El año pasado Panerai presentó el Radiomir 1940 3 Days Automatic con el calibre P 4000, su primer calibre automático desarrollado enteramente en la manufactura y montado en un 1940, y el primero en incluir un micro rotor. Entonces lo mostró con caja de oro rosa y en acero. Ahora podemos disfrutarlo además en titanio, todos con una caja de 45 mm.
La versión en acero es la más seria, la que podríamos considerar «de vestir». El acero por cierto, es el AISI 316L 1.4435, el que siempre utiliza Panerai fundamentalmente por sus propiedades hipoalergénicas. El pulido a espejo de la caja y las asas contrasta muy bien con una esfera negra, sólo alterada por el tradicional pequeño segundero a las 9. Para complementar el conjunto la correa es de aligátor negro brillante.
La caja de titanio del Radiomir 1940 3 Days Automatic tiene un carácter mas deportivo. La carrura mezcla el satinado con el pulido del bisel, un contraste que le queda muy bien. La esfera es la tradicional de sándwich marrón, un diseño que después de tantos años y tantos rediseños no da sensación de agotamiento. Mas bien año contrario. En esta versión la esfera está acompañada por una correa de piel envejecida que le sienta muy bien.
Hablar de buena legibilidad en Panerai es casi una obviedad, porque es una exigencia que estaba en su certificado de nacimiento y no lo ha perdido desde entonces. El tratamiento con SuperLuminova es, una vez más, impecable.
Es obvio que 45 mm está muy lejos de lo que consideramos una medida aceptable para un reloj de vestir, pero hay que tener en cuenta que la caja es muy delgada -12,2 mm- para lo que suelen ser los Panerai por lo que el reloj queda muy bien en la muñeca. Eso sin contar con el atractivo intrínseco de los Panerai, que al cabo perdona cualquier exceso.
Los nuevos calibres de Panerai generan debate porque ciertamente las grandes platinas y puentes no permiten ver el desempeño del calibre. A mí personalmente no me importa. Es decir, me encanta coger una lupa de relojero y mirar un movimiento, pero también aprecio la estética racional de un calibre como éste. En cualquier caso el micro rotor bidireccional de tungsteno es un placer para la vista.
Además técnicamente es encomiable: tan solo tiene 3,95 mm de altura, muy poca estatura para un movimiento automático. Y lo consigue gracias a que el microrrotor está «sumergido» por debajo de la altura de la platina y los dos puentes visibles. Equipa parada de segundero y dos barriletes que ofrecen unas respetables 72 horas de reserva de marcha, además de un volante que vibra a 4 hercios. No está nada mal para un calibre base.
Como decía antes el reloj queda estupendamente en la muñeca y es una elección personal elegir uno u otro según el uso que se le vaya a dar -más formal o más deportivo-, aunque en esto las fronteras son muy difusas y especialmente con un Panerai. Bueno, decisión personal pero también económica, porque el de acero cuesta 9.900 euros y el de titanio 10.400. Aunque, como se suele decir, «ya metidos en feria…»
Ambos están disponibles en las boutiques de Panerai de Madrid. Son relojes perfectos para quien se quiere iniciar en el mundo de la marca, y desde luego para todo aquel fan de la Officine que quiere tener al menos un ejemplar de las innovaciones de la casa.