La mayor parte de los artículos que aparecen en una web de relojes (ciertamente en Horas y Minutos), están ligados a la actualidad, de una forma u otra. Desde luego no es el caso con este Urban Jürgensen Reference 2340, un reloj difícil de ver dado el tamaño de la manufactura y su limitada red de ventas. Pero es que la belleza hay que compartirla.
UN POCO DE HISTORIA
Este Reference 2340 no es sino la última incorporación (a la espera de lo que veamos en Baselworld) en la colección de una de las pocas manufacturas que han funcionado de manera ininterrumpida desde su fundación. En 1773 Jürgen Jürgensen (que significa «Jürgen, hijo de Jürgen») creó su primer negocio en Dinamarca tras pasar por Le Locle y trabajar para Jacques-Frédéric Houriet, con cuya hija Sophie-Henriette se acabaría casando.
Fueron su hijo Urban (1776-1830) y su nieto Jules (1808-1877) los que se convertirían en los relojeros más famosos de la familia. Urban estudió con Breguet y con Arnold, y se ganó una gran reputación como teórico de la relojería (escribió en 1804 el importantísimo libro Principios Generales sobre la Medida del Tiempo de los Relojes), además de crear y suministrar cronómetros marinos para la Real Armada danesa. Jürgensen ofrecía una amplia gama de productos relojeros. En palabras de Søren Jenry Petersen, el actual dueño y director general de la empresa, «nuestra herencia es la de unos diseños muy contenidos, clásicos y funcionales, con especial atención a la disposición de las esferas, los guillochés, y a un uso honesto de los materiales y el trabajo artesano».
La propiedad familiar de la marca terminó en 1912, y desde entonces el nombre más conocido fue el de «Jules Jürgensen», que en 1936 pasó a manos norteamericanas. En los 80 sus dueños se aprovecharon de la herencia histórica de la marca… ¡para producir relojes de cuarzo! Afortunadamente el relojero y coleccionista Peter Baumberger se hizo con el nombre «Urban Jürgensen & Sønner» y volvió a crear relojes que, estos sí, eran herederos de la sabiduría relojera de la familia original danesa. En 2009 patentó un movimiento con escape de fiador, algo sólo visto en los cronómetros marinos porque el mecanismo es extraordinariamente sensible a los golpes y movimientos bruscos. En mi vídeo sobre los cronómetros marinos de Thomas Mercer (aquí) se puede ver una reproducción del escape. En 2014 la marca pasó a manos de 5 inversores, capitaneados por Søren Jenry Petersen.
URBAN JÜRGENSEN REFERENCE 2340
En realidad el nombre completo del reloj es Jules Collection Reference 2340 WG. Es una colección que por ahora se limita a dos modelos, un tres agujas y fecha (referencia 2240) y el que nos ocupa. La caja es de oro blanco (de ahí el WG del nombre, por white gold) y tiene un perfecto diámetro de 40 mm. Está realizada en tres secciones, culminadas por un bisel convexo y un cristal de zafiro arqueado. Las asas tienen un nuevo diseño para hacerlas más ergonómicas y sobre todo para darles una presencia más contemporánea, sin perder ese gusto por lo exquisito que distingue a la marca.
Uno de los forte de la manufactura, y por tanto también de este Reference 2340 WG, son las esferas. Cuando miramos el reloj nos llegan sin duda aromas de Breguet, pero también de Kari Voutilainen, quien estuvo colaborando con la marca y que, al fin y al cabo, también tiene una clara influencia de Breguet en su gusto por los guilloché, los numerales y las manecillas. Particularmente la manecilla de las horas, con esa forma de manzana hueca tradicional de Breguet, es especialmente Voutilainen: él también la emplea, agrandando la circunferencia para darle más personalidad.
Pero la decoración de la esfera, llamada grenage, merece ser mencionada también, porque es un proceso que -salvo que esté equivocado- ya sólo usa Urban Jürgensen. El grenage tuvo su origen a finales del siglo XIX y ya está prácticamente abandonado debido a su dificultad y coste, ya que está hecho a mano. Cada esfera comienza con una platina de plata sobre la que se graban los huecos para los numerales y marcadores varios. Dichos bajorrelieves se rellenan a mano con laca, que se hornea para endurecerla. Después se pulen a mano. A continuación se depositan las distintas placas de grenage, compuesto por una mezcla secreta de plata, sales y otros ingredientes. Mediante una reacción electroquímica la superficie toma la textura final, una escarchado finísimo que sin embargo no se impone sobre el resto de los elementos de la esfera. El resultado es refinado, bello y atemporal.
La ventana de fases lunares también requiere un capítulo aparte. En este Reference 2340, como en todos los relojes de la casa que lo tienen, el disco lunar también está hecho a mano. Se parte de una base de acero que se pule a espejo y a la que se la hacen incisiones que serán las futuras estrellas y la luna. Sobre esos huecos se deposita polvo de oro puro, que se funde para que forme una superficie maciza. Tras un nuevo graneado y pulido de toda la superficie, el acero de calienta hasta que se azula, con ese azul característico de la manufactura.
Por último, los dos discos lunares de oro macizo, con la superficie pulida a espejo, se colocan sobre sus correspondientes huecos. En total se necesitan más de 20 operaciones para conseguir el disco de fases lunares. La más poética de las complicaciones luce en los relojes de Urban Jürgensen con especial gusto.
El reloj está animado por el calibre manual P4, un movimiento desarrollado por la casa que no lleva el escape de fiador sino un escape de áncora suizo tradicional, entre otras cosas para mantener los precios controlados. Aún así no hay que menospreciarlo: mide 32 mm de diámetro, una medida perfecta para el diámetro del reloj. Sólo hay que ver lo bien que queda la ventana de fecha. El volante está ajustado en 5 posiciones, como los cronómetros, y está dotado de parada de segundero y una autonomía de 60 horas. No es de las mayores del mercado, es cierto, pero no está nada mal. El volante se mueve a 3 hercios (21.600 alternancias/hora). El calibre está decorado de manera imecable, destacando especialmente las Côtes de Genève con disposición en rayos de sol cuyo centro es el volante.
Los relojes de Urban Jürgensen, como este Reference 2340 WG, son exquisiteces relojeras muy buscadas por los coleccionistas más avezados, pero poco conocidas por el común los aficionados a la relojería (por no hablar del público en general). Sé positivamente que la idea de Søren Jenry Petersen es cambiar esta situación. Es decir, la manufactura no va a producir nunca grandes cantidades de relojes (la empresa tiene ahora unos 15 empleados), pero sí debe conquistar un espacio que es suyo por derecho propio entre lo más elevado de la alta relojería. Y no sólo por historia, que muchas casas ya la tienen, sino por la belleza de sus piezas, la artesanía de su construcción y lo mucho que ofrecen por el dinero que valen. Por ejemplo, el Reference 2340 cuesta 43.100 francos suizos (40.500 euros al cambio). Para mí Urban Jürgensen es una da las marcas que deben figurar en la colección de todo buen aficionado. Ojalá alguna vez esté en la mía. Más información en UrbanJürgensen.com.