Hacía tiempo que no teníamos noticias de NOMOS, pero la que traemos está muy en su línea: soprendernos con algo nuevo que viene a sacudir una vez más la alta relojería, esta vez presentando un calibre de manufactura automático y muy delgado alojado en la nueva categoría neomatik, expresada en 10 versiones.
El año pasado presentaron su swing system, un conjunto de escape de áncora y volante que habían diseñado y construido en la manufactura (excepto el espiral), lo que garantizaba la independencia de los movimientos suizos -particularmente los ETA- y les permitía controlar mejor servicio y precios.
Ahora han dado un paso adelante y han creado un calibre entero, el DUW 3001. Las siglas DUW vienen del nombre completo de la compañía, NOMOS Glashütte Deutsche Uhrenwerke, y desarrollarlo ha llevado 3 años y unos 15 millones de euros, que para una empresa del tamaño de NOMOS -que ya no es pequeña porque emplea alrededor de 240 personas- es una inversión más que sustancial.
Pero el resultado final ha merecido la pena: es uno de los calibres automáticos más delgados del mercado con una altura de tan solo 3,2 mm. En comparación el ubicuo 2892 de ETA mide 3,6 milímetros. Todo ello conservando la configuración clásica de Glashütte con platina de tres cuartos y nervaduras, también en la masa oscilante esqueletada. Tal delgadez se consigue porque todos los elementos se ubican entre la platina base y la superior de tres cuartos, lo que básicamente obligó a un rediseño y adelgazamiento de todas las partes integrantes y a manejar tolerancias inferiores a un milímetro.
Cuando NOMOS presentó el swing system ya hablaban de ajuste en 6 posiciones que le confería características de cronómetro. Este DUW 3001 ostenta el mismo ajuste y aunque la marca no habla de cronómetro («lo podría ser» -dicen) el calibre pasa el test del Deutsche Chronometer Prüfstelle, el observatorio de Wempe que es el COSC alemán.
El calibre obviamente viene a ampliar la cartera de productos de NOMOS inaugurando una nueva línea, la neomatik. Según parece el nombre va ir en minúscula (o así está escrito en toda la documentación de la marca), lo que provoca cierta inconsistencia en la escritura porque los relojes se llaman, por ejemplo, NOMOS Orion neomatik; demasiadas exigencias ortográficas en mi opinión.
Para celebrar la llegada del calibre la manufactura presenta diez versiones de sus relojes con el calibre integrado. Pero para que no sea una simple reedición se han creado nuevas esferas; o, por mejor decir, se han aplicado nuevos colores en las esferas. Por un lado diales más parecidos a los ya existentes pero con detalles en cian sobre blanco y por otro una esfera, la más llamativa, en color champán acentuado por detalles en naranja. En total son diez relojes que en su conjunto se ha dado en llamar neomatik First Edition. El año que viene los relojes volverán a su apariencia habitual -dice la marca- aunque supongo que si el color champán tiene éxito lo mantendrán (a mí me gusta mucho). Sería una pena no hacerlo.
Fiel a las medidas con que comenzó la carrera comercial de NOMOS los relojes tienen un diámetro de 35 ó 36 mm, lo que para algunos resulta demasiado pequeño. Ese es quizá el único problema del calibre: cuando se quiera incorporar en cajas de 39 ó 40 milímetros resultará demasiado pequeño para los estándares actuales. Pero ya veremos qué pasa en el futuro.
A lo largo del artículo he puesto las parejas de relojes cuyo precio oscila entre 2.520 euros el más barato y 2.960 euros el más caro. Para ver el precio exacto de cada unidad y sus características técnicas lo mejor es pasarse por la tienda online de NOMOS -si se puede evitar la tentación una vez allí, claro-.
Enhorabuena a NOMOS, una vez más.