería mecánica suele aumentar de precio de manera exponencial según suben las complicaciones, por lo que se suelen quedar fuera del alcance del aficionado medio. Longines parece querer contradecir este principio con los Longines Conquest Classic Moonphase.

Las complicaciones que presenta el reloj son, nada menos: pequeño segundero a las 9 con indicación de 24 horas; calendario completo con ventanas de mes y día de la semana y aguja para el día que apunta a un dial exterior, fases lunares y cronógrafo con trotadora central, contador de 30 minutos y de 12 horas. Además la esfera añade un bisel exterior que marca los segmentos de 5 minutos, para hacer la lectura más cómoda.

Como ya dije en su momento a mí la indicación de 24 horas me sobra, porque recarga demasiado esa parte del reloj. Sólo hay que imaginarse cómo se verá cuando sean las 8  de la tarde menos doce minutos del día 24; el follón de agujas en el oeste de la esfera será más que llamativo. Mientras tanto, las alas vuelan tranquilas a las 3, tan sólo respaldadas por el nombre de la marca y la palabra Automatic (que tampoco hacía falta por cierto).

Todo ello supervisado por unos índices y manecillas con SuperLuminova para mejor lectura sobre una decoración elegante, con estriado vertical de cierto regusto a los años 60 que a su vez contrasta con la decoración circular de las subesferas. Longines es una maestra a la hora de conseguir diseños equilibrados a pesar de la mucha información (como ya vimos en el Heritage Diver 1967, también presentado en Baselworld).  Afortunadamente la manecilla central del cronógrafo es lo suficientemente corta como para no tapar la ventana de fases lunares, algo que no todas las compañías cuidan (y no quiero mirar a nadie).

El Longines Conquest Classic Moonphase cobra vida gracias al calibre  L678, que es en realidad un Valgranges 7751. Y por supuesto el calibre es visible a través de un zafiro posterior. Esta versión es la que señala la fecha mediante aguja, y me parece una buena elección porque hacer que una ventana de fecha sea elegante es difícil en movimientos estandarizados, mientras que la aguja que usa Longines, con esa forma de media luna en la punta, tiene una larga tradición en la relojería. El calibre también tiene su toque retro, con el nombre de la marca deliberadamente antiguo sobre las Côtes de Genève del rotor.

El guardatiempos se presenta con esfera plateada o negra en caja de 42 mm de acero u oro rosa. Está pensado para acompañar el mundo de la hípica, en el que Longines está tan metido; si no estoy equivocado este año va ya a acaparar la promoción de todos los eventos ecuestres.

Los precios del Longines Conquest Classic Moonphase son: versión en acero: 2.980 €. Acero y oro rosa: 4.240 €. Oro rosa: 9.640 €. O el primero o el último, en mi opinión. Pero que todos van a triunfar, eso seguro.

 

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