Estos días he estado en la Berlinale invitado por uno de sus patrocinadores especiales: Glashütte Original. Ha sido una privilegiada experiencia personal, cultural y relojera. De estas últimas una de las más interesantes es el haber podido conocer de primera mano un reloj que se presentará en el próximo Baselworld 2016 y que ahora podemos ver en profundidad: el Glashütte Original Senator Chronometer con esfera azul.
En un artículo anterior indagué en los orígenes de los relojes de observador germanos, sus hermanos mayores los cronómetros marinos y cómo sirvieron de base para dos relojes de la actual: el Senator Observer y el Senator Chronometer (el artículo se puede leer aquí). En él contaba cómo el Glashütte Original Senator Chronometer fue, en 2010, el primer reloj de la manufactura en tener el certificado de cronómetro y, merecidamente, un enorme éxito. Ahora, bajo las mismas premisas técnicas y constructivas, el reloj se viste con un traje azul marino francamente atractivo que seguro va a ser otro éxito rotundo.
La caja está construida en oro blanco (como una de las dos versiones de su antecesor) y tiene 42 mm de diámetro y 12,47 mm de altura. Sin embargo el reloj en la muñeca tiene un aspecto mayor porque se ha primado la legibilidad de la esfera (como debe ser en un cronómetro marino) y el bisel es delgado, dejando así amplio espacio a la información horaria. El oro presenta el tradicional doble tratamiento pulido y satinado; éste en la carrura y los laterales de las asas y aquel en el frontal del bisel y las asas. También aparece la clásica corona de Glashütte Original con el logotipo grabado y un corrector a las 4.
Pero por supuesto lo que imanta la mirada es la esfera azul marino. Si las versiones anteriores estaban decoradas con un graneado muy fino, esta vez tiene una presencia poderosa, desafiante. El color azul por supuesto ha estado presente en otros modelos de la casa. De hecho en los últimos 20 años Glashütte Original siempre ha ofrecido modelos exclusivos con la esfera en ese color, y el último ejemplo que hemos visto ha sido el Senator Panorama Date Moonphase que se puede ver en esta entrada. Lo que no es habitual es encontrarse con una decoración tan remarcada, pero el efecto final no deja indiferente y es extraordinariamente seductor.
El efecto se consigue aplicando a mano diversas capas de laca, en un proceso que implica dejar secar completamente cada capa antes de proceder a aplicar la siguiente, hasta conseguir la textura y el contraste deseado. Es un proceso exigente, pero recordemos que Glashütte Original tiene su propia fábrica de esferas (que visitamos en este artículo) y son por tanto expertos. Por encima del graneado se graban los numerales romanos y arábigos y la minutería de ferrocarril, que después se galvaniza en plata. Las dos subesferas contrapuestas, la reserva de marcha y el pequeño segundero, están realizadas en bajorrelieve, lo que rompe la uniformidad de la esfera y facilita la lectura. Al ser un cronómetro la subesfera del pequeño segundero es más grande, ya que la lectura del segundo es muy importante en navegación. Los segundos están indicados por una manecilla muy bonita y elegante, gracias a un contrapeso muy equilibrado.
El perfil de la subesfera de la reserva de marcha está quebrado para que el XII pueda ser completo. Es algo lógico porque si se cortara parecería directamente un VII, pero además de lógico es estéticamente muy acertado porque dinamiza el dial. En el punto más al sur de la subesfera hay una apertura para la indicación día/noche, pensada para facilitar el ajuste de la hora y la fecha. La ventana cambia progresivamente a blanco o a azul a partir de las 6, estableciendo así el horario diurno y nocturno.
Y por supuesto este Glashütte Original Senator Chronometer también integra la ventana de fecha de la casa, a la que llama «Panorama Date». Ninguna otra manufactura ha conseguido perfeccionar la fecha como GO, ya que como sabemos los dos discos están en el mismo plano y por tanto la apariencia es de una sola pieza, evitándose así el tener que partir en dos la gran fecha. Y además está en el mismo color que la esfera, un detalle muy de agradecer por lo que tiene de continuidad estética.
Tras el salto nos fijamos en el movimiento que anima al reloj.
Los cronómetros teutones no tienen el certificado COSC, porque este laboratorio es suizo. Alemania tiene sus propias autoridades de pesos y medidas en Turingia y en Sajonia, que entre otras cosas exigen que los relojes puedan ser probados al segundo, y por cierto dentro de su caja. Ahí es donde entra el calibre 58-01 y su sistema de parada y puesta a cero del segundero: en efecto, cuando se tira de la corona el segundero no sólo se para (algo habitual en los movimientos del mercado), sino que además vuelve inmediatamente a la posición 0. Conjuntamente la manecilla de los minutos avanza hasta el minuto inmediatamente posterior. Y cuando se gira la corona para ajustar la hora la manecilla de los minutos avanza de minuto en minuto, no en barrido como es habitual en cualquier reloj. De esta forma la puesta en hora es absolutamente exacta y absolutamente envidiable.
El calibre 58-01 sigue las reglas de creación de Glashütte: bordes biselados y pulidos a mano, platina de tres cuartos, nervaduras Glashütte, tornillos azules y ajuste fino con cuello de cisne, con el puente decorado a mano. Pero casi casi mi parte favorita es el tren de engranajes planetario que mueve la aguja de reserva de marcha en su trayectoria semicircular. No sólo es un sistema ingenioso sino también muy bonito.
El reloj en la muñeca es fascinante. Aunque si se está a plena luz o bajo luz muy potente las manecillas -incluidas las principales con forma de pera- tienen dificultades para mostrar la información por el alto contraste de la esfera, el reloj no deja de impactar y atraer las miradas. El azul resulta elegantísimo y seguro que es un buen generador de conversaciones, porque el reloj no pasa desapercibido (pero para bien, claro): tiene una llamativa personalidad pero con presencia sobria y refinada. Y sus medidas no lo dejan en mal sitio: en efecto se conjuga perfectamente con un traje de vestir.
Hasta ahora los Chronometer sólo han estado disponibles en versiones de oro, y por ahora éste sólo lo hemos visto en oro blanco. A mí me gustaría que se editara también en oro rojo, porque con esa esfera creo que quedaría espectacular. Para saber si me han hecho caso habrá que esperar a ir a Baselworld (que empieza en menos de un mes). Lo que sí sabemos es lo que el reloj costará cuando llegue a las tiendas . El precio del Glashütte Original Senator Chronometer es de 27.200 euros, un muy buen precio para un grandísimo reloj. Más información en Glashütte-Original.com.