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En la muñeca: Hamilton Khaki Navy Pioneer Auto y Chrono

Khaki Navy Pioneer auto y chrono

Ahora que ya están en las tiendas vamos a ver el reloj de Hamilton que más me gusta, el Khaki Navy Pioneer. Y lo vamos a ver en dos versiones, automático –que ya existía en la colección– y la nueva versión cronógrafo.

Durante la segunda guerra mundial Hamilton recibió el encargo de fabricar cronómetros para su marina, como éste que se ve. En 2012 Hamilton lanzó una versión de pulsera que tuvo un éxito inmediato, y ahí sigue.

Este año la versión que presenta Hamilton mantiene las mismas señas de identidad pero con dos variaciones en tamaño y maquinaria. La caja ha crecido de 40 a 43 milímetros, con lo que pone al modelo al límite de lo que se puede llevar con un traje. El efecto del tamaño se ve aumentado por la esfera plateada, que lo hace parecer más grande.

Le salva sin embargo que la esfera es absolutamente clásica, desde la configuración de tres agujas y fecha, pasando por la forma de las manecillas, muy bonitas con su acero azulado, la elección de los numerales y terminando por la minutería de ferrocarril que recorre el exterior de la esfera.

Añade además un bisel inclinado con los minutos, que afortunadamente tienen la misma tipografía  y color que los de las horas. Esto le da un cierto toque informal que unido a la correa de cuero le permite pasar de la oficina al campo sin mayor problema.

Como decía el otro cambio es el calibre, que ahora es el H 10 desarrollado por ETA para Hamilton sobre la base del Powermatic ya existente, y que ostenta 80 horas de reserva de marcha, que no está nada mal. Y también se puede ver que el calibre no es la causa del aumento de tamaño del reloj porque no es muy grande precisamente.

Esta es su Ficha Técnica.

El Khaki Navy Pioneer Chrono no supone ninguna ruptura con la estética de la colección. Más bien al contrario, parece que nació al mismo tiempo que los demás modelos.

Para dar cabida a las dos subesferas del cronógrafo y que el resultado resulte igual de equilibrado y legible el tamaño aumenta a 44 milímetros. Además se ha sustituido el minutero de vías de tren por uno de cronógrafo para que la lectura de los tiempos sea más precisa.

En la parte trasera vemos otro calibre Hamilton, el H 21, desarrollado a partir del archiconocido 7750 y con 60 horas de reserva de marcha. El buen funcionamiento está por tanto garantizado.

Si le tengo que poner una pega al reloj es precisamente su configuración. Fijaos en la esfera. ¿qué está pasando? En efecto: nada. Como el reloj carece de segundero resulta que un reloj con idea de deportes está totalmente quieto, y así ocurrirá normalmente porque el cronógrafo se utiliza muy poco. Yo creo que le hubiera quedado mejor si la subesfera a las 6 hubiera sido un pequeño segundero y tuviera sólo un contador de 30 minutos. Porque seamos sinceros, ¿cuántos eventos que duran horas se van a cronografiar con un reloj así? Pero en fin, es algo que va en gustos. Eso sí, añade ventana de fecha a las 3.

 

No quiero dejar de resaltar la decoración de la carrura, con esa triple fila de los llamados «clavos de París», común a las dos versiones, que le quedan muy bien al reloj y a su aire retro.

Y así es como quedan los relojes puestos. El automático queda precioso en la muñeca, la verdad. Además con un precio de 895, que no está nada mal. Seguro que se vende como rosquillas.

Y éste es el cronógrafo, que también está ya disponible con un precio de 1.695 euros.

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