Nadie se imaginaba que el Grupo Richemont lanzaría un smartwatch, y desde luego que nunca lo haría fuera del SIHH, su plataforma de comunicación más potente. Y sin embargo aquí está: Montblanc Summit, el smartwatch con el que el Grupo se lanza a un mercado cada vez más disputado e interesante.
El mismo día que publicaba el lanzamiento de la nueva versión del TAG Heuer Connected (aquí) Montblanc lanzaba sorpresivamente su propia versión. Es verdad que, como todo en estos tiempos, se había estado anunciando algo nuevo con una campaña basada en los triángulos (como la foto que encabeza el artículo) pero nadie se pensaba que podría ser lo que de hecho es el Montblanc Summit.
Sin embargo tiene sentido que, si una manufactura del Grupo iba a tener un smartwatch, esa fuera Montblanc. Al fin y al cabo lleva ya tiempo aunando tecnología y saber hacer tradicional, sobre todo en los instrumentos de escritura. El Augmented Paper, por ejemplo, es uno de sus grandes hallazgos. O por ejemplo, y como artículo de piel, el E-Tag que vimos aquí. Recordemos que la casa ya había jugueteado con la idea de lo conectado con su E-Strap, una idea interesante pero con muy poca proyección (la vimos en vídeo aquí). ¿Por qué entonces no seguir ese camino, que no colisionaba la relojería tradicional, sino que la complementaba? Pues porque en dos años las cosas han avanzado mucho y ahora se puede ofrecer un smartwatch con prestaciones muy similares a las que estamos acostumbrados en el móvil, en términos de nitidez de pantalla y sobre todo rapidez de manejo.
Y es que el Montblanc Summit integra el chip Qualcomm® Snapdragon ™ Wear 2100, que es la última generación desarrollada por la empresa norteamericana. Seguramente Montblanc podría haber elegido un chip más barato, pero usando éste se asegura de que el reloj va funcionar con la rapidez necesaria durante años. Y además es el mejor chipset para mover Android Wear 2.0, la última edición de Android para relojes inteligentes. Como se puede imaginar esta nueva versión es mucho más fluida y poderosa que la anterior, así que la sensación cuando te mueves por las esferas y los menús es perfectamente satisfactoria porque los tiempos son instantáneos. Además la pantalla es AMOLED y tiene la máxima resolución que hay actualmente 400×400 (286 ppi), muy importante para el tamaño de la pantalla.
El cristal de zafiro que recubre la pantalla está levemente curvado (levísimamente diría yo) porque Montblanc quiere ahondar en la idea de que el Summit nace de una casa relojera, no simplemente de una tecnológica de consumo. El cristal sufre, por cierto, del mismo problema que los cristales de los teléfonos: las huellas. Sin embargo el brillo es tan potente que pasa por encima del problema con buena nota.
Una de las cosas más llamativas del reloj es su tamaño: la caja tiene nada menos que 46 mm de diámetro. No sólo eso, además está inspirada en la colección 1858 (de la que se puede ver un glorioso ejemplo aquí) y por tanto tiene sus mismas asas alargadas. El conjunto es, por tanto, de unas medidas que van a tener poca conmiseración con las muñecas pequeñas. Sin embargo el grosor es sólo de 12,5 mm, por lo que se lleva mucho mejor de lo que uno pensaría a primera vista. Y es hermético hasta 50 metros (IP 68).
Montblanc ha creado el reloj con cuatro variantes de caja: en primer lugar la que vemos aquí, con acero recubierto de PVD Negro. Con caja de acero bicolor y bisel de acero recubierto de PVD negro, en acero con acabado satinado y en caja de titanio grado 5 también con acabado satinado. Cada versión le da una personalidad distinta al reloj, desde la más discreta a la más deportiva. A eso le añade ocho correas fácilmente intercambiables: una correa NATO con sujeción de caucho en negro, azul, verde o rojo; una correa de piel de becerro negro o con el maravilloso acabado Sfumato de color marrón o azul marino de la Pelletteria Montblanc en Florencia (Italia), y por último también existe la opción de correa de cocodrilo. Las correas se pueden intercambiar fácilmente a través de pasadores de cambio rápido creando una multitud de looks y estados de ánimo. Un configurador online estará disponible para encontrar la combinación de caja y correa perfecta para cada ocasión. Si a esto le unimos las diferentes esferas se pueden crear más de 300 apariencias únicas. Y Montblanc promete seguir suminstrando esferas para descargar.
Porque en los smartwates, y el Montblanc Summit no es una excepción, la personalización y la experiencia de usuario es lo más importante. Por eso el reloj viene equipado con un software notable: Runtastic, que funciona junto con el sensor de ritmo cardíaco, un giroscopio, una brújula y un barómetro, está cargada en su forma Premium gratis durante 3 meses. La aplicación Google Play Music permite sincronizar música en la memoria interna del Montblanc Summit, que llega a unas respetables 4 gigas. Los códigos de barras de la tarjeta de embarque del avión pueden ser escaneados directamente desde la pantalla; una colaboración con Uber ofrece un rápido acceso a los coches; y la aplicación precargada Foursquare City Guide ofrece la función de búsqueda de restaurantes y experiencias en la ciudad. Además integra un traductor activado por voz. Y por supuesto están todas las aplicaciones de la Google Play. Además las subesferas se pueden personalizar de manera que se utilicen para la información que se desee: desde un pequeño segundero a las notificaciones de correo, alarma, sms,…
La caja del Montblanc Summit incluye una corona típica de la colección 1858, pero no gira; se utiliza pulsándola para volver atrás en la pantalla. A ambos lados tiene un micrófono para recibir órdenes. No hay un altavoz, pero creo yo que el cliente de Montblanc que compre este reloj no va a ser de los que vaya hablando -y sobre todo escuchando- a voces por teléfono. No creo que lo eche de menos. En la parte trasera destaca el sensor cardíaco y los dos puntos de carga (unas 4 horas para una carga completa), aunque también se puede cargar con un micro-USB como habitualmente se usan en los teléfonos (no en los Apple). También llama la atención el «Made in China». No sé yo si eso va a favorecer la venta, dada la carga negativa que la leyenda lleva. Pero se agradece la sinceridad de Montblanc.
Una última función que es muy importante para todos aquellos que llegan a un smartwatch desde la relojería: el Montblanc Summit, gracias a la nueva versión de Android, tiene pantalla en reposo. Eso quiere decir que cuando no se está mirando el reloj no parece una piedra negra (como le pasa al Apple Watch), sino que siempre tiene apariencia de reloj. La pantalla en standby es simplemente la que se tiene elegida como principal, solo que «esqueletada», por así decir. Pero su brillo la hace distinguible incluso a la luz del día.
Se me había olvidado decir que además de las esferas de la colección 1850 el Montblanc Summit también cuenta con dos de la colección TimeWalker: el tres agujas y el cronógrafo. Supongo que en próximas versiones la casa permitirá que cada uno personalice todo como quiera (aunque se cometan crímenes contra la estética). Eso favorecería aún más la unicidad del reloj, que es al cabo lo que todo el mundo busca.
El precio del Montblanc Summit comienza en 945 euros y en la versión en titanio más cara sube 145 euros más, lo que es muy razonable. Eso es un precio sensiblemente inferior al de TAG Heuer, pero éste tiene sus propios argumentos. Yo creo que este reloj va a a ser un éxito para Montblanc porque encaja muy bien en su gama de productos, pero en cualquier caso va a ser una batalla interesante esta de los smartwatch «de alto nivel» (podríamos decir), porque seguro que llegarán más contendientes. Veremos. Más información en Montblanc.es.