El Hublot Classic Fusion 45 Aerofusion Black Magic es un epítome de todo lo que representa la marca: nuevos materiales, formas llamativas y esferas caladas. Vamos a ver qué argumentos tiene este cronógrafo para triunfar, incluido su precio.
Este Classic Fusion 45 tiene dos definiciones en un mismo nombre: Classic Fusion y Aerofusion. Si podemos perdonar el hecho de que un reloj tenga un nombre compuesto por siete palabras (vamos, como la realeza), esos dos términos nos dan una idea de cómo ubicar el reloj dentro de la colección. Los dos Hublot que hemos visto hasta ahora (y por ahora) pertenecen también a la colección Classic Fusion (son éste y éste). Y es que la Classic Fusion es la gama «de vestir» de Hublot, que se puede identificar fácilmente por el uso de índices en vez de numerales.
Pero también es «Aerofusion», lo que significa que toma uno de los elementos más significativos de los Big Bang: la esfera calada o esqueletada. Y además es un cronógrafo, como la gran mayoría de los Big Bang. Así que no es precisamente el más heterodoxo de los relojes de vestir, pero poco les importa ni al reloj ni a su dueño: el Classic Fusión 45 tiene otros argumentos para convencer. Para empezar su caja de 45 mm de diámetro (de ahí su nombre) está realizada en cerámica, pero muy bien tratada: mezcla satinados y pulidos en la carrura y en el bisel superior para dotar de elegancia al conjunto y alejarla de cualquier parecido a un cronógrafo de los muchísimos que hay en el mercado.
El resultado de esa combinación es muy atractivo porque el satinado está muy bien realizado y da una gran sensación de calidad. Los obsesos de la simetría echarán en falta que los tornillos del bisel estén alineados, pero es seguramente un mal menor que queda oscurecido por la imponente presencia de la esfera, que desborda con su personalidad.
Seguramente es la esfera sobre la que gravita toda la decisión de si gusta o no el reloj, si se compra o no. El esqueletado es una decisión capital a la hora de crear un reloj porque prácticamente siempre se impone sobre cualquier otro aspecto de la pieza. Hublot AMA el esqueletado, hasta el punto de que lo ha convertido en su característica más singular y diferenciadora. Por otra parte desnudar la esfera lleva intrínseco un peligro: la falta de legibilidad por culpa de un fondo en el que pasan muchas cosas y que pueden distraer o dificultad la lectura de la hora.
Pues bien, el Classic Fusion 45 Aerofusión Black Magic sale bastante bien parado en cuanto a la hora se refiere. Utiliza manecillas de espada largas y unos índices de baguette (doble a las 12) que se asientan sobre la esfera en plaqué rodiado. El resultado es mucho mejor de lo que uno esperaría, porque la lectura de la horas y minutos es muy buena. No hay ningún momento en el que las manecillas se encuentren perdidas (salvo en la oscuridad, claro, porque no hay tratamiento luminiscente). Las dos subesferas (pequeño segundero a las 3 y contador de 30 minutos a las 0) sufren algo más porque las agujas no son tan anchas, pero aún así el conjunto no decepciona en ese departamento.
El reloj añade una fecha a las 6 que viene dada por un disco de fecha -también calado- que recorre el borde exterior de la esfera. Cuando pasa sobre las 6 lo hace sobre un fondo blanco, de manera que se pueda leer bien. No es un prodigio de legibilidad, pero también es verdad que se hace sin mayor impedimento que el del poco tiempo que cuesta acostumbrarse.
Toda la animación de la esfera hay que agradecerla al calibre Hublot 1155. Tras ese nombre se esconde en realidad un ETA 2894-2, un movimiento cronógrafo más que sobradamente probado. Oscila a 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 42 horas. Como el calibre mide sólo 28 mm de diámetro resulta demasiado pequeño para el reloj, lo que queda compensando por la adición de una sección extra de cerámica con letras grandes, muy a tono con el espíritu del reloj. Pero por una vez se echa de menos algo de literatura en la trasera, porque su simpleza desmerece el conjunto. Podrían por ejemplo haber incluido la información sobre la hermeticidad, que es un dato importante y no aparece ni en el manual de instrucciones (aunque asumo que es no mayor de 50 metros). Eso sí, Hublot personaliza el rotor, lo que saca al movimiento de su rutinaria presencia.
A pesar de los 45 mm de diámetro el reloj queda bien en la muñeca, sobre todo porque al ser tan oscuro, tan negro de hecho, la sensación de tamaño es menor. Además, el caucho de la correa -recordemos, otro signo definitorio de Hublot- es cómodo, cálido y se adapta muy bien al pulso.
La sensación de calidad del reloj es notable porque la cerámica le queda francamente bien. El precio, sin embargo, puede ser difícil para muchos: cuesta 16.050 euros. Pero por ese precio te llevas toda la personalidad de Hublot que, al fin y al cabo, es muy distinta y distintiva. Además de la incuestionable calidad de fabricación con materiales de última generación. El reloj ya está disponible en los sus puntos de venta, y hay más información en Hublot.es.