Yo, la verdad, tengo suerte. De hecho tengo MUCHA suerte: cada año voy a Ginebra y tengo la posibilidad de disfrutar, si quiera brevemente, de las maravillas que propone A. Lange & Söhne. Pero no sólo eso: es que encima puedo hablar con alguna personal relevante de la empresa, en charlas que son siempre no sólo interesantes, sino distendidas y empáticas. Así fue sin duda la que tuve con Tino Bobe.
Esto no sería posible sin la ayuda, coordinación y apoyo de la agencia de medios de Lange en España, The White Office Comunicación. Y en particular de su directora Ángeles Moya que me acompaña e incluso me aguanta estoicamente mientras tomo fotografías a los relojes, una labor que sólo es entretenida para quien las hace pero aburridísima para quien simplemente está allí acompañando. Bendita sea.
De hecho lo primero que hice en el primer día del SIHH 2017 fue entrevistar a Tino Bobe y después sesión fotográfica con los relojes. Dime tú si se puede empezar mejor una semana relojera. Y, aunque la casa sea muy germana, su gente es excepcionalmente cercana y amable. De hecho llegué a la entrevista un cuarto de hora antes, a las 8:15 y, ¿quién salió a recibirme? Nada menos que el Director General, Wilhelm Schmid, a quien sólo había conocido el año pasado cuando le entrevisté. Y venía muy ufano (en segunda acepción) a enseñarme su nuevo reloj, el Zeitwerk Decimal Strike en oro miel. Estaba encantado, como cuando eras pequeño y enseñabas el reloj de la primera comunión (claro que con un reloj así yo también lo estaría, la verdad). Y allí se puso a posar para aquellos pocos que estábamos por allí a esas horas, tan contento.
La verdad es que cuando va a arrancar una feria todo el mundo está deseando que comience y hay un ambiente entre excitado y feliz. Y con ese aire casi festivo comenzó mi SIHH. Al poquito nos recibió Tino Bobe y pasamos a una sala (salita más bien). Allí saqué yo mi lista numerada de diez preguntas… cuyo secuencia se desbarató antes de que las enunciara, simplemente con la pequeña charla previa. Pero como da igual el orden, la reproduzco tal cual tuvo lugar.
Santiago Tejedor: El año pasado, cuando entrevisté a Mr. Smchid, me dijo «no hacemos relojes de mujer». Pero este año sí que los presentan. ¿Qué porcentaje de clientes es femenino y cuál masculino?
Tino Bobe: No sabría decirte con seguridad porque el hecho es que, hoy en día, muchas mujeres compran nuestro Lange 1. De hecho más y más mujeres compran relojes más grandes, y el Lange 1 es perfecto para ellas. Por eso no te puedo dar una cifra exacta, pero yo diría que entre el 15 y el 20% de nuestros clientes son mujeres.
S. T.: ¡Pues es bastante!
Tino Bobe: Pues sí. Desde el principio hemos sido fundamentalmente una marca masculina, pero a lo largo de los años desarrollamos el Little Lange 1 (en 2014, para el vigésimo aniversario de la marca). Y hemos tenido los Saxonia y Saxonia Automatic con esferas de madreperla. Nosotros no queríamos ser arrogantes y crear relojes sólo para hombres (¿quizá una subliminal referencia al antiguo lema de IWC «Mientras haya hombres» en el año en que hacen mucho hincapié en los DaVinci de mujer? Hmm…). Intentamos tener relojes de mujer, pero es verdad que no era nuestra especialidad.
S. T.: Un 15 o un 20% de clientes es un número sustancial. ¿Cree usted que Lange llegará a crear un reloj específicamente de mujer partiendo de cero?
Tino Bobe: Bueno, comprenderás que no puedo hablar de proyectos futuros, pero por el momento no existe esa idea. Es que estamos muy contentos con estos relojes. Si te fijas, el Saxonia tiene 35 mm de diámetro y 7,3 mm de altura que es un tamaño perfecto para mujer. Y luego está el nuevo Little Lange 1 Moonphase. Es la primera vez que lo hacemos sin piedras preciosas en el bisel. La decoración es sólo el guilloché, y es precioso. En mi opinión es un reloj potente para mujer, una oferta perfecta. Aunque parta de un reloj ya existente.
