Swatch mantiene desde hace años un programa de patrocinio de artistas. Este año presenta FACES en la Bienale de de Venecia que abrió en mayo y se extenderá hasta noviembre, de la que podéis ver la web dedicada aquí. A esta exposición está también invitada la artista portuguesa Joana Vasconcelos a quien, como es costumbre, Swatch ha pedido crear un reloj. Y claro, Joana ha respondido. Para ello se ha inspirado en su ascendencia portuguesa y concretamente en los trabajos de filigrana. La orfebrería tradicional portuguesa tiene fuertes raíces religiosas; así, la foto inferior presenta la medalla del Corazón de Viana do Castelo que ha pasado a ser el símbolo de la ciudad y que comenzó a hacerse con el auge del culto al Sagradado Corazón de Jesús a partir de finales del siglo XVIII.
El resultado es una de las esferas más bonitas que yo recuerdo en un Swatch. Según dijo Joana «Mi idea era hacer un Swatch que estuviera vinculado a la tradición de Portugal y que tuviera dos materiales muy diferentes, metal y plástico, pasado y futuro, tradición y contemporaneidad». Obviamente el reloj está hecho industrialmente para seguir en la línea de Swatch y de todas las demás colaboraciones de artistas. Ellos proponen el diseño y Swatch lo mecaniza.
El reloj deja todo el protagonismo a la esfera, que por primera vez se monta a mano. El resto no puede ser más sobrio: caja negra y correa negra. Es una serie limitada 999 unidades que llegarán a las tiendas en noviembre y que apuesto a que se venderá en un santiamén.
