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SIHH 2016: Las novedades de Audemars Piguet -2

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Seguimos con la cornucopia de Audemars Piguet que, como ya dije en el artículo anterior, está desatada en cuanto a presentar productos se refiere. Y no sólo en el SIHH, que han sido muchos; es que a lo largo del año sigue presentando modelos. En esta segunda entrada vamos a ver lo que la manufactura ha denominado Stars & Heroes, una serie de modelos a cual más llamativo y que abarcan modelos clásicos a modelos muy avanzados, sin olvidar a la mujer. Empecemos.

 DIAMOND FURY

Diamond Punk

El año pasado en el SIHH Audemars Piguet presentó el Diamond Punk, un reloj joya impactante que casi eclipsó el resto de novedades por su forma de utilizar los diamantes para conseguir un reloj contemporáneo, atrevido y muy muy atractivo. Tanto es así que incluso ganó el premio al mejor reloj joya en el Gran Premio de Relojería de Ginebra (la lista completa se puede ver aquí).

Este año ha seguido la estela del anterior y nos trae el Diamond Fury, una reinterpretación del mismo concepto pero con un aspecto aún más fiero, serpentino incluso. Es una pulsera creada en oro blanco que en su parte exterior tiene una coraza de segmentos piramidales completamente engastados de diamantes. En total 4.635 diamantes con corte brillante (25,6 quilates) y 206 diamantes con corte diamante más para la esfera del reloj. Éste está escondido bajo uno de los paneles, que se desplaza para desvelar la hora.

En total 1.500 horas de trabajo para conseguir una pieza absolutamente espectacular, y de cuyo precio aún no se sabe nada, pero no me extrañaría que la lista de pedidos sea ya muy larga.

 

ROYAL OAK CONCEPT SUPERSONNERIE

 

El Royal Oak Concept RD 1 en el SIAR 2015

Este reloj se presentó el año pasado puramente como concepto. De hecho su nombre era Royal Oak Concept RD #1, y tenía la forma que vemos en la foto superior. Como estamos tan acostumbrados a los términos hiperbólicos de las marcas al definir sus productos, la verdd es que todos estábamos un tanto escépticos sobre la verdadera potencia del sonido que Audemars Piguet prometía. Bastó que deslizara el gatillo que accionaba el mecanismo de repetición para despejar todas las dudas: el reloj tenía un sonido espectacular, desconocido hasta el momento. De hecho en el SIAR de Madrid (el reportaje se puede ver aquí) pude comprobar que se oía aún con gente hablando alrededor y el camarero echando hielo en la cubitera. Increíble.

Pues bien, este año el reloj ve la luz ya como reloj en serie. Su estructura es muy innovadora, ya que en los repetidores tradicionales los gongs están fijados a la platina base del calibre, siendo ella la que recibe la vibración y transmite el sonido. En este Supersonnerie los gongs de acero van sujetos a una placa intermedia, una especie de tímpano que ejerce de caja de resonancia y es la encargada de amplificar el sonido (por supuesto no se ha desvelado la composición de dicho tímpano). Los gongs se han estudiado para que su función sea mejorada en términos de forma, composición y rigidez, facilitando al relojero la obtención del tono, frecuencia y armónicos deseados. Además se ha rediseñado el mecanismo de golpeo para evitar los ruidos de ejecución. El sistema de anclaje es ahora más flexible y actúa en sí mismo como un amortiguador, de manera que se suprimen los ruidos.

Al amplificar el sonido éste ya no depende de la fuerza del golpeo para transmitirse, lo que permite centrarse en el sonido inicial, el producido en el momento en que se produce el impacto. Cuanto más puro sea e incontaminado mejor será la transmisión y la recepción por el oyente. Por otra parte, cuando no suenan los cuartos (por ejemplo a las 12:11) en todos los repetidores se produce un largo silencio hasta que suenan los minutos. En el Supersonnerie ese tiempo se ha reducido un 50%, lo que de paso mejora la cronometría. Por último, se implementado un mecanismo para que el usuario no pueda modificar la hora mientras suena la repetición (lo que destrozaría el calibre). Pero lo mejor es escucharlo.

