Otra novedad para el próximo Baselworld 2016, y con el que damos la bienvenida a Seiko a nuestra página web, a quien esperábamos desde hace tiempo. Y lo hacemos presentando el nuevo Prosex Radio Sync Solar World Time Chronograph, una potente adición a la gama Prospex. Con los Prospex Seiko creó hace un par de años una colección de relojes deportivos muy sólidos, con la excelente factura de todos sus productos y con una de las mejores relaciones calidad precio del mercado, aunque de hecho estos atributos son aplicables a todas las colecciones de la manufactura japonesa. Como bien anuncia la casa, son «relojes serios para deportes serios». Y la verdad es que la presencia es imponente y atractiva a la vez. Como su largo nombre indica, el reloj está alimentado por células fotoeléctricas con resultados asombrosos. Funcionan con cualquier luz y un sólo minuto de exposición a la luz solar ya permite el funcionamiento durante una hora. Tres horas suponen una carga completa que permite una autonomía de seis meses en la oscuridad. Y si por algún motivo se acabara con tan solo 8 minutos de luz el reloj vuelve a ponerse en marcha.
Y lo hace recibiendo la señal del reloj atómico emitidas desde Japón, EE. UU. , China y Alemania. Seiko argumenta que la cobertura -su punto débil- es mucho más amplia que antes. Al contrario que su hermano Astron, que recibe la información por satélite y por tanto no tiene fallos, el Prospex puede tener problemas con la recepción de la señal en determinados lugares. Pero si la recepción es buena, el calibre 8B92 se conectará hasta 3 veces al día -o de manera manual si se pulsa el botón-, garantizando una desviación de sólo un segundo cada 100.000 años y un calendario automatizado hasta 2099. Si no se conecta, la precisión es de +/- 15 segundos al mes, que no está nada mal.
Si miramos la esfera de dentro hacia afuera nos encontramos con un modelo más refinado que sus hermanos anteriores, con las manecillas de espada tradicionales en los instrumentos de vuelo y unos grandes índices. Imagino que en la oscuridad el reloj se verá como un faro gracias a las grandes superficies de Lumibrite (la pintura luminiscente propia de Seiko), tanto en los índices como en las agujas. El bisel interior muestra 25 zonas horarias y, de 3 a 9, las subesferas muestran las 24 horas, el contador de 60 minutos del cronógrafo y la recepción de la señal atómica: Y recepción correcta, N recepción fallida, L señal baja, H señal alta.
El bisel exterior acoge una completa regla de navegación con la que se puede calcular fácilmente la distancia, el nivel de combustible, el peso y la velocidad, un guiño nostálgico a los pilotos que antiguamente tenían que hacer ellos dichos cálculos. Todo ello queda recogido en una caja de acero de 47,8 mm de diámetro y 14,50 mm de altura. No es desde luego un reloj para llevar con el traje, salvo que seas piloto, pero no es tampoco uno de esos relojes ostentosos. A ello contribuye el comedido tamaño y la forma de los pulsadores a ambos lados de la caja. Por cierto que las superficies de los pulsadores varían a un lado y otro de la caja, para distinguir también de manera táctil las diferentes funciones: los botones del lado de las 3 son para el cronógrafo y los de las 9 son para la sincronización por radio y el horario mundial.
Seiko ha creado dos versiones del reloj, ambas con una buena hermeticidad de hasta 100 metros. El modelo SSG005 viene con correa de cuero y un precio de 640 €. El SSG001 presenta un poderoso brazalete de acero satinado con cierre de tres pliegues y botón de apertura. Su precio es de 710 euros. Más información en seiko.es.