El Bell & Ross Vintage BR V1-92 Military es un ejemplo de la pericia de B & R para crear relojes de inspiración militar con una presencia rabiosamente retro y con poderosa capacidad de seducción, en este caso gracias a una medida muy contenida y una impecable ejecución como reloj de aviador.
Basta echar un vistazo a la página que hay en Horas y Minutos específicamente dedicada a Bell & Ross (esta de aquí) para ver que he publicado ocho artículos sobre lanzamientos de la marca en 2017. Uno menos que de Omega, y eso que la diferencia de tamaño entre esta y Bell & Ross es descomunal, como lo es la capacidad de la estrella del Grupo Swatch para lanzar modelos nuevos continuamente. Eso da una idea de, primero, lo activa que es Bell & Ross y, segundo, lo acertado que me parecen siempre sus relojes.
Uno de esos artículos se centraba en la nueva generación de los relojes BR Vintage, una de las más firmes patas del negocio de la casa parisina. En esa nueva generación hacía aparición los BR V1-92, un modelo de 38,5 mm de diámetro destinado a aquellos con muñecas más pequeñas o que simplemente les gustan los relojes más pequeños, y a las mujeres. El tamaño tiene una ventaja adicional: como los relojes de la colección tienen su inspiración en los instrumentos militares, nada mejor que tener unas hechuras más comedidas para ser más fiel a su origen.
Estructuralmente la caja del BR V1-92 Military es la que ya conocemos en los relojes de Bell & Ross: acero pulido y satinado y cristal de clara inspiración vintage y por tanto con una pronunciada forma de domo. Eso sí, de zafiro, para evitar las inevitables rayaduras que atormentan a los cristales minerales. Es además un reloj delgado porque el denominado BR-Cal. 302 (un Sellita SW 300 automático) levanta sólo 3,6 mm, permitiendo así una caja más chata y por tanto evitando encontronazos con los puños de las camisas.
Así que donde se centran las miradas es en la esfera, que atrae de manera instantánea. El BR V1-92 Military utiliza una esfera negra y brillante sobre la que toman posiciones los índices horarios tratados con Super-LumiNova beis, igual que las manecillas. Esto recuerda al tritio ya gastado de los relojes militares. Por debajo de los índices aparecen escritos los minutos múltiplos de 5, y a las doce un triángulo. No hace falta decir la clara inspiración militar y, más concretamente, de los relojes de piloto. A las 6, en rojo, las iniciales MT (Military Type) presentan un llamativo contraste con el resto de la esfera.
¿Se le puede poner alguna pega al reloj? Yo creo que la principal en este caso es la ventana de fecha. Siempre he alabado el que, ya que tener fecha es casi obligatorio, Bell & Ross las sabe hacer discretas. Pero en el caso de este BR V1-92 Military, que quiere ser fiel al espíritu de los auténticos relojes del ejército, poner una ventana que estropea tanto el 20 como el 25 me parece un error innecesario que además puede echar atrás los deseos de quienes buscan un reloj militar fiel a los modelos originales. Y si me pongo muy tiquismiquis pediría que el logotipo hubiera sido más pequeño (o mejor aún, dejar sólo el &) y ubicarse un pelín más abajo, para tener simetría con el círculo de MT.
Pero, me ponga como me ponga, ni aún queriendo buscarle las cosquillas disminuye el innegable magnetismo de este Bell & Ross BR V1-92 Military, que queda estupendamente bien. Es cómodo de llevar, discreto cuando tiene que serlo e informal cuando hace falta. El conjunto se completa con una correa de cuero aviejado, de buen grosor y textura, que termina de redondear la oferta. Tiene un precio de 1.990 euros, que es el mismo que el de su hermano en blanco y negro, y ya está disponible en la tienda electrónica de Bell & Ross y en sus distribuidores autorizados. Más información en Bell&Ross.es.