En junio hará dos años que se presentó la colección Presage en Madrid, un acontecimiento del que dimos cumplida cuenta en este artículo. En él ya mencionaba este Seiko Presage Prestige, una edición especial conmemorativa del 60 aniversario de la aparición del primer reloj automático de Seiko. Después analicé los Presage en esta entrada pero se me había quedado en el tintero esta opción, así que era hora de enmendar el error.
El Seiko Presage Prestige SPB041J1 se distingue de sus hermanos en varias cosas que lo hacen ponerse en el tope de gama. La caja sigue siendo de 42 mm de diámetro y la corona igualmente poderosa para poder manejarse con ella sin problemas. La hermeticidad también es de 100 metros -algo realmente encomiable en relojes que no tienen la corona roscada- y el cristal superior también es de zafiro, pero ahí se acaban los parecidos. Mientras que los Presage normales se parecen mucho (o recuerdan mucho) al diseño de los Grand Seiko -como éste-, el modelo que nos ocupa es mucho más tradicional en su esfera, claramente inspirado en el primer reloj de pulsera de la casa, entonces llamada Laurel:
Los numerales son claramente los mismos, pero las manecillas ya no son Breguet sino que tienen forma de hoja (igualmente tradicionales) y además están azuladas, lo que automáticamente otorga un plus de belleza. La base de la esfera está decorada con un guilloché alterno que en sastrería llamarían de espiga. Es a la vez elegante y sobrio porque no es evidente siempre sino que depende del ángulo de la luz que incida sobre la esfera, como siempre en Seiko; pero anima la cara del reloj para que no sea tan seria. El patrón sólo se ve interrumpido por el indicador de reserva de marcha y la subesfera de la fecha que, como es habitual, sitúa en el centro de la misma el 1, no el 31 como hacen los relojes suizos.
El carril de los minutos lleva marcados también sus fracciones, perfectamente señalados por la gran aguja del segundero. Como ya hemos visto en otros modelos esta aguja tiene un largo contrapeso terminado en media luna que le da un aspecto también muy clásico, a la vez que aporta mucha elegancia y, de manera inconsciente, una idea de precisión cronométrica.
El reloj se mueve gracias al calibre 6R27. Esta es otro rasgo distintivo de este Seiko Presage Prestige, porque el 6R27 se mueve a 4 hercios (no 3 como sus compañeros antes citados), tiene parada de segundero, carga bidireccional y además se puede dar cuenta manualmente. Ninguna de estas características están en el calibre 4R57. La decoración del calibre es más bien espartana, pero el rotor tiene Côtes de Genève y, sobre todo, se ve gracias al cristal posterior. Esto siempre es de agradecer.
Por último, el reloj se ata gracias a una correa de cocodrilo (no de piel, como es habitual). Los relojes de Seiko nunca son insustanciales en la muñeca, y este desde luego tampoco. Se llevan estupendamente porque están muy bien equilibrados en sus medidas y porque la sensación de calidad está siempre presente. Este Presage Prestige es también así.
El reloj se presenta en una buena caja, de gran tamaño y muy elegante, con una combinación de madera y acolchados perfectamente resuelta. Por supuesto el reloj está disponible en la Boutique de Seiko en Madrid, y su precio es de 990 euros. Un buen precio para un reloj que está muy por encima de lo que podemos encontrar en ese nivel de coste. Más información en Seiko.es.