S. T.: ¡Es que partir del Lange 1 no puede ser mejor comienzo! Otro de los productos que se presentan es el 1815 calendario anual. En la colección de Lange ya existe un Saxonia Annual Calendar. ¿Quién va a comprar uno y quién va a comprar el otro?
Tino Bobe: El Saxonia tiene un calibre automático. El 1815 (año de fundación de la casa) se caracteriza por dos cosas: los numerales arábigos con minutería de ferrocarril, muy influido por la estética de los relojes de bolsillo de la época. Y, como clásico que es, tiene un calibre manual. Así que yo creo que el 1815 va más dirigido al connoisseur, al aficionado, al amante de lo clásico. A alguien que disfruta del placer de dar cuerda a su reloj todos los días. Y eso que tiene 72 horas de reserva de marcha.
S. T.: 1815 es el año de fundación, y no puede haber mejor homenaje que nombrar una colección completa con ese guarismo. Siendo tan significativo y siendo la gran fecha de Gutkaes tan trascendente para el diseño de Lange (porque no se entiende la marca sin ella), ¿por qué no hay un 1815 con gran fecha?
Tino Bobe: Buena pregunta. En primer lugar no quieres crear confusión en los relojes. La gran fecha tiene numerales arábigos, al igual que la esfera del 1815. Imagínate una gran fecha con el 25 en medio de los numerales de la hora. Sería confuso. Además, como decía antes, el 1815 tiene una inspiración clásica, y queremos mantenerla. Al fin y al cabo sí, la gran fecha está inspirada en el reloj de Gutkaes, pero se incorporó en los relojes de pulsera modernos. No existía en los antiguos. Mezcla bien con los numerales romanos, no con más arábigos.
S. T.: Viendo el Tourbograph, otra hazaña -¡una más!- de Lange, uno se pregunta ¿de dónde viene la inspiración? ¿Cuáles son sus referencias? ¿Arte, música, personas…?
Tino Bobe: Viene de muchos puntos. Uno muy sustancial son las interesantísimas discusiones con nuestros clientes. Oyéndoles hablar nos surgen muchas ideas. No es que nos digan «¿por qué no hacéis un calendario perpetuo así o asá?». Más bien son comentarios como «pues he visto un reloj de bolsillo precioso con tal o cual función…». Hablando con esta gente, tan infectada como nosotros de este virus de la relojería, se nos ocurren cosas.
Y por otro lado está nuestro equipo. Los diseñadores de los calibres están siempre bullendo, y nos vienen con esta o aquella idea. O el Sr. Schmid viene con sus ideas… Así que hay muchas fuentes que luego discutimos entre nosotros y decidimos como empezar con los conceptos. No todos progresan, pero son puntos de inicio. A veces hemos rechazado un reloj porque, aunque era viable, resultaba más grande de lo que consideramos proporcionado. Ocurre cuando siempre estás yendo más allá con las ideas.
Ángeles Moya: Ayer nos contaba que por ejemplo diseñar el puente del Tourbograph fue una pequeña pesadilla, por su forma.
Tino Bobe: Claro, es que hay muchas posibilidades. Podría haber sido de formas rectas. Pero alguien sugirió «¿y por qué no seguir la forma de la esfera?». Y a todos nos pareció que en efecto debía ser así. Así que se lo dijimos a producción, y el director nos puso esta cara de… «Estáis completamente locos. ¿Cómo pensáis que voy a hacer esto? ¿Doblándolo?»
Á. M.: Es más como una forma de ola…
Tino Bobe: ¡Claro! Así que hubo que pensar cómo programar la máquina numérica para conseguirlo, y después vino el compañero de acabados y dijo «estáis completamente locos. ¿Cómo voy a hacer este pulido?». Fue una batalla. No quiero decir una batalla negativa sino una preciosa, creativa. ¡Pero una batalla al fin y al cabo! (se ríe).
