Uno de los lemas asociados a Panerai es «Laboratorio di Idee». Sus diseños inextinguibles nos hacen a menudo perder la perspectiva de que efectivamente la manufactura dedica mucho tiempo y recursos a la investigación de nuevas propuestas, sobre todo en todo lo relativo a los materiales. El ejemplo más claro es sin duda este nuevo LAB-ID, realmente rompedor.
Por supuesto la Officine Panerai también investiga en lo que es la faceta más clásica de relojería, los movimientos. Fruto de ello son los numerosos calibres que ha desarrollado en muy poco tiempo, pero aún más le gusta juguetear con materiales y métodos constructivos. Por ejemplo la caja del Lo Scienziato 1950 Luminor Tourbillon GMT estaba construida en titanio, pero la manera de darle forma era esencialmente distinta -y muy avanzada- a los métodos tradicionales (como vimos en este artículo). Con este LAB-ID ocurre lo mismo, pero la investigación se ha extendido también a la esfera y al calibre.
La caja de este Panerai LAB-ID Luminor 1950 Carbotech 3 Days – 49mm, que es su nombre completo, está realizada en Carbotech, un material que no le es desconocido a Panerai porque ya lo ha usado en otros modelos. El Carbotech es un compuesto a base de -sorpresa- carbono, en este caso en fibra, cuatro veces más ligero que el acero y con las cotas más elevadas de resistencia a la corrosión, y además es compatible con la piel humana. El Carbotech es ampliamente usado en la industria del automóvil (por ejemplo para pastillas de freno), para hacer piezas de sustitución ósea, como elemento de filtración industrial para gases y líquidos e incluso en proyectiles balísticos.
Las innovaciones del LAB-ID siguen en la esfera. En principio sigue las normas de construcción habituales -y legendarias- de Panerai: una estructura de sandwich en la que la parte inferior está impregnada de SuperLuminova (azul en este caso) y la superior lleva cortes para dejar pasar el material luminiscente. La esfera está recubierta con VantaBlack, un material formado por un entramado vertical de nanotubos de carbono que la hacen mucho más negra; a todos los efectos no produce reflejos porque absorbe el 99,95% de la luz. Así que cuando se ven reflejos son del cristal, no de la esfera. El material es tan duro que las leyendas «Luminor Panerai» y «LAB-ID» estén grabadas sobre el cristal porque dicha dureza no permite grabar nada encima.
El resultado es sin duda una de las faces más bonitas y atractivas de todas las que tiene Panerai. Ya sé que decir esto es arriesgado porque al fin y al cabo guarda las formas pero no los códigos históricos de color, pero creo que hasta el Paneristi más purista va a tener dificultades para no caer enamorado de este LAB-ID y su futurista presencia. Y eso a pesar de que la caja tiene un diámetro de 49 mm, nada menos (y es hermético hasta 100 metros).
Pero el verdadero tour de force del LAB-ID es su calibre, que no necesita lubricación. Los puentes y la platina están hechos de un material nuevo, un compuesto a base de cerámica de tantalio con un coeficiente de fricción muy bajo, gracias al alto nivel de carbono en su composición. Esto hace innecesarios los rubíes y sus aceites asociados.
También se ha eliminado la lubricación del escape porque se ha utilizado el silicio y ademá se ha recubierto el tren de engranajes con un revestimiento de DLC (Carbono como Diamante o Diamond Like Carbon en el orginal). Se llama así porque el compuesto transfiere las características de dureza del diamante al carbono. Panerai nos dice que estuvo probando durante dos años qué material sería el adecuado para tratar los componentes de los dos barriletes para que no necesitaran lubricación. La solución llegó mediante el uso de una serie de capas y subcapas de recubrimiento, con la superior también de DLC. Por último, los 4 rubíes también se han recubierto de DLC para que tampoco el antichoque Incabloc necesite lubricación.
Por si fuera poco, el calibre es realmente agradable de ver, con esa presencia de instrumento mecánico que tan bien distingue a Panerai y que va perfectamente con su espíritu: no son relojes para ver profusos acabados de alta relojería, pero los que incorpora están perfectamente ejecutados sin traicionar su espíritu de herramienta concebida para ser usada de manera continua.
Antes decía que el reloj tiene 49 mm de diámetro. Es, sin duda, una medida excluyente, pero a cambio la esfera luce espectacular. También es verdad que el negro zaíno del dial disminuye la sensación visual. Y, en cualquier caso, el reloj se lleva bien en la muñeca. A decir verdad mejor que otros relojes de menor tamaño.
Todos los avances tecnológicos le han permitido a Panerai hacer una oferta única con el LAB-ID: la colección está limitada a 50 unidades y, con su precio de 50.000 euros, se incluye una garantía de 50 años. Desde luego no se había visto nunca nada igual en la relojería comercial. Como son sólo 50 unidades a ese precio es casi anecdótico, pero esperemos que en un futuro adelantos técnicos como estos se vayan generalizando; por el bien de la industria y de nosotros, sus usuarios. Más información en Panerai.es.