Como supongo que nadie ignora, el domingo por la noche se celebró la esperada ceremonia de entrega de los Oscars. En lo que a nosotros concierne esta ceremonia marca el inicio de la presencia de Rolex en los Oscars como patrocinador, y para celebrar la ocasión creó un anuncio de nada menos que de 60 segundos resumiendo parte de sus apariciones en películas.
Ver a Rolex en los Oscars resulta tan natural que parecería que estado ahí en todas las ediciones. Rolex inventó el marketing de relojes (bueno, casi podríamos decir que inventó el Marketing, con M mayúscula) y siempre ha tenido un ojo impecable para elegir qué eventos esponsorizar y con qué nombres relacionarse. Por ejemplo su patrocinio del tenis, perfectamente asimilable a sus rasgos de elegancia y por supuesto de precisión (aquí vimos su por ahora última gran aparición en este deporte). Por eso todo el mundo se sorprendió cuando pasó a ser imagen de la Fórmula 1, pero fue un golpe de genio porque la exposición es máxima sin grandes exigencias a cambio: mientras que Omega ha desarrollado (y sigue haciéndolo) excelente tecnología para medición de competiciones de la que se siente justa y merecidamente orgullosa, tal como vimos aquí y aquí, la sola presencia del nombre de Rolex y quizá un reloj convencional en la pista le sirve para que le atribuyan ese intangible de «la máxima exactitud necesaria en un evento deportivo». No se puede lograr más con menos.
Ahora la marca coronada ha decidido esponsorizar otro acontecimiento global: los Oscars. Y por supuesto nuevamente le va que ni pintado, porque dónde mejor para encontrar un Rolex que entre el mundo del glamour y la fama en el que además se entregan muchas estatuillas que provocan innumerables momentos de felicidad. Asociar todo esto con una marca de relojes no tiene precio (bueno, seguro que lo tiene y seguro que exorbitante), y Rolex ha dado nuevamente en el clavo haciéndose con ello. Probablemente ha hecho crujir los dientes de envidia a más de una marca competidora, porque ver a los Rolex en los Oscars significa que los Oscars se van a asociar a partir de ahora con los Rolex y con nadie más.
Para remarcar aún más la idea de la toma de posesión de la marca, Rolex lanzó un montaje de 60 segundos con momentos de distintas películas en las que aparecen e incluso se nombran sus relojes. Así podemos ver a Peter Sellers, Paul Newman, Bill Paxton (triste y repentinamente fallecido el sábado) o Harrison Ford, entre otros, llevando un Rolex. Pero lo más llamativo es que no llevaban los relojes porque estuvieran patrocinados por la marca, sino que los llevaban ellos (y ellas) por su propio gusto.
Por supuesto no están todas las apariciones porque entonces no sería un vídeo de 60 segundos sino de 60 minutos. Por ejemplo aquí arriba vemos un fotograma de Argo, que en 2013 ganó el Oscar a la mejor película. Y, salvo el Casino Royale y Peter Sellers de 1967, no hay nada de James Bond (ni siquiera este Casino Royale se puede considerar una auténtica película de James Bond). Seguramente será un problema de copyrights. Sí es gracioso cómo en Apollo XIII, en la que como sabemos todo el protagonismo -merecido e históricamente cierto- se lo lleva el Omega Speedmaster, el vídeo ha conseguido colar un Rolex GMT Master.
En definitiva: Rolex en los Oscars es otro indudable acierto de la marca, que una vez más y de manera discreta hace saber quién manda en todo esto. Os dejo a continuación el vídeo para que podáis echar un rato tratando de averiguar qué películas y qué actores aparecen. Más información en la web dedicada de Rolex.com.