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En la muñeca: Zenith Elite Chronograph Classic

Zenith Elite Chronograph

De entre las múltiples piezas a las que el mítico calibre El Primero de Zenith la que más me ha gustado es esta: el Elite Chronograph Classic, un cronógrafo con un aire vintage magníficamente ejecutado.

Si no estoy equivocado este año no hemos visto muchos «cronógrafos de vestir» (por nombrar de alguna forma a unos relojes creados para medir tiempos cortos pero que por su presencia se ven mejor con traje y corbata que con el mono de piloto de las carreras). Trajimos en vídeo el magnífico Piaget Altiplano Chronograph; también la excelente versión para boutiques del 1815 de A. Lange & Söhne (éste es el artículo) y por supuesto el maravilloso Harmony Chronograph de Vacheron Constantin, que presentamos en vídeo aquí. Pero un cronógrafo de vestir por menos de 10.000 euros, ninguno. Salvo éste Elite Chronograph Classic.

La estampa del hermano del Elite 615 (que repasamos con fotos en vivo en este artículo) es absolutamente retro, y absolutamente heredera de los cronógrafos de la marca en los años 50. Por supuesto el tamaño no es el de entonces, ya que de los habituales 35 ó 36 milímetros de la época el Elite Chronograph ha crecido hasta los 42. Pero a pesar de ser una medida al límite de lo permitido en los relojes de vestir, la altura de menos de 12 mm y las largas y curvadas asas hacen que el reloj se asiente sin problemas sobre la muñeca, con  un aspecto elegante y dejándose llevar sin comprometer los puños de la camisa. Por cierto que, como se ve en las fotos, el reloj está disponible en acero o en oro rosa. A las 2 y a las 4 se alojan los pulsadores, unos sencillos rectángulos que encajan perfectamente con la estética del reloj.

La esfera es preciosa en su descarado estilo retro. Tanto para el acero como para el oro el dial es gris con una marcada decoración rayos de sol. Sobre ella se asientan unos índices largos y estilizados que además son dobles en las horas pares, lo que añade elegancia al conjunto. Siendo como es un cronógrafo también están marcadas las divisiones de los minutos para contar los tiempos con precisión, pero están pintados de una forma tan leve que en ningún momento alteran el porte sobrio de la pieza.

En la versión de acero las manecillas e índices están rodiados mientras que en la de oro están chapadas en oro rosa. A las 9 aparece el pequeño segundero mientras que a las 3 tenemos una subesfera que cuenta hasta 30 vueltas de la trotadora central. Y ya está, la esfera no necesita más para seducir. Está tan logrado el aire años 50 que incluso el nombre de la marca y la estrella que lo guarda parecen estar rediseñados para resultar más vintage. Pero no, así es el nombre (y la estrella).

CALIBRE EL PRIMERO

Cuando se hace una búsqueda de este reloj en internet -y no hay muchos artículos, y ninguno en español que yo sepa- a menudo se le nombre como «El Primero Chronograph Classic», cuando no es así en absoluto: Zenith lo inscribe dentro de su colección Elite (se puede ver aqui). Pero es una confusión lógica porque, en efecto, el calibre que mueve el reloj es un El Primero.

En concreto, como se puede leer en su Ficha Técnica, es la derivada El Primero 4069. Es un nuevo movimiento cronógrafo con rueda de pilares y embrague horizontal -no vertical- que también presume de alta frecuencia (36.000 alternancias a la hora, o 5 hercios) y una reserva de marcha que va un poquito más allá de los dos días: 50 horas; lo justo para dejarlo descansar el fin de semana. Como es habitual en este calibre los puentes y la platina están perladas mientras que el rotor esqueletado está decorado con Côtes de Genéve.

EN LA MUÑECA

Sin embargo los esfuerzos cronométricos de El Primero tienen un desempeño distinto en el Elite Chronograph Classic, hasta el punto de viendo el reloj no se piensa que sea ese calibre el que se mueve dentro. Y, francamente, yo no hecho de menos las configuraciones habituales de El Primero.

Ya he dicho antes que el reloj se adapta muy bien a la muñeca gracias a su construcción. Pero si hablamos de su presencia puesto, la sensación es inmejorable. Tiene una presencia mesurada, estilizada. Se diría que está pensado para medir tiempos tranquilos, no de competición.

No tener una ventana de fecha es una idea perfecta para mantener la coherencia estética, y muy poco habitual: muy pocos relojes con calibres de manufactura evitan la tentación de incluir una ventanilla de fecha.

Y además, recordemos, por mucho menos de 10.000 euros: la versión de acero cuesta 7.650 euros (la de oro alrededor de 19.500). Por ese precio no se encuentra un cronógrafo con calibre de manufactura tan elegante como éste. Así que, si se quiere tener un único reloj -o, por mejor decir, si no te puedes permitir más que un único reloj- y se busca algo elegante pero que tenga un toque deportivo y además ostente auténtico caché relojero, este Elite Chronograph Classic es sin duda una de las opciones a tener muy en cuenta. Yo desde luego no lo dudaría.

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