Aunque el puesto que aparece en su tarjeta es el de Director de Fabricación, Tino Bobe es mucho más. Estamos acostumbrados a verle en los vídeos altamente técnicos de la casa con el título de Director de Investigación y Desarrollo, un título más acorde con lo que representa su labor en la empresa. De hecho buena parte de las patentes que solicita la manufactura van firmadas por él. Viéndole en los vídeos uno podría crearse la idea de que es un ingeniero sesudo y serio, pero nada más lejos de la realidad: es un hombre afable, de risa fácil y buen humor.
S. T.: Hablando de un reloj tan complicado, o incluso no tan complicado: ¿cómo se busca el equilibrio entre el reto relojero y el lado comercial? ¿Existe ese problema en Lange?
Tino Bobe: Claro que sí. Puedes tirarte días haciendo una pequeña pieza del movimiento y sí, el cliente va a quedar fascinado. Pero también tiene unas expectativas, y el producto no puede ser más caro de lo que debe. Si tienes un reloj como el Tourbograph, que sólo pueden hacer cuatro o cinco relojeros, claramente el precio no es el problema. Donde sí puede haber este problema es en un 1815 Calendario Anual, porque los quieres a un precio razonable.
A la vez hay que respetar nuestro ADN, y eso lleva tiempo porque todos los Lange tienen la misma calidad de acabados. Así que sí, es una tarea complicada conseguir el equilibrio deseado. También nos ayuda el servicio técnico. Cuando un modelo tiene unos cinco años y pasa por el servicio técnico, lo que se le hace y cómo se le hace nos da pistas de cómo mejorar los procesos para ser más eficientes en la construcción.
S. T.: ¿Ve usted a Lange usando alguna otra forma que la circular en sus cajas?
Tino Bobe: Bueno, al principio tuvimos el Arkade y el Cabaret.
S. T.: Ya, pero esas líneas desaparecieron.
Tino Bobe: Es que si tienes una producción pequeña tienes que reducir el catálogo porque si no no llegas. Pero eso no quiere decir que un día… Ten en cuenta que ahora mismo un distribuidor de Lange maneja unas 65 referencias, así que la gama de productos no se puede expandir constantemente. Además si ensanchas demasiado el cliente llegará a su tienda y no encontrará su reloj; estará perdido. Y por otro lado está el vendedor. Cada vez que presentamos las nuevas incorporaciones hablamos también de qué relojes vamos a retirar. Muchas veces nos dicen «¡no no, ese no que se vende muy bien». Vale, pero tenemos que hacer hueco para los nuevos modelos. Sería muy sencillo si no se vendieran, pero afortunadamente no es el caso.
S. T.: ¡Pues vaya un problema! ¡Ya quisieran muchas compañías!
Tino Bobe: Ya pero es que sí es un problema: ¿qué reloj le quitas al relojero para hacer espacio? ¿El Lange 1? Obviamente no. ¿El Datograph? Ni tocarlo, te dicen. ¿Terraluna? Ni hablar. ¿Cuál quitas? ¡Te digo, es un problema!
S. T.: Aún así, es un problema muy poco visto hoy en día… Por acabar: si no tuviera restricciones económicas, ¿qué reloj tendría?
Tino Bobe: (Inspiración profunda, expiración lenta, pensativa)… Es siempre muy difícil decidir. Para nosotros nuestro relojes son nuestros bebés, y los quieres a todos. Pero yo creo que sería el que llevo ahora, el-
S. T.: Esa era mi última pregunta, cuál lleva ahora (casualmente el reloj suena, con su timbre audible pero delicado, porque ya son las 9:30).
Tino Bobe: Pues este Zeitwerk Decimal Strike. Me he acostumbrado a organizar mi tiempo con él. Por ejemplo si estoy en una reunión y suena me doy cuenta del tiempo que ha pasado y que nos estamos extendiendo, así que me sirve para cortar. Tenemos muchas, muchas cosas que hacer en Lange.
¡Para fortuna de los que nos gusta la relojería!