Cualquiera que siga el torneo de Roland Garros conoce dos reglas no escritas pero que sin embargo siempre se cumplen: Rafael Nadal nunca juega mal en junio y cuando estrena un nuevo reloj en un torneo, lo gana. Pues bien, ayer se rompió esa especie de dictadura deportiva para tristeza mía y de muchos aficionados y para mayor gloria de Novak Djokovic, que por algo es el intratable número 1. Y por ende gran alegría para Seiko, patrocinador del serbio.
No sabemos si Nole llegará a la final y la ganará (que creo yo que sí). Quien seguro que sí va a llegar a la final es Longines, que es el patrocinador del torneo desde 2007. Y para celebrarlo ha lanzado el Conquest 1/100th Roland Garros, un cronógrafo que mide las centésimas de segundo. Está alimentado por un movimiento de cuarzo de última generación creado (claro) por ETA que contiene un microcontrolador con memoria flash integrada que le permite, además de la medida centesimal, puestas a cero instantáneas. Es el Conquest Cuarzo que ya conocíamos pero con la función de 1/100.
En la esfera gris aparecen las tres subesferas tradicionales: pequeño segundero a las 6 y contador de 30 minutos y 12 horas. En el centro dos trotadoras: una para los segundos y la inferior que, cada vez que se detiene la trotadora, apunta al bisel exterior con división centesimal. tanto esta aguja como los acentos del bisel son naranjas (como ya vengo diciendo, el color de moda este año). Y ese es el color también en las subesferas (menos la manecilla del pequeño segundero).
Todo ello en una caja de 41 mm de diámetro en acero cepillado pero con bisel y pulsadores (muy estilizados) pulidos a espejo. Esa misma combinación se repite en el brazalete. El fondo es ciego pero acoge el nombre y el logotipo de Roland Garros en un grabado sobre base graneada. Queda muy bien, se nota la mano de calidad de Longines, también presente en la corona: el acanalado es elegante y las alas de Longines están en relieve. Y por cierto el reloj es hermético hasta 300 metros. Gran detalle.
Es un estupendo reloj. Longines ha sido inteligente en no plantar la conmemoración en la esfera porque así el reloj se pueda llevar como un reloj normal, no de homenaje. El precio sin embargo, es de 1.400 €, mucho más caro que el Conquest de cuarzo 1/10 y no lejos de un Hydroconquest automático. Cuestión de gustos.