La gama Capeland de Baume & Mercier está dedicada casi enteramente al cronógrafo, con más de 15 modelos. Vamos a repasar una de las versiones más audaces de la colección: el Baume & Mercier Capeland Shelby Cobra 1963.
Pero también supuso el comienzo de la peculiar carrera del Cobra con el número 15, conducido por Gurney y Hill: si Sebring fue en marzo, en junio los Shelby Cobra ganaba la no menos conocida carrera de Laguna Seca, y un mes después era el propio Cobra Roadster CSX2128, conducido por Dave MacDonald, el que ganaba la carrera del circuito de Pomona. Por ese entonces ya se le conocía como «Hey Little Cobra». De hecho la fama del coche fue tan grande que incluso llegó a tener una canción del mismo nombre, cantada por The Rip Chords y que llegó al número 4 del Billboard en 1964.
Pues bien, Baume & Mercier se inspira en ese Cobra Roadster CSX2128 para crear el Baume & Mercier Capeland Shelby Cobra 1963. El reloj se presenta en dos versiones: caja de acero pulido y satinado o acero ADLC. Misma propuesta pero efectos muy distintos, como veremos ahora.
La versión en acero del Baume & Mercier Capeland Shelby Cobra 1963 tiene un aire muy clásico que le va muy bien al reloj por la época en la que se inspira y porque además se alinea con la versión anterior del Cobra Shelby y sus hermanos de familia Capeland. La carrura del reloj y las asas, que forman un solo bloque, están muy bien cepilladas, creando un elegante contraste con el bisel -grande y con personalidad- y la corona y los pulsadores, todos pulidos a espejo. Por supuesto los pulsadores del cronógrafo son de pistón, de acuerdo con el espíritu de la época del equipo Cobra Shelby y de la propia colección Capland. La corona además lleva grabado el logotipo de Baume & Mercier, la letra Phi griega que simboliza el equilibrio.
La otra versión de la caja -que tiene el mismo diámetro de 44 mm y altura de 14,65- es también de acero pero en este caso con un revestimiento de ADLC. ADLC son las siglas de Amorphous Diamond Like Carbon, un proceso en el que mediante plasma se fija una serie de elementos de carbono (se comienza con plata, hidrógeno, acetileno u otros hidrocarbonos) para conseguir una cubierta con una dureza sólo inferior a la del diamante, denso y compacto y con muy buena adherencia. Su coeficiente de fricción es el más bajo de todos los revestimientos de protección usados habitualmente y tiene la más alta resistencia al desgaste. No sólo eso: es químicamente inerte, completamente biocompatible e incluso hemocompatible (se usa por ejemplo en prótesis internas) y además proporciona una gran calidad de superficies sin tener que pulirlas.
Y, en lo que nos interesa, da al reloj un aspecto muy elegante y a la vez aumenta su aspecto deportivo. Se combina con una correa de caucho específica para el modelo, mientras que la versión sólo acero lleva una correa de aligátor. Personalmente me encantaría ver cómo queda la versión ADLC con la correa de aligátor. El lado oeste de la caja, en las dos versiones, está interrumpido por un pequeño corrector rápido para la fecha. El cristal, como corresponde a un reloj de estética retro, se alza en curva por encima de la línea del bisel.
La esfera tiene una presencia potente porque todo en ella es grande. En un buen ejercicio de diseño, todos los elementos del Baume & Mercier Capeland Shelby Cobra 1963 son holgados, de manera que aún siendo una superficie en la que ocurren muchas cosas la información se lee de manera inmediata y muy clara.
Los numerales arábigos son mucho más grandes de lo que suele ser habitual, y con una tipografía distinta y muy bien elegida, perfecta para el reloj. Rodeándolos hay una minutería de ferrocarril para facilitar la lectura de la trotadora del cronógrafo, sólo alterada por puntos luminiscentes sobre cada hora. Y en el borde exterior de la esfera un taquímetro que también se ha escrito con grandes guarismos. Todo en el reloj está enfocado a la lectura rápida, como se necesita cuando se conduce un coche de carreras. A ello contribuye, por supuesto, el uso del amarillo en el taquímetro y en las agujas. No sólo se conjunta con los colores del Shelby Cobra, sino que además mejora la lectura de los datos.
La subesfera del pequeño segundero a las 9 se ha mantenido del mismo color negro que el dial tan sólo separada un delgado bisel pero con un tamaño mayor que las subesferas del cronógrafo. Estas se ven perfectamente porque tienen un fondo blanco y manecillas amarillas. Está particularmente bien hecha la de los minutos, que recuerda a un cuentarrevoluciones de un coche. Y también como en los automóviles cada esfera lleva la definición de la información que ofrecen: «H» para las horas y «minutes». La trotadora del cronógrafo tiene un contrapeso con forma de cobra, como la versión del año pasado.
La única pega que se le puede poner a la esfera es que la ventana de fecha está demasiado metida hacia el centro. Ello es porque el calibre usado, el ETA 7753, tiene un diámetro de 30 mm, por lo que al ponerlo en una caja tan grande queda así. Afortunadamente B&M ha optado por poner el disco de la fecha del mismo color negro de la esfera, por lo que el efecto se disimula. Y a cambio el reloj lleva un calibre histórico a prueba de bombas, que no es poca cosa.
El diámetro del calibre se nota también en el reverso, que tiene mucho metal rodeando el cristal de zafiro. No queda mal, porque siendo un reloj «de carreras» el aspecto sólido del acero le viene bien. Además Baume ha decorado muy bien el calibre, con un graneado circular sobre platinas y puentes y sobre todo un rotor decorado con Côtes de Genève y recubierto con un PVD negro muy atractivo. Sobre el cristal de zafiro se ha grabado el círculo blanco con el 15 que llevaba el Shelby Cobra CSX2128. La hermeticidad es de sólo 50 metros.
Como ya he dicho antes el reloj se ata al pulso con correa de aligátor o de caucho vulcanizado, ambas también con realces amarillos. La de aligátor tiene el reverso en amarillo y la de caucho una de las hebillas que sujetan la correa.
El reloj se lleva bien en la muñeca. Es grande, claro, como corresponde a un modelo deportivo, pero se asienta bien. Y cuanto más lo llevas más te gusta. Yo creo que aún así me quedaría con el modelo azul del año pasado, pero debo decir que esta versión me ha ido seduciendo con el paso del tiempo.
Los Baume & Mercier Capeland Shelby Cobra 1963 son una edición limitada y numerada a 1963 unidades, y ya deben estar en las tiendas (o están a punto de llegar). Se entregan con una caja especial conmemorativa. La versión con correa de aligátor tiene un precio de 4.100 euros, mientras que la versión con correa de caucho vulcanizado tiene un precio de 4.400 euros. Más información en Baume&Mercier.com.