Tissot es ampliamente conocido por ser una marca que siempre entrega piezas muy bien realizadas a un precio competitivo, una cuestión imperativa en un segmento en el que la batalla es cruenta. El nuevo PRS 516 Automatic Chronograph es un perfecto ejemplo de las buenas costumbres de la marca.
El cronógrafo es una de las grandes complicaciones relojeras, pero estamos tan acostumbrados a verlos en los relojes más baratos que no se le suele dar importancia y, por eso mismo, la lucha por ofrecerlo a precios asequibles es larga y sangrienta. Y si saltamos a la relojería tradicional entonces la batalla se torna épica. Así, saber que se puede uno llevar un cronógrafo mecánico y suizo por 1.930 euros suena realmente interesante.
El PRS 516 Automatic Chronograph tiene una fachada clásica de los años 60/70, que es una presencia que nunca pasa de moda. El acero de la carrura está cepillado para aguantar el trote y además está coronado por un bisel de cerámica negra con el taquímetro grabado. Una más que agradable sorpresa, porque no te esperas cerámica en un reloj de ese precio. El diámetro de la caja es de 45 milímetros que, unidos a las largas asas, hace que el reloj no sea para cualquier muñeca.
La esfera está igualmente bien construida. Tiene un bisel exterior muy pronunciado sobre el que se apoyan los índices, lo que da una sensación notable de profundidad. La esfera tiene una textura muy «racing», de fibra de carbono en el modelo azul y con nervaduras horizontales en el rojo y en el amarillo.
La estructura es bi-compax -la disposición correcta de un cronógrafo para los más puristas- y las subesferas están bien trabajadas, con un bisel exterior plateado en la versión en rojo y negro en el amarillo y azul. Los acentos de color aparecen en los sitios adecuados: la trotadora central del cronógrafo -con su tradicional contrapeso en T- , la contadora de minutos del cronógrafo y el nombre, además de aparecer en los pulsadores a las 2 y a las 4. Como decía, Tissot sabe cuidar sus relojes y esta esfera rezuma equilibrio y saber hacer. Por último, la fecha se regula mediante un pulsador a las 10 horas.
Todo ello se mueve gracias al calibre ETA A05.H31, que es una evolución del 7750. No tiene rueda de pilares -para mantener el precio dentro de un orden- sino que se acciona por leva, pero su funcionamiento está más que probado y ETA ofrece incluso un cierto nivel de acabado: perlado de los puentes y rotor esqueletado. Suficiente como para ofrecer un reverso con cristal de zafiro, que siempre es de agradecer.
El PRS 516 Automatic Chronograph en conjunto destila calidad mucho más que suficiente como para tenerlo muy en cuenta si se está buscando un cronógrafo competente técnicamente y a un precio asequible. Baste recordar que el otro día repasábamos un reloj equivalente, el Tudor Fastrider Chrono, que ofrece básicamente lo mismo (una subesfera más) y cuesta casi el doble. Y así con muchos otros relojes del mercado. Es obvio que en esto de saber vender Tissot sabe lo que se hace. El reloj ya se puede buscar en las tiendas, y se puede encontrar su Ficha Técnica haciendo clic aquí.