La manufactura de A. Lange & Söhne hace sin aparente esfuerzo lo que para otros supone una carrera agotadora y siempre inacabada: enamorar con cada modelo que presenta. Su mezcla de clasicismo relojero con altísimos acabados desarma cualquier intento de crítica, de manera que cada lanzamiento es un éxito sin paliativos. Y eso incluye también a su reloj estéticamente más arriesgado: el Grand Lange 1 Moon Phase Lumen.
En realidad, como recordarán los seguidores de la casa, este Grand Lange 1 Moon Phase Lumen no es el primero modelo «Lumen». Aunque anunciado a finales de 2012 en 2013 se presentó el Gran Lange 1 Moonphase, que causó un gran impacto. Es lo que el Director General de la casa, Wilhelm Schmid, llama un «producto héroe», con mucha repercusión mediática (se puede leer la entrevista aquí). La presente edición es exactamente igual que la de 2013, salvo lógicamente el añadido de la fase lunar y por tanto el cambio de calibre. Pero como en 2013 Horas y Minutos no existía aún, vamos a ver ahora en qué consiste este Lange de traje oscuro.
El Grand Lange 1 Moon Phase Lumen es exactamente igual que la versión no translúcida excepto en la esfera. La caja en esta edición limitada es de platino, una elección perfecta porque el oro rosa y el oro rojo darían un contraste de gusto dudoso. El diámetro es de 41 mm, necesarios para poder ofrecer una información amplia y sin agobios. La altura es, sin embargo, de tan solo 9,5 mm, lo que garantiza su acomodo con los atuendos más formales. El bisel redondeado y las asas están pulidos, mientras que el lateral de la caja presenta una franja satinada, solo alterada por un pulsador a las 10 para la correción rápida de la fecha y otro encastrado para corregir la fase lunar. Y por supuesto la corona a las tres, para dar cuerda y ajustar la hora.
La esfera es, para quien no conociera el anterior modelo, realmente impactante. De hecho lo es también para los que lo conocíamos, porque fue una edición limitada a 200 unidades que se vio en el SIHH y nunca más. Así que recuerdas que era muy distinto a todos los Lange, peros se te olvida lo muy distinto que era. Y sobre todo se te olvida lo mucho que te gustó. Así que cuando te enteras que hay una nueva versión «Lumen» (Luz en latín) ya vas predispuesto a que el reloj te seduzca. Y lo hace en cuanto que asoma.
La esfera se compone de dos elementos: en primer lugar el anillo exterior, la subesfera de las horas y minutos y la del pequeño segundero, todos hechos de plata maciza negra. El resto es un cristal de zafiro semitransparente que, mediante un tintado especial, bloquea la entrada de luz pero no los rayos ultravioletas. De esta forma los pigmentos luminiscentes del mecanismo de la gran fecha se «cargan» y permiten ver la fecha en la oscuridad. La gran fecha, característica de A. Lange & Söhne, no está hecha de dos discos superpuestos. En realidad las decenas (0, 1, 2 y 3) están pintadas en negro sobre una cruz impregnada de material luminiscente, mientras que las unidades están también pintadas en negro pero sobre un disco transparente que se desliza por debajo de la cruz de las horas y sobre un fondo que sí es luminoso.
Entre la gran fecha y el pequeño segundero se sitúa el indicador de reserva de marcha, que es de 72 horas y cuya manecilla también tiene material luminiscente. La gran novedad es la inclusión de la ventana de fases lunares, una de las más bonitas del mercado y que se equipa en todos los modelos de Lange (excepto en el 1815 Grand Complication, si no estoy equivocado).
Esta complicación se hace habitualmente sobre una disco de oro, pero en este caso es nuevamente un cristal al que se le aplica un revestimiento patentado por la marca. A continuación se cortan con láser las 1164 estrellas y la luna. El disco se desliza por encima de una masa luminosa que se hace presente a través del corte realizado. Si el firmamento es precioso a la luz del día, cuando entra en juego la luminiscencia el resultado va más allá de lo espectacular.
Pero claro, lo bueno de Lange está tanto por delante como en el reverso. El calibre manual L095.4 que anima el Grand Lange 1 Moon Phase Lumen sigue los cánones de perfección de la manufactura en cuanto a los acabados, y la tradición de Glashütte en las formas: platina de tres cuartos de alpaca natural, puentes en el mismo metal, puente del volante grabado a mano, ajuste mediante cuello de cisne y decoración con nervaduras de Glashütte. El volante está regulado en 5 posiciones y oscila 21.600 veces a la hora. Por supuesto tiene parada de segundero y, una vez ajustada la fase de luna, no vuelve a necesitar otro ajuste hasta pasados 122,6 años.
Es casi una obviedad decir que el reloj queda muy bien en la muñeca. En realidad lo que sería una noticia es que alguno de los modelos no lo hiciera. Pero repitámoslo: es una gozada tener este reloj en la muñeca. Queda como un guante y, a pesar de su atrevida propuesta, en realidad la presencia es muy atractiva y elegante. Y además exclusivo, porque el Gran Lange 1 Moon Phase Lumen es una edición limitada para 200 afortunados que tendrán que pagar un precio de 70.800 euros, cosa que yo haría encantando si pudiera. Más información en A. Lange &Sohne.com.