Bulova ha aterrizado en España con dos colecciones de hombre y una de mujer (por ahora). Hoy vamos a ver el Bulova Curv, el primer reloj del mundo en que tanto la caja como la esfera y como el movimiento son curvos. Además el calibre es un cuarzo de alta frecuencia, uno de los mejores del mercado.
La gama Bulova Curv es el último hito de una casa que tiene una larga historia. El checo Joseph Bulova fundó la Bulova Watch Company en 1875 tras emigrar a Nueva York, si bien la fabricación se hacía en Biel (Suiza). Su gran hito fue el Accutron, el primer reloj electrónico de muñeca en el que un diapasón (que es el símbolo de la empresa) de 360 hercios controlaba la exactitud y que se movía gracias a un circuito transistor electrónico. El reloj tenía una variación de 2 segundos al día, lo que le consiguió el certificado de reloj de ferrocarril. Se lanzó en octubre de 1960 y fue un enorme éxito para Bulova hasta que en 1969 Seiko lanzó el Astron, con su movimiento de cuarzo. El Astron tenía una exactitud de 15 segundos al mes y era más barato de fabricar. Al final el Accutron se dejó de vender en 1977, pero para entonces se habían vendido más de 4 millones. El 10 de enero de 2008 Citizen compró la empresa por 250 millones de dólares.
En 2010 Bulova presentó el Precisionist, un nuevo tipo de cuarzo que un cristal de mayor frecuencia ( 262 hercios, 8 veces más que que el estándar industrial de 32 hercios), una variación de +/- 10 segundos al año y una manecilla de segundero con barrido, en vez del habitual salto cada segundo. Además el barrido es el más suave porque funciona a 16 saltos por segundo en vez de los 10 de un reloj de 36.000 alternancias a la hora, y desde luego que los 8 saltos por segundo de un reloj automático de 4 hercios. Ese mismo movimiento es el que mueve a los Bulova Curv.
Rara vez se puede ver el movimiento de cuarzo de un reloj, porque es tan atractivo como ver el interior de una radio portátil (además de más caro porque hace falta incluir un cristal). Sin embargo, uno de los modelos Accutron más celebrados de Bulova precisamente hacía eso: dejar la circuitería al aire. En realidad fue producto de la casualidad, porque Bulova produjo relojes que tenían la esfera calada para que sirvieran de expositor en las joyerías. Pero la gente al verlo en los escaparates entraba a pedir ese modelo inexistente, hasta que Bulova lo hizo realidad. Pues bien, en el Bulova Curv de titanio se ha hecho lo mismo: la esfera está un tanto esqueletada para que se vea parte del movimiento, y en la trasera se ha incluido un cristal de zafiro que deja al aire una placa que Bulova se ha esforzado en hacer mucho más atractiva de lo que uno pensaría a primera vista. Sin embargo, para no penalizar los precios, esta opción sólo aparece en los modelos de titanio.
Este Bulova Curv de titanio tiene además unas asas también esqueletadas (como las que vimos en los Porsche Design, aquí) que aligeran la presencia del reloj. Precisamente este modelo de titanio tiene un diámetro un milímetro mayor que sus hermanos de colección, todos de 43 mm. La altura es también unas décimas mayor: 10,1 frente a 9,7 mm. Pero por supuesto todos los modelos (12 en total) presentan la característica que los hace únicos: todo es curvo.
La curva hace que cualquiera de los modelos Bulova Curv sean sorprendentemente cómodos de llevar, porque se adaptan perfectamente a la muñeca. Yo animo a probarlos en algún punto de venta porque es increíble cómo caen sobre el brazo. Y como la altura no es en absoluto excesiva los relojes pueden valer también para muñecas algo más pequeñas e incluso de mujer. La única pega que le pongo a la caja es que la hermeticidad está garantizada sólo hasta los 30 metros. Cien metros hubiera sido lo ideal.
Aunque las esferas varían en su decoración, todas tienen la misma estructura y disposición. Lo más llamativo es la ausencia de manecilla de segundero para la hora; ni central ni en subesfera, porque los tres registros están dedicados al cronógrafo. A las 6 horas se pone en marcha la trotadora del crono, mientras que a las tres se anota la primera hora y a las 9 hasta 12 horas. Es una decisión plausible, pero viendo funcionar la aguja del crono, tan suave, se echa de menos. Ojalá en las siguientes versiones podamos tener un pequeño segundero en una de las subesferas.
Los tres registros están bien remarcados por biseles, mientras que la ausencia de ventana de fecha mantiene la integridad visual, evitando romper el equilibrio de una esfera que resulta equilibrada y elegante. En mucho de los modelos las manecillas están esqueletadas, en cuyo caso están satinadas para mejorar la lectura. En todos los modelos la punta de las espadas están tratadas con material luminiscente.
Las distintas combinaciones de colores y manecillas dan un aspecto distinto a los Bulova Curv, que pasan de ser claramente deportivos a más de vestir, aunque nunca dejan de ser relojes de aspecto muy dinámico. Lo que está asegurado es que siempre haya un modelo que cuadre con la personalidad de cada uno. En eso Bulova ha sido muy inteligente, lanzando muchas versiones y con diversas configuraciones para la muñeca, todas personalizadas: correa de cocodrilo, de caucho o brazalete de acero.
La variedad de materiales también tiene reflejo en los precios: comienzan en 645 euros para la caja de acero con esfera gris y correa de cocodrilo, 745 euros para la versión de acero y esfera azul, o 975 euros para la caja de titanio y detalles en oro rosa. Los relojes ya están disponibles en las tiendas. Más información en Bulova.es