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Nuevo Montblanc Heritage Spirit Perpetual Calendar Sapphire

Montblanc Heritage Spirit Perpetual Calendar Sapphire en la muñeca

La feria de Watches & Wonders es el SIHH de Asia, un mercado tan importante que se han presentado allí más novedades de las que vimos (y seguramente volveremos a ver) en Ginebra. Montblanc, que lleva en efervescencia creativa desde hace dos años, no es una excepción y para mí uno de los modelos más interesantes de los que ha presentado es el Heritage Spirit Perpetual Calendar Sapphire.

La línea Heritage Spirit ya tenía un calendario perpetuo, pero el salto hacia delante que ha dado en cuanto a su estética en esta nueva versión es notable, impactante y muy muy atractivo. La caja tiene un diámetro de 39 mm y abandona el oro rosa para vestirse con oro rojo, un tono que se consigue añadiendo más cobre en la mezcla. Como ocurre en tantos modelos de vestir, el bisel y la parte superior de las asas están pulidos a espejo, lo que ofrece una enorme gama de reflejos y tonalidades. Sin embargo la carrura -que acoge los pulsadores de ajuste del calendario- está satinada para contrastar con el pulido y de paso aguantar más el trote diario. La corona, también de oro rojo, añade el emblema de la manufactura.

Pero lo realmente llamativo está en la esfera: debajo del zafiro superior encontramos otro, ahumado, que es el que integra los índices y permite ver el calibre. Y además es responsable del juego de luces del reloj, y me explico: en las fotografías se aprecia un tono azulado proveniente de la luz natural (las fotos se hicieron al aire libre al atardecer). Sin embargo, cuando el reloj no tiene luz directa su aspecto es mucho más oscuro. Algo así:

Como se puede ver tiende a marrón, acentuado por el bisel interno situado por debajo del zafiro ahumado y construido en un metal oscuro y satinado circular. Es uno de los placeres del reloj, el juego contrastes que ofrece al mover la muñeca.

Jérôme Lambert, Director General de la firma, me explicó con la naturalidad que le distingue el desafío técnico que supone construir el reloj:

«Es difícil construir esta pieza porque al añadir un cristal extra y poner la caja se genera una sobrepresión muy alta. Así que muchas veces a los relojeros se les rompe el cristal, pero cuando consiguen que no les pase queda muy bonito». Es de suponer que habrá muchas más unidades que no se rompan que piezas que lo hagan.

Sea como fuere, el resultado es estupendo. Sobre el cristal ahumado se aplican los índices y el romano XII. Los índices están facetados en diamante para facilitar la lectura, mientras que las indicaciones de los minutos intermedios están pintados en blanco.

El primer sustantivo que compone el nombre del reloj es «Heritage» que directamente apela al clasicismo. Por tanto no sorprende que las manecillas sean dauphine y que también estén facetadas, con uno lado pulido y el otro cepillado para mejorar la lectura que, en conjunto, está muy lograda en cualquier ángulo.

También sobre el zafiro interior se sitúan las cuatro subesferas que aportan la información, realzadas por el contraste del bisel plateado exterior con el interior en negro. En la mitad superior tenemos los tres discos del calendario perpetuo. A las doce se muestran los meses del año, señalados -como en las otras dos esferas- por una manecilla de acero azulado. En la parte interior del disco aparece la indicación de los cuatro años del ciclo bisiesto, con el 4 en rojo y señalado por una aguja mínima. A las 3 horas se muestra la fecha y a las 9 el día de la semana. El calendario no necesita ser corregido hasta el 28 de febrero de 2100.

A las 6 aparece la subesfera de la fase lunar, que además ofrece la edad de la Luna. La esfera está especialmente bien resuelta porque la mitad inferior está decorada con un guilloché circular que transluce la luna «escondida» como si fuera una persiana, creando así una continuidad con el motivo esqueletado de la esfera y dejando que los detalles dorados de la luna se entrevean, lo cual se agradece especialmente cuando hay luna nueva y los dos discos están escondidos.

El cristal de zafiro permite ver el perlado de la platina principal del calibre, así como los engranajes que mueven las esferas del calendario perpetuo. El calibre es el que Montblanc llama MB 29.15 que es en realidad un ETA sobre el que se ha acoplado la complicación de calendario de Dubois Depraz. Cuando giramos el reloj para ver su parte trasera se aprecia muy bien cómo el calibre tiene un diámetro pequeño : hay mucho metal rodeando el cristal de zafiro. Y sin embargo está resuelto elegantemente, con nuevamente el nombre de la casa en pulido sobre cepillado y sobre todo con una masa oscilante muy bonita, decorada con Côtes de Genève en un tono de oro cobrizo muy conseguido.

Por último el reloj se ata al pulso mediante una correa de piel de caimán negra realizada en la Pelletteria Montblanc de Florencia que garantiza la máxima calidad, y con hebilla ardillón  en oro rojo (todos los detalles están en la Ficha Técnica completa).

Como ya se ha visto  en las fotos, el Heritage Spirit Perpetual Calendar Sapphire en la muñeca queda simplemente espectacular. Tiene un diámetro comedido y una altura aún más (10,24 mm), por lo que se esconde perfectamente bajo el puño de la camisa siempre que sea necesario.

Además el precio está muy bien: un reloj realizado en oro, con calendario perpetuo y fases lunares por 19.900 € me parece una propuesta muy buena. Yo me lo compraría sin duda porque ahora mismo me parece el reloj más bonito de Montblanc.

 

 

 

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