Vamos a hacer un repaso rápido de la nueva interpretación del calendario perpetuo según Breguet (que por supuesto es una disciplina relojera que domina a la perfección) en este modelo que sale ahora pero que se presentó en la feria de Basilea de 2014 y cuyo larguísimo nombre es Classique Tourbillon Quantième Perpétuel.
Para poder presentar toda la información sin perder la esencia Breguet la manufactura ha elegido una construcción tridimensional, con fondo, para distribuir mejor los datos. Así, las horas y minutos se muestran sobre un disco de zafiro a las doce. Gracias al guilloché llamado «clavos de parís» las manecillas clásicas de Breguet se ven muy bien. Por encima de las horas, en semicírculo retrógrado, aparece el día del mes.
Bajo la subesfera de las horas pasa el pequeño segundero, que nace del tourbillon de un minuto, que se sitúa a las 12. Es un segundero de tres manecillas, lo que da equilibrio estético pero hace que la lectura no sea inmediata porque la punta de la -digamos- manecilla real es muy pequeña.
A las nueve se muestran los días -con salto inmediato- y a las 3 los meses, con un sol que sirve de indicador de los años bisiestos. Todo ello con la decoración barroca tan clásica de Breguet.
La trasera es sin embargo más sencilla y muy bonita, con un grabado en forma de parra muy bien realizado tal como nos tiene acostumbrados Breguet. El precio del modelo en platino no se ha desvelado, pero el de la versión en oro rosa es de 151.300 euros, y esta es su Ficha Técnica Completa.
Más llamativa aún es la versión esqueletada en la que Breguet ha volcado todo su saber relojero, tanto en la arquitectura como en la decoración del calibre, que es espectacular. No es el reloj que vaya a ganar el concurso de legibilidad, pero a cambio la presencia es imponente.
El precio de la versión en oro rosa está en el entorno de los 202.000 euros (o por lo menos ese era el precio que se anunció el año pasado) y de 233.900 la versión en platino. Todos los detalles técnicos están aquí.