Rado ha presentado este año en Baselworld, junto con sus cronógrafos habituales y demás variaciones de sus líneas conocidas, uno de los relojes que más me sorprendieron y gustaron de la feria por su buena presencia, su gran ejecución y por su precio más que atractivo: el Rado Diamaster Grande Seconde, un reloj que se sale de lo que es habitual en la marca.
Rado es una marca que vuela por debajo del radar, apenas publicita sus avances tecnológicos -que son notables en cuanto a los materiales- y sus relojes tampoco se comunican mucho. No sé si es el estilo de la casa, pero leí en algún sitio a su Director General, Matthias Breschan, diciendo que debían mejorar ese aspecto. Y estoy de acuerdo, porque la marca debería tener mejor estima de la disfruta; cuando menos en este lado del mundo.
Sea como fuere, con este Rado Diamaster Grande Seconde han dado en el clavo. Se distancia claramente de los otros modelos de tres agujas de la casa con una presencia distinta y muy lograda. Digamos aquí que de las dos versiones que se presentan -una con la esfera decorada con Clous de Paris y la otra en gris- en Baselworld sólo vimos la segunda; de ahí que se incluyan fotos suministradas por la marca.
Empecemos por la caja: es monobloque -un recurso constructivo que comenzó en 2013- y por supuesto todo de cerámica de plasma. La cerámica de plasma en realidad es blanca; las cajas de cerámica de alta tecnología de color blanco terminadas y las piezas de correas ya pulidas o arenadas para conseguir un acabado mate se elevan hacia el interior de un horno especial de plasma. En el horno, los gases se activan al superar los 20.000 °C y la cerámica alcanza una temperatura de 900 °C y comienza a sufrir cambios en su estructura molecular.
Estos cambios hacen que el material adquiera un cálido brillo metálico. El resultado es permanente y no se difumina con el paso del tiempo, por lo que los relojes conservarán siempre su brillo. Además, el proceso no afecta a las propiedades esenciales de la cerámica, que conserva su resistencia a los arañazos, su ligereza y sus propiedades hipoalergénicas. Por cierto que este mismo proceso lo vimos en el OMEGA Speedmaster Lunar Dust que aparece en este vídeo.
Importante como es la caja, sin duda lo que hace al Rado Diamaster Grande Seconde tan llamativo es la estupenda esfera. Rado ha dado todo el protagonismo al pequeño segundero -que es segundero, pero no pequeño. Tanto es así que mientras la subesfera de la hora está simplemente superpuesta sobre la base, el pequeño segundero tiene un bisel metálico cepillado que enmarca una subesfera decorada con guilloché redondo, roto a las 9 por la ventanilla de fecha. Si había que poner una ventana de fecha -que no estoy seguro que fuera necesario- ese era el lugar para hacerlo y conservar el equilibrio estético. Además la decoración rayos de sol tiene su centro en el del tornillo de la manecilla del segundero. Como digo, todo el protagonismo para una aguja con buen movimiento porque el calibre se mueve a 28.000 alternancias a la hora.
El resultado es, como ya he dicho, excelente. Resulta un reloj elegante y clásico, pero la gran esfera del segundero le da un toque deportivo que le sienta muy bien. Sorprende que en un reloj de este precio (vale 2.920 euros) se haya cuidado tanto el detalle de la decoración como para incluir los «clavos de París», una recurso normalmente reservado a relojes de un nivel más alto. La esfera con esa decoración queda muy bien, y resalta aún más con las manecillas en azul. Aún así, a falta de verlo en vivo me quedo con la versión lisa.
Hay que mencionar también que el calibre que integra es el ETA 2899, desarrollado específicamente para este reloj sobre la base del 2892. Se hecha de menos que, ya que era un desarrollo nuevo, hubiera aumentado la reserva de marcha de las tradicionales 42 a las 80 horas, como otros hermanos del grupo. El calibre está bien decorado, destacando como siempre el rotor negro con la forma de ancla de la casa. Además el fondo imita el patrón de la esfera. Buen detalle.
A pesar de los 43 mm de diámetro el Rado Diamaster Grande Seconde no resulta excesivamente grande, aunque se habría beneficiado de una altura menor (11,8 mm, como se puede leer en su Ficha Técnica). La verdad es que queda muy bien y resulta muy atractivo puesto. Ahora mismo, sin duda, uno de mis relojes preferidos en ese nivel de precio. Bien hecho, Rado.