Antes de ir a Baselworld se anunció el Endeavour Centre Seconds Concept y ya expresé mi admiración en otra entrada. Ahora que se ha oficializado su lanzamiento es un buen momento para ver cómo son los relojes en realidad.Cada vez que escribo algo sobre H. Moser & Cie. digo lo mucho que me gusta la marca y lo mucho que me gustan sus relojes. Me gusta la marca por la gente que la lleva, empezando por su director general Edouard Meylan (y si no has leído la entrevista que le hice éste es el momento) y siguiendo con toda la gente a su mando. Y me gusta más aún por los relojes que hacen que son maravillosos.
Y la realidad no puede ser mejor. Estamos tan acostumbrados a ver esferas con texto sobre ellas -a menudo en mi opinión con demasiado texto– que ver una superficie limpia te choca de entrada. Y desde luego hay que tener mucha personalidad para hacer algo así, porque una esfera normal y corriente quedaría casi ridícula sin ningún tipo de marcador. Pero esto no es una esfera normal, ni corriente.
El ahumado del Endeavour Centre Seconds Concept es otra liga. A riesgo de parecer cursi yo creo que se podría hablar de él como de un vino por la delicadeza de sus detalles, porque con los movimientos de la muñeca la luz crea sobre el ahumado una miríada de matices. Las agujas de hoja son preciosas, mientras que la del segundero tiene un contrapeso realmente bonito. Originalmente la esfera tenía una sola tonalidad -la rodiada-, pero también han añadido un azul medianoche del que desafortunadamente sólo pude ver las combinaciones con oro blanco y correa de aligátor negra. Para la próxima visita espero ver la versión en oro rosa.
Moser es también -y sobre todo- manufactura, y el calibre que anima el reloj, el HMC 327 es otra maravilla, tanto en su desempeño como en su decoración. Aparte del módulo del volante intercambiable cabe también destacar su reserva de marcha de 7 días, que no está nada mal, y que aparece citada en su Ficha Técnica Completa.
En la muñeca el reloj es espectacular. Con un diámetro de 40,8 mm y una altura de 10,9 se desenvuelve con un traje como pez en el agua. Es cierto que de un reloj de vestir se espera una altura no superior a los 10 mm, pero es que la personalidad del reloj es tanta que lo que lamentas es que se te esconda bajo el puño de la camisa y no se vea. Aunque también es verdad que el placer de levantar la muñeca y desvelar el reloj echando el puño hacia atrás es único. La versión que aparece aquí abajo es el Concept Watch original del que sólo se hizo una unidad pero que en realidad sólo le diferencia de los demás en la correa de aligátor negra.
Como siempre en Moser los precios son contenidos, teniendo en cuenta los materiales usados, el calibre y las unidades (sólo 10 de cada tipo). Cada pieza tiene un precio de 22.900 euros, que yo pagaría encantado si pudiera.