Un vídeo publicado por Horasyminutos (@horasyminutos) el

Como se puede ver estéticamente el reloj prácticamente no ha variado. Ha cambiado el color de naranja a amarillo (a mí me gustaba más en naranja) y poco más que yo vea. La presencia es imponente gracias a sus 44 mm de diámetro de la caja de titanio. Y como tener una sola complicación conceptual no iría con el espíritu de Audemars Piguet, encima de la supersonería la manufactura ha añadido un tourbillon y un cronógrafo. Impresionante.

ROYAL OAK YELLOW GOLD

El oro amarillo siempre es un metal arriesgado. Ha sido históricamente el metal del poder, de la riqueza, de la ostentación… de muchos adjetivos la mayoría de las veces no positivos precisamente. Pero nunca ha dejado de ser atractivo y demandado, así que por qué no dar satisfacción a quien así lo desea.  Y, como digo siempre, con el maravilloso satinado de Audemars Piguet todo resulta mucho más bello. Es curioso que cuando se lanzó el Royal Oak allá por 1972 no fue rompedor sólo por sus formas, sino por dejar de lado al oro y centrarse en el acero. Pero un reloj de lujo -y sin duda el RO lo es- ha de tener versiones en oro y Audemars Piguet lo entendió pronto. Por ahora AP presenta tres modelos: el automático, un tres agujas clásico, su nuevo calendario perpetuo que ya presentamos en sus versiones de oro rosa y acero en este artículo, y por último un cronógrafo.

El perpetuo sólo tiene, por ahora, la preciosa esfera azul, mientras que los demás relojes tienen la opción de azul o esfera plateada. Tanto el calendario como el cronógrafo miden 41 milímetros de diámetro, mientras que el automático es de 37 mm. Hay también una versión de 33 con calibre de cuarzo y diamantes en el bisel.

Royal Oak Double Balance Wheel Openworked

Otra primicia mundial. Por supuesto Audemars Piguet ha desnudado varias veces al Royal Oak dejándolo sólo en lo esencial, pero no en la medida de 41 mm. Pero esto, siendo una novedad, no es lo más importante. El nuevo calibre 3132 aloja en su interior un doble órgano regulador, visible entre las 7 y las 8, que al ser esqueletado se puede disfrutar por ambos lados. No es la primera vez que vemos dos espirales en relojes de la manufactura, pero sí es la primera en que vienen junto con su volante, ambos sujetos sobre el mismo piñón. Y para que se puedan localizar fácilmente AP los ha sujetado con un puente de oro que destaca por sobre la esfera.

La idea detrás de esta doble aparición es que al tener cada espiral su propio volante el conjunto es más estable, además de que el aumento de masa mejora el empuje sobre las paletas del áncora, reduciendo fricciones indeseables que afectan a la cronometría. Y por supuesto se conjuran los efectos de la gravedad. Además evita uno de los problemas de los relojes con sólo un doble espiral: los golpes y movimientos bruscos pueden hacer que los dos muelles lleguen a engancharse uno con otro, lo que directamente enviaría el reloj al taller. La doble rueda anula este riesgo.

Audemars Piguet ensalza su adelanto creando un calibre esqueletado plenamente artesanal, pero huyendo de los decorados habituales en estos relojes: un sencillo pero espectacular gris metálico que resalta los acabados a mano, con los achaflanados y pulidos excepcionales de la marca. Y ha metido todo en la caja tradicional del Royal Oak, en dos variantes: oro rosa o acero, ambas preciosas.

MILLENARY

Por último, y aunque no pertenecen a la serie Estrellas y Héroes, me gustaría dejar constancia de los dos nuevos Millenary para mujer, uno de ellos muy interesante porque recupera un elemento esencial en la joyería: las perlas; ambos utilizan la decoración con ónice, un material que vuelve con fuerza.

A mi me gusta en especial el modelo de las perlas porque estamos acostumbrados a verlas en las correas o incluso en el bisel, pero no en la esfera. La ejecución es particularmente bonita, con esas perlas todas de 1 mm de diámetro y que cuando están engastadas sobre el ónice negro toman un aire de tela renacentista francamente atractivo. El motivo «cebra» del otro Millenary es más habitual, pero creo que con el de perlas Audemars Piguet ha encontrado  una nueva vía decorativa que seguro veremos frecuentemente.

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