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En la muñeca: Audemars Piguet Royal Oak Tourbillon Chronograph

Audemars Piguet Royal Oak Tourbillon Chronograph en la muñeca 2 Horas y Minutos

Se han hecho sólo 40 unidades de este Royal Oak Tourbillon Chronograph de Audemars Piguet, sólo se venden en las boutiques de la marca, quedan muy pocas unidades y no se va a volver a fabricar, así que es una auténtica rara avis. Por supuesto Audemars Piguet ya tenía un Royal Oak Tourbillon Chronograph, pero no uno como éste. Y no con la presencia tan impactante como el que ahora vemos, ya que aquel mantenía la esfera con la tapicería tradicional del Royal Oak mientras que éste se presenta con un glorioso esqueletado que deja a la vista lo mucho que tiene para deleitar.

La caja está realizada en titanio, lo mismo que el bisel, con un finísimo graneado que le da una textura muy atractiva. En contraste, el perfil del bisel está pulido a espejo, al igual que los tornillos, lo que rompe la sólida estructura del armazón para crear un contraste elegante. Tiene 44 milímetros de diámetro y tan sólo 13,20 de altura; no es un reloj pequeño, pero tiene unas medidas razonables para un cronógrafo.

Bajo el cristal de zafiro hay un primer bisel inclinado con la minutería y un paso más abajo otro perfil satinado que aloja los índices, construidos en oro blanco con tratamiento SuperLuminova al igual que las manecillas. La estructura en capas crea una gran sensación de profundidad, aumentada por el tourbillon a las 6 que deja pasar aún más luz. El centro está dominado por dos subesferas, el pequeño segundero a las 9 y el contador de 30 minutos a las 3. Ambas en antracita, en perfecta conjunción con la caja, y con dos texturas (circular en el interior, rayos de sol en el exterior). Por encima, a las doce, se puede admirar el muelle real dentro del barrilete, que proporciona 72 horas de reserva de marcha.

El tourbillon es de 60 segundos; tiene una estructura clásica y aloja un volante que se mueve a 21.600 alternancias cada hora, algo llamativo porque en un cronógrafo te esperas al menos 4 hercios. Sin embargo los 3 hercios te permiten disfrutar más de su movimiento.

El calibre es, sencillamente, espectacular. A menos que esté equivocado este movimiento de referencia 2936 (de manufactura, por supuesto), es de nueva creación. Cuando menos yo no he encontrado otro modelo de la marca con ese mismo calibre, excepción hecha del Jules Audemars Tourbillon Chronograph también lanzado en 2015 y que comparte concepto pero hechuras bien distintas (y que se puede ver aquí).

Da gusto ver el acople de la rueda de pilares, del mismo modo que -como siempre en el Royal Oak- es muy gratificante apretar los pulsadores del cronógrafo y oír su distintivo «tic» cuando se acoplan. Parece un detalle menor, pero son esos detalles los que distinguen un buen reloj de un gran reloj. Llama la atención que el calibre mide tan sólo 29,90 mm de diámetro, lo que hace por un lado que se pueda ver entero a través del cristal de zafiro, y por otro que de una mayor sensación de solidez al reverso porque se ve mucho titanio.

Aunque los esqueletados tienden a tener menor legibilidad, simplemente porque el ojo se distrae con tantas cosas y porque las superficies metálicas camuflan las manecillas y los índices, en este caso no es así. La lectura es a prueba de bombas, de día y también de noche porque el tratamiento luminiscente es más que generoso.

¿Cómo queda en la muñeca? Imponente. No voy a descubrir ahora el atractivo del Royal Oak, pero la verdad es que cada vez que te pones uno, sea en su vertiente más de vestir (como los nuevos calendarios perpetuos que revisé en este artículo), o en su faceta más deportiva, como esta, impresiona por lo atractivo que es.

La correa de caucho le queda estupendamente, y al ser de color gris como el resto del reloj lo hace más discreto. Además se arma al pulso con una pulsera desplegable también de titanio. Eso sí, la exclusividad se paga: el Royal Oak Tourbillon Chronograph cuesta 259.000 euros. Pero es una pieza que ya se está revalorizando por lo apreciada que es y va a ser en el mercado, dado su carácter de especie extinta una vez se agote Hay por cierto una versión no de boutique con índices y manecillas de oro rosa (está aquí), pero a mí no me parece tan bonita como esta, ni desde luego tan exclusiva.

 

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