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En la muñeca: Clerc Hydroscaphe Central Chronograph

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Clerc es una casa Suiza nacida en el último cuarto del siglo XIX, y en 1998 uno de los descendientes, Gérald Clerc, lanzó la primera colección de su nueva era. Son todos relojes de inmersión con una construcción única que los hace resaltar en un mercado muy saturado. Vamos a ver las características y precio de uno de sus modelos: el Clerc Hydroscaphe Central Chronograph.

Antes de hablar del Clerc Hydroscaphe Central Chronograph hay que hablar del elemento más distintivo de la casa, que es sin duda la caja. Gérald Clerc siempre dice que es la más compleja de fabricar del mundo, y a la vista del dibujo de explosión no voy a ser yo quien le contradiga. La de este modelo, por ejemplo, tiene 103 piezas. Esto para una marca tan pequeña como Clerc es encomiable porque fabricarla tiene que ser costosísimo. Históricamente Clerc tuvo especial empeño en los relojes de buceo y esos genes han permanecido a lo largo del tiempo, con una hermeticidad que no baja de 500 metros (como en este modelo) y llega hasta los 800. Por eso se ve un cristal de 4 mm.

Las cajas son contundentes: diámetro total, incluidas la botonera, corona y protección lateral, de 49,86 mm y un altura 17,30. Dicho fríamente sería como para ni acercarse al reloj por su enormidad. Sin embargo hay que tener en cuenta que el reloj es más ancho que largo y, gracias a su sistema patentado de asas el Clerc Hydroscaphe Central Chronograph se anuda bien a la muñeca sin desbordarla. Es sin duda una buena labor de diseño. Los pulsadores del cronógrafo tiene una forma tan sugerente que dan ganas de accionarlos en cuanto tienes el reloj en la mano. Clerc ha pensado en ello y, previendo que pueda ocurrir dentro del agua, ha añadido 5 juntas internas para mantener la hermeticidad.

Otra de las características singulares de las cajas de Clerc es el bisel, que enmarca «un círculo perfecto en un cuadrado perfecto», como dice uno de los lemas de la casa. En realidad las líneas del cuadrado son imaginarias porque al bisel se le han practicado unos rebajes que terminan por configurar un octógono. El resultado es muy atractivo, resaltado por los índices grabados y tratados con SuperLuminova, naranja en el caso del Clerc Hydroscaphe Central Chronograph. El bisel es unidireccional y, al contrario de lo habitual, no se gira el propio bisel sino que tiene una pestaña retráctil a las 10 horas que es la que lo hace girar. Una vez se pliega la pestaña el bisel queda fijo. En puridad no hacía falta algo así, pero hay que alabar la idea como algo original que añade valor al reloj y que además cuando se pliega forma el logotipo de la casa.

El Clerc Hydroscaphe Central Chronograph existe en 13 versiones por el momento, pero creo que esta en color naranja es la más atractiva de todas. El color ha quedado muy bien, aligera el tamaño de la caja y contrasta perfectamente con el recubrimiento en DLC negro satinado de la caja de acero.

Atravesando el cristal de zafiro nos encontramos con una esfera atrevida, muy legible y seductora, características en este caso unidas inseparablemente al uso de la SuperLuminova naranja que, repito, le queda muy bien. Los índices y el numeral son grandes, al igual que las manecillas esqueletadas y satinadas. La lectura de la hora es inmediata, algo fundamental en un reloj de buceo. A las 6 hay una ventanilla de fecha que seguramente sobraba, pero en realidad casi pasa desapercibida porque parece incluso más pequeña que los índices, así que como tampoco interrumpe la complicación, bien está.

Hablando de complicaciones, la de este Clerc Hydroscaphe Central Chronograph está muy bien, y sobre todo no es muy vista: un cronógrafo central. Al poner en marcha el cronógrafo arranca la manecilla central blanca, dejando sola a la manecilla naranja que es la encargada de medir los minutos. Por tanto el reloj puede medir tiempos de hasta una hora. Más que suficiente para la inmensa mayoría del mundo.

La esfera abre un hueco biselado para acoger una subesfera de 24 horas a las 9 y el pequeño segundero a las 3. Este último, por cierto, no tiene marcas de material luminiscente, algo incomprensible en un reloj de buceo porque así lo mandan las normas. Todas estas funciones las realiza el calibre C608 cuyo origen desconozco, aunque imagino que será un Sellita modficado al que se ha añadido el módulo cronógrafo; quién sabe si quizá de Dubuis Depraz. El caso es que el comportamiento es intachable. El movimiento se puede ver gracias a dos pequeñas ventanas en el fondo del reloj.

Como ya he dicho al principio el reloj se ata muy bien a la muñeca gracias a las asas y a la buena correa de caucho, y queda estupendamente. En seguida notas cuando no lo llevas porque tiene un peso correspondiente a sus hechuras (180 gramos), pero al estar bien equilibrado llevarlo puesto no es en absoluto un problema. Es más, es incluso cómodo.

El Clerc Hydroscaphe Central Chronograph es una edición limitada a 500 unidades con un precio de 9.250 euros. Es un precio arriesgado porque compite con verdaderos pesos pesados en esto de los relojes de buceo, pero a cambio te llevas un reloj que no tiene todo el mundo y con una complicación inusual. Más información en Clerc.com.

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