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Nuevo Glashütte Original Senator Excellence con el nuevo Calibre 36

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Tenemos ante nosotros el nuevo  con el nuevo Calibre 36, que es un calibre fundacional: la manufactura de Glahütte se ha repensado de arriba abajo cómo debe ser un movimiento y con el Calibre 36 sienta las bases de su crecimiento futuro.

Cuando analizamos el lanzamiento de un nuevo reloj a menudo la atención que le prestamos al calibre es mucho menor que la que dedicamos a otras partes del guardatiempos. Salvo que sean una gran innovación habitualmente no vamos mucho más allá de la frecuencia, la reserva de marcha o el tipo de accionamiento del cronógrafo, porque los detalles demasiado técnicos no son lo que busca el lector medio. Y sin embargo es precisamente el movimiento el que otorga la categoría de manufactura a un casa relojera, y los debates sobre lo que es «calibre de manufactura» o no son eternos. De ahí la importancia de explicar a fondo el nuevo Calibre 36, antes incluso de revisar el Glashütte Original Senator Excellence.

Partiendo de la premisa de que menos es más e inspirados en la sentencia de Antoine de SaintExupéry  «La perfección se consigue no cuando no hay más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar». Glashütte Original ha buscado una vuelta a lo esencial, a lo que es el corazón de un movimiento, reduciendo componentes y mejorando su funcionamiento y durabilidad. Ese es el principio para construir una nueva familia en los próximos años, sobre la base de cuatro premisas: estabilidad, autonomía, precisión y belleza. Sobre este calibre base Glashütte Original irá añadiendo módulos con las distintas complicaciones, de manera que se convertirá en el epicentro de la manufactura. Pero antes de examinar cada uno de los criterios utilizados,  ¿por qué el nombre «Calibre 36»? Lo explica muy bien Yann Gamard, CEO de GO: «por ningún motivo; tenemos una forma aleatoria de nombrar a los calibres».

ESTABILIDAD

El equipo de desarrollo de GO llegó a la conclusión de debían dar la máxima prioridad la estabilidad, ya que es el prerrequisto imprescindible para la precisión. Por tanto su esfuerzo se dirigió en primer lugar a lograr la dimensión óptima de las piezas del calibre (platina, puentes, ruedas, etc), y en segundo lugar a la reducción de piezas susceptibles de sufrir desgaste y por tanto afectar finalmente a la cronometría.

En un calibre estándar la masa oscilante transmite la energía cinética al muelle real mediante dos ruedas reductoras que accionan la rueda de rochete, que a su vez tensa el muelle. El calibre 36, sin embargo, carece de dicha rueda y de trinquete  gracias al sistema de tres ruedas en tres niveles que se engranan directamente con el barrilete y que actúan como transmisor de la energía y como rochete. Una manera sencilla, estable y segura de asegurar el funcionamiento y reducir el número de componentes. Además el propio sistema detiene el barrilete cuando se para el rotor bidireccional, de manera que el barrilete no se descarga a través del tren de engranajes.

AUTONOMÍA

El calibre 36 ofrece unas más que respetables 100 horas de reserva de marcha con tan solo un barrilete y moviéndose a 4 Hz (28.800 alt/h). No está nada mal especialmente si tenemos en cuenta que si bien el diámetro del movimiento es de 32,2 mm pero la altura total es de tan solo 4,45 mm. Gracias al trabajo conjunto con Nivarox G O ha conseguido un árbol del cubo muy pequeño, lo que ha dejado sitio para tensar un muelle de 680 mm de largo fabricado en Elinflex,  un material creado por Nivarox. El desarrollo del cubo fue de Glashütte Original y el muelle lo proporcionó Nivarox por lo que al ser un desarrollo conjunto no sería de extrañar que en el futuro lo viéramos en más relojes del grupo Swatch.

También se ha rediseñado el tren de ruedas, desde el tamaño a la geometría de los dientes para eliminar la fricción. Pero lo más llamativo es que Glashütte Original asegura que cuando en el futuro vaya incorporando módulos con complicaciones podrán mantener las 100 horas de reserva de marcha, lo cual es francamente intrigante.

PRECISIÓN

La precisión del calibre 36 es el resultado de la interacción de varios elementos. En primer lugar el funcionamiento del muelle real, consistente y sin fricción. Después el rediseñado tren de engranajes y por último el nuevo órgano regulador, que combina el volante del calibre 37 con las ventajas que aporta el espiral fabricado en silicio: es un material ligero, no le afectan los cambios de temperatura, no sufre corrosión, es antimagnético y perfecto para mantener la isocronía. Y además es replicable, es decir, se puede fabricar en serie con unidades exactamente iguales entre sí. El del calibre 36 es el primer volante de la manufactura que está ajustado en 6 posiciones, una más de las requeridas por las pruebas de cronometría.

