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Un F.P.Journe Centigraphe Souverain recauda 120.000 euros

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F.P.Journe es una de las marcas más exquisitas que hay en el panorama actual cuando hablamos de belleza en acabados, pero es además una de las más importantes en cuanto a nivel de complicación. Un buen ejemplo es el F.P.Journe Centigraphe Souverain, del que se ha hecho una edición única en platino para subastarla a favor del Instituto para el Cerebro y la Médula Espinal y se ha subastado por 120.000 €

El Instituto IMC es el laboratorio de investigación más grande del mundo, con más de 700 investigadores, doctores y pacientes, todos ellos empeñados en la superación de las dolencias del sistema nervioso. François-Paul Journe lleva ayudando al IMC desde 2004. «Todos tenemos a alguien en nuesra familia que sufre de alguna enfermedad nerviosa (Alzheimer, Parkinson o Esclerosis Múltiple), y nuestra única esperanza es contribuir a encontrar un tratamiento». Para ello ha creado la edición única del F.P.Journe Centigraphe Souverain en platino.

El F.P.Journe Centigraphe Souverain es una (otra) de las grandes creaciones del relojero. Es un cronómetro que mide la centésima de segundo; de ahí su nombre de Centigraphe, que significa literalmente «escritor de centenas», mientras que cronógrafo significa «escritor del tiempo». Ahora estamos casi acostumbrados a relojes que ofrecen esa información, pero cuando salió el F.P.Journe Centigraphe Souverain era algo absolutamente inusual. Una auténtica proeza que fue premiada al año siguiente en el Gran Premio de Ginebra con la «Manecila de Oro», el galardón más alto.

Normalmente los relojes que marcan la centésima se mueven como mínimo a 4 hercios o a 5 (28.800 o 36.000 alternancias/hora), pero sin embargo el F.P.Journe Centigraphe Souverain late a tres hercios (21.600 alternancias), lo cual es todavía más prodigioso. Esto lo consigue mediante un sistema patentado que aísla el cronógrafo de la función horaria, lo que significa que la amplitud del volante no se ve afectada por el funcionamiento del cronógrafo. Las manecillas del contador de centésimas, de 20 segundos y de 10 minutos se mueven gracias a dos trenes de ruedaas distintos, ambos conducidos por el centro del muelle real. El barrilete tiene un sistema de mantenimiento de la energía de manera que la fuerza no disminuye durante la carga. Además tiene 80 horas de reserva de marcha sin el cronógrafo, y 24 si está en funcionamiento constante. Todo ello en un precioso calibre realizado en oro macizo.

La esfera del F.P.Journe Centigraphe Souverain subastado está hecha en nácar azul y muestra el logotipo del IMC, además de mantener la placa de oro blanco en la que se sitúan las esferas. La escala taquimétrica convierte unidades de 1 kilómetro a velocidades desde 6 Km/h -caminando- hasta 36.000 Km/h, muy por encima de la velocidad de un cohete en órbita. La manecilla de 1/100 se mueve alrededor de la subesfera en un segundo, en una escala marcada en centésimas de segundo.

A las dos horas la manecilla gira una vez cada 20 segundos, sobre una escala dividida en segundos. El taquímetro externo indica velocidades. La subesfera a las 6 está graduada en 10 minutos y tiene un taquímetro similar con una escala de velocidades con marcadores de 20 segundos. Por ejemplo, un kilómetro recorrido en tres minutos y 40 segundos representa una velocidad de 16,4 km/h (hasta un decimal). Toda esta súper precisión y complicación sin perder un ápice de la exquisitez de los acabados que siempre ha distinguido a F.P.Journe. Sus  relojes se ven a menudo en subastas, así que no es de extrañar que este F.P.Journe Centigraphe Souverain haya alcanzado los 120.000 euros, más del doble de una versión estándar en oro. Y encima por una buena causa, así que no se puede pedir más. Más información en FPJourne.com.

 

 

 

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