Como la vida te da sorpresas, este año el ganador del premio al mejor reloj deportivo en el Gran Premio de Relojería de Ginebra ha sido la marca y el reloj que menos se esperaba: el Eberhard & Co. Scafograf 300. Vamos a ver por qué ha ganado el premio, sus características, versiones y precios.
En realidad este Eberhard & Co. Scafograf 300 es una reedición del Scafograf aparecido en los años 50, que es cuando se empiezan a desarrollar de manera expresa relojes de buceo, a menudo solicitados por las ejércitos de marina de distintos países. El Scafograf original tenía un diámetro de 42,5 mm, mucho más grande que los relojes de esa época pero con todo el sentido: tenían que ser visibles bajo el agua y por tanto hacía falta espacio para índices y manecillas más grandes. El 300 corresponde a la profundidad máxima de inmersión. Cuando apareció en 1959 la hermeticidad era de 100 metros, pero ese mismo año salió una versión que bajaba hasta los 200. ¡Y pensar que hay marcas que hoy te dan como mucho 50 en sus relojes deportivos!
En 1964 aparece el Scafograf300 que, como se puede apreciar en la foto, es casi idéntico al actual excepto en el bisel. Así que la casa suiza no ha tenido nada más que actualizar el reloj que ya existía y que era muy moderno de por sí, pero beneficiándose de las técnicas y materiales actuales.
La nueva versión del Eberhard & Co. Scafograf 300 se presenta en tres variaciones estéticas en la esfera. Puede tener la aguja del segundero, el nombre del reloj y los puntos sobre los índices en blanco, en amarillo o en azul, además, por supuesto, de poder elegir entre un brazalete de acero o una correa de caucho personalizada. El diámetro de la caja es de 43 mm y una altura de 12,60. Es, por tanto, un reloj de buceo perfectamente asumible en muñecas actuales sin problemas excesivos.
Para garantizar la hermeticidad hasta unas profundidades a las que por otra parte casi nadie va a bajar nunca, el Eberhard & Co. Scafograf 300 integra una corona roscada y además protegida por dos salientes. Eberhard le ha dado sin embargo un toque que es mucho más común en los relojes de vestir, ya que la corona tiene el frontal pulido y la E de la marca en relieve. Justo enfrente, a las 9, tiene la válvula de helio que se enrasa con la carrura de acero satinado. El bisel de las asas está pulido, aligerando la fornida presencia típica de las cajas de acero de una sola pieza, a la vez que hace juego con la corona para dar un toque elegante a la pieza.
Decía que el reloj se aprovecha de la técnica de construcción moderna, y el ejemplo más claro lo encontramos en el bisel: está realizado en cerámica negra con inserciones blancas luminiscentes. Usar cerámica significa que el brillo y el contraste del bisel no se va a desvanecer con el tiempo, de manera que la foto de arriba no va a repetirse en los nuevos modelos.
La eterna discusión de si ventana de fecha sí o no aquí no tiene lugar, porque el reloj original ya aportaba el dato desde su nacimiento. Está claro que Eberhard quería que su reloj se pudiera llevar a diario en una época en la que la inmensa mayoría de la gente tenía un único reloj. Además ha querido que la fecha no «esté». simplemente (como ocurre en muchos relojes); para ello le ha dado un marco que la dignifica. La ventana recorta el índice de las tres, pero no lo suprime totalmente. Eso quiere decir que también se va a leer en la oscuridad, ya que tanto las manecillas como los índices están recubiertos de SuperLuminova.
El Eberhard & Co. Scafograf 300 está movido por un ETA 2824-2 que, por si aún no se sabe, es un movimiento automático con 38 horas de reserva de marcha y 4 hercios de frecuencia. Es el movimiento que normalmente te encuentras en este tipo de relojes y se agradece que Eberhard lo anuncie claramente en vez de darle un nombre inventado para camuflar el origen, una práctica habitual en la industria. El calibre no se ve porque el fondo es ciego y roscado, pero está bien resuelto gracias a la inscripción circular y la imagen de la estrella de mar (mi mente distorsionada no deja de recordarme al Patrick Star de Bob Esponja). Como se puede ver en la foto de abajo el interior de la correa está conformado por múltiples escudos de Eberhard que ejercen de separadores para permitir el paso el aire, haciendo más cómodo su uso. Es una correa de caucho personalizada excelente. Es sólida pero manejable y muy cómoda de llevar, y se ajusta con una hebilla de gran calidad.
Por su parte el brazalete Chassis, tradicional de la casa, en acero cepillado como la caja, es también muy cómodo. Por supuesto integra el cierre Déclic, el sistema patentado por la casa que incluso forma parte del logotipo. Aunque pueda parecer que el cierre es incómodo, en realidad ni se nota que lo llevas, y sin duda hace virtualmente imposible que se suelte el brazalete porque se enganche con la ropa u otros objetos.
Todas las versiones del Eberhard & Co. Scafograf 300 están ya disponibles en el mercado, con unos precios que van desde los 2.490 euros para la versión con correa de caucho hasta los 3.070 euros con brazalete. Son desde luego unos precios altos para el mercado súper competitivo en el que se mueve y con el movimiento que integra, especialmente si se enfrenta a alguien tan potente como Oris (por ejemplo). El mercado dirá si su presencia más sólida y refinada lo justifica. Mientras tanto el jurado de Ginebra así lo consideró. Más información en Eberhard.com.