La subasta Only Watch ha pasado de ser una aportación muy generosa de la industria relojera a una causa más que importante –la investigación sobre la Distrofia Muscular de Duchenne- a una interesantísima pasarela con algunas de las piezas más exquisitas de la industria, cuyo máximo representante es, sin duda, el último reloj que traemos a la palestra un día antes de la subasta: el glorioso Patek Philippe 5016A-010.
Patek Philippe tuvo un Gran Complicación entre 1993 y 2011, el Referencia 5016. El reloj ofrecía nada menos que calendario perpetuo con fase lunar, fecha retrógrada, tourbillon y repetición de minutos. Una maravilla encapsulada en una caja de platino de 37 milímetros de diámetro. El reloj está considerado por muchos como el santo grial de los coleccionistas, por las complicaciones incluidas y por su construcción contemporánea conjugada con una estética clásica.
Patek lanzó en 2012 el Referencia 5207P, con el difícil reto de cuando menos igual a su antecesor. Las complicaciones eran las mismas, pero el calendario perpetuo tiene cambio instantáneo; es decir, todas las indicaciones incluidas en el calendario cambian automáticamente a las 12 de la noche en vez de arrastrarse durante varios minutos hasta completar el cambio. Esto obliga a una cuidadosa gestión del par de fuerza del muelle real para que todo fluya sin afectar el desempeño del reloj, y más aún cuando tiene a su cargo también la energía necesaria para mover la caja del tourbillon. Ni qué decir tiene que el 5207P cumple a la perfección. Es más, a riesgo de ser quemado en la plaza pública, me atrevo a decir que a mí personalmente me gusta más el 5207P que el 5016 (salvo por el grabado de la carrura y las asas).
Sea como fuere, Patek ha traído de nuevo a la vida el 5016 para ofrecerlo a Only Watch. Los seguidores saben que cuando aparece una A en la referencia del reloj estamos hablando de una caja realizada en acero, el material más noble para Patek dada la excepcionalidad de los modelos fabricados con el metal hasta el punto que en las subastas siempre alcanzan precios desorbitados (aún más desorbitados, quiero decir). En este caso también va a ser así sin duda y quien se lo lleve seguro que va a ver un agujero en su cuenta corriente, que obviamente habrá de ser lo suficientemente grande como para poder enfrentarse a un reto semejante.
Este Patek Philippe 5016A-010 tiene varias diferencias con las distintas versiones del 5016. Mientras que éste último se fabricó en oro amarillo y esfera blanca, oro rosa con dial negro y oro blanco con esfera también blanca, la presente edición para Only Watch se ha creado en un precioso azul marino. Y también por primera vez la esfera se ha decorado con esmalte Grand Feu, la forma más difícil de decorar la esfera por la facilidad que tiene el material de quebrarse en el proceso. El esmalte es básicamente vidrio (sílice, plomo rojo y sosa) al que se le añaden un número de óxidos metálicos encargados de obtener la gama de colores. Los esmaltes “grand feu” alcanzan su punto de fusión entre los 800 y los 1.200 grados centígrados, pegándose al metal. Así se obtiene una pieza de gran pureza y mucho más longeva. El proceso de calentado y posterior enfriado se repite entre 4 y 10 veces, y es entonces cuando el que el material puede –y suele- quebrarse. Por ello y por su presencia tan refinada cuando se compara con el lacado habitual el grand feu es tan apreciado como poco habitual.
Las ventanas de fecha y mes y año bisiesto son trapezoidales, lo que tampoco aparecía en el modelo original. Los numerales de las horas son los mismos Breguet que ya conocíamos, al igual que la fecha retrógrada. Y como es costumbre el tourbillon sólo es visible gracias al cristal de zafiro trasero. La caja es también de 36,8 mm, un auténtico salto atrás porque ya no se ven relojes súper complicados con medidas tan pequeñas (el 5207 mide unos correctos 41 mm).
Por supuesto el calibre va más allá de las palabras por su perfección técnica y por su exquisita decoración. Sería buenísimo poder escuchar la repetición de minutos, por ver cómo afecta el acero al timbre de los gongs.
Digamos por último que si un 5016 suele alcanzar en subasta (cuando salen) el medio millón de euros cómodamente –y eso que es un reloj de producción “estándar” por así decir-, no me extrañaría que este Patek Philippe 5016A-010 saltara limpiamente la barrera de los 2 ó 3 o incluso más millones.
Mañana veremos.