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The Longines Column-Wheel Single Push-Piece Chronograph

Longines Column-Wheel Single Push-Piece Chronograph ambiente

Si hablamos de «fondo de armario» el de Longines recuerda al de Narnia, que se abre a un mundo gigantesco, porque que parece que los modelos creados por la manufactura de Saint-Imier no tienen fin. Sirva  como ejemplo este The Longines Column-Wheel Single Push-Piece Chronograph, basado en un modelo de la primera mitad del siglo XX y que se encuadra dentro de la colección Heritage.

La verdad es que «modelo de la primera mitad del siglo XX» que es la datación que le da la propia Longines, es un tanto vaga. A mí la presencia y distribución de la esfera me recuerda a la del Vacheron Constantin Historiques Cornes de Vache 1955 que presentamos hace poco, con esas subesferas más pequeñas de lo que estamos acostumbrados actualmente. Alrededor de la esfera hay una escala taquimétrica, y se agradece que no se diga: en muchísimos relojes aparece escrito un «taquimètre» completamente superfluo cuando ya estamos viendo la escala. De esta manera además se ahorra espacio y todo el dibujo de la esfera puede ser más grande.

 

Son especialmente bonitas las dos subesferas (pequeño segundero a la izquierda y contador de treinta minutos a la derecha). El conteo de los segundos lo hace una manecilla que tiene la misma forma elegante que el segundero central del cronógrafo, mientras que los treinta minutos a la derecha están marcados por un aguja en forma de flecha, un buen detalle que subliminalmente representa la idea de velocidad y agudeza, muy adecuada para un cronógrafo. Además en la versión en blanco todas las manecillas son de acero azulado, siempre tan resultón. Mucho más dramático es el contraste de la esfera negra, con todos los indicadores en blanco.

Hubiera sido un detalle si la ventana de fecha, ya que se pone -innecesario en un reloj «de época»- viniera con el fondo negro y los dígitos en blanco para que se integrara mejor. La esfera está contenida en una caja de acero de 41 milímetros de diámetro (tal como consta en su Ficha Técnica), una medida contenida para lo que suelen ser los cronos pero con espacio suficiente para alojar todos los datos.

El reloj está animado por el calibre L788.2, desarrollado específicamente por ETA a petición de Longines -algo que ya había hecho por ejemplo con el L 688.2 que vimos en el Heritage Diver 1967Longines está muy orgullosa de su movimiento y lo está montando en varios de sus modelos Heritage, hasta tal punto de que, salvo  «The Longines», el nombre del reloj que presentamos es idéntico a este otro inspirado en un modelo anterior; la verdad es que podrían haber buscado una alternativa porque tampoco es que tener una rueda de pilares sea la gran innovación del momento. El calibre se puede ver en otro de los modelos presentado en Basilea, el Pulsometer Chronograph.

Las dos versiones tienen el mismo precio: 2.790 euros y, como todo en Longines, se venderá muy bien. No sólo eso: por primera vez que yo recuerde un reloj con un calibre ETA ha sido elegido para la fase final del Gran Premio de Relojería de GinebraGane o no gane -que lo tiene difícil- es desde luego un gran logro.

 

 

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