Los Master de Jaeger-LeCoultre, como este Ultra Thin Moon, llevan ya décadas dando lecciones de cómo debe lucir un reloj de vestir. Hunden sus raíces en los relojes de los años 50 del siglo pasado, mientras que los Ultra Thin son herederos del Calibre 838, aparecido en 1962 y que es el calibre más delgado con mecanismo antichoque: 1,85 mm de altura.
La idea de Jaeger-LeCoultre ha permanecido invariable: da igual lo complicado que sea el calibre, la apariencia tiene que ser elegante y sobre todo de fácil lectura. Y a fe que lo han conseguido, porque con el tiempo ha creado múltiples conjugaciones -algunas extremadamente complicadas- sin perder nunca una compostura que siempre sobresale por su distinción y a la vez cercanía a quien lo posee, que siempre encuentra una información fácilmente legible y reconfortantemente atractiva.
No es de extrañar por tanto que -según se dice- el superventas de la colección Master sea el Master Ultra Thin Moon 39. Ahora JLC nos sorprende con una versión en negro intenso, que le da un aspecto a la vez elegante y atrevido a partes iguales. Es sorprendente cómo puede mutar un reloj cambiando sólo el color o la textura de la esfera, como ya comprobamos con el Master Calendar esfera meteorito.
Todos los elementos de la esfera destilan delicadeza en el detalle: las manecillas dauphine facetadas hacen que la lectura sea perfecta; el segundero central se inmiscuye en la lectura lo justo, con un contrapeso de dimensiones perfectas; los índices aplicados tienen forma de diamante para que jueguen con la luz, reflejándola de distintas maneras a la vez. Es particularmente grácil cómo los índices que enmarcan la subesfera de las fases lunares decrecen y vuelven a crecer entre las cuatro y las 8 horas.
Y está, claro, la ventana de fases lunares. Es perfectamente clásica, y a la vez perfectamente exquisita en su serenidad. Al firmamento azul con el satélite y las estrellas doradas se llega tras bajar 3 escalones desde la esfera, lo que unido a la decoración circular dota a la complicación de una profundidad que no es otra cosa que bella.
El cielo está rodeado por la fecha, en la que se alternan los días impares -con una tipografía muy bien elegida- con unos índices circulares reflejo de los de los minutos. Tanto la fecha como las fases lunares se ajustan con dos pulsadores situados en simetría sobre la carrura, a las 4 y a las 8 respectivamente.
El calibre 925 anima al reloj, con una masa oscilante abierta para dar un aire más ligero al movimiento. Como siempre en la manufactura la decoración es exquisita. Llama la atención cómo sobresale la leyenda «Master Control 1000 Hours», el riguroso sistema de calidad que Jaeger implementó en 1992. Por cierto que todos los datos están en la Ficha Técnica Completa.
En la muñeca el reloj queda sencillamente espectacular. Como decía al principio es muy elegante y a la vez lleno de temperamento; en seguida te das cuenta de que es el reloj que puedes -¡y quieres!- llevar con traje o con vaqueros.
El reloj ya está disponible en España (al menos en la boutique de Jaeger-LeCoultre). Su precio es de 8.700 euros, 250 más que la versión de esfera plateada. Difícil elegir, ¿verdad?