BELLEZA

El calibre está decorado siguiendo las pautas de la alta relojería sajona: la platina de tres cuartos con nervaduras Glashütte, tornillos azulados, ajuste de cuello de cisne y cantos biselados y pulidos, además del icónico rotor con la doble G, cuyo borde exterior es de oro macizo. Las ruedas están pulidas y acabadas con una decoración rayos de sol. El reflector situado bajo el volante también está decorado. Por supuesto todos los procesos decorativos están realizados a mano, pero la construcción del calibre está pensada también desde el lado del servicio, de manera que las revisiones sean sencillas y por tanto más baratas.

Detalle del rotor con el bisel de oro macizo

Por último el calibre, de 180 piezas,  se monta sobre la caja con un sistema de bayoneta parecido al de los objetivos de las cámaras. De esta manera el movimiento, con tres protuberancias laterales, se ancla directamente sobre tres hendiduras en la caja -sin necesidad de anillo- y se gira 50 grados, quedando encajado de manera segura, sencilla y fácilmente accesible. De esta manera el reloj cumple con el estándar alemán DIN 8308 de pruebas de choque.

En definitiva el nuevo calibre 36 es una excelente noticia tanto para la manufactura como para aquellos que la amamos, que ya estamos deseando a ver los nuevos desarrollos. Pero antes vamos a ver la primera aplicación: el Glashütte Original Senator Excellence.

Como corresponde a un reloj de la gama Senator la pieza sigue las mismas normas constructivas de sus hermanos de colección: la caja de 40 mm de diámetro y 10 de altura presenta un bisel delgado que abraza el cristal de zafiro levemente curvado y con tratamiento antirreflejos por ambas caras, además de una corona prominente y acanalada con el logotipo de la manufactura. La caja mezcla superficies pulidas en el frontal con satinadas en el lateral, una combinación decorativa clásica que siempre resulta elegante. El reloj se lanza en dos metales, acero y oro rojo, y tres versiones de esfera.

Perfil de la caja de acero

lateral oro rojo

Las tres esferas son limpias, clásicas y de muy fácil lectura. La plateada está finamente graneada y lacada, con índices, numerales romanos y minutería de ferrocarril perfilados con láser y galvanizados en negro. Sobre los índices aparecen los minutos correspondientes, reminiscencia de los relojes de bolsillo. En la versión en acero son negros y en la de oro rosa se marcan en rojo; estos últimos son impresos, no grabados a láser. Las manecillas en ambos casos tienen la conocida forma poire (pera) en acero azulado. El segundero presenta el icónico contrapeso de la doble G.

Sin embargo la versión sin duda más atractiva es la que toma el testigo del Senator Observer (analizado en esta entrada) presentado el año pasado, uno de los grandísimos éxitos de la manufactura (junto con los Sixties Iconic que vimos en este artículo). La esfera está lacada en negro mate y poblada por unos grandes y curvados numerales arábigos que rezuman SuperLuminova al igual que las manecillas de oro blanco, por lo que la lectura en la oscuridad es perfecta. La punta del segundero, también luminiscente, es particularmente atractiva.

También incluye la minutería de ferrocarril y los minutos múltiplos de cinco pero, al contrario que las otras dos versiones,  en mi opinión en este caso sobran: sobrecargan los índices y el contraste de las fuentes usadas emborrona la claridad de lectura. Pero no es un detalle que me haga rechazar el reloj, ni mucho menos. Esta versión se ata al pulso con una correa de piel y hebilla de acero, mientras que las otras dos llevarán correas de aligátor con hebilla de acero u oro rojo.

A mí personalmente me gusta que el reloj no tenga ventana de fecha. Siendo un modelo el que busca volver a los fundamentos de la relojería me parece que esta decisión es la más adecuada, y el resultado es impecable.

La ergonomía del reloj le permite asentarse perfectamente sobre la muñeca y, gracias a los 40 mm de diámetro y los 10 de altura, el guardatiempos es un elegante compañero de la camisa de vestir. La esfera negra, sin embargo, puede quitarse el traje y ponerse ropa informal sin ningún problema.

 

El nuevo Glashütte Original Senator Excellence tiene todo lo que se puede desear de un reloj de vestir clásico y elegante, pero con unas hechuras contemporáneas que además presenta un calibre de manufactura de altísima calidad altura y una estética atemporal con un precio más que razonable.  El precio de las dos versiones de acero es de 8.500 euros mientras que el precio de la versión en oro rojo es de 15.500 euros. Más información en glashutte-original.com

 

 

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