Icono del sitio Horas y Minutos

La colección Cartier 2018

 

El año pasado Cartier reorganizó sus objetivos como marca para recuperar una posición que había perdido como marca comercial porque se había centrado en los desarrollos de alta relojería. No es que los haya abandonado del todo: hace no mucho Carole Forestier, la creadora de los calibres de la marca y una de las personas más importantes de la relojería contemporánea (y no estoy seguro de que tenga todo el reconocimiento que se merece), decía que no habían abandonado los proyectos y de hecho estaban trabajando en un nuevo ID (después de los sorprendentes ID 1 y ID 2). Esto es una gran noticia por todo lo que significa de impulso a la técnica relojera, pero no tiene relevancia comercial; o al menos no inmediata. Así que, aunque hemos vistos algunas complicaciones (y deliciosas, por cierto), la colección Cartier 2018 se distingue por una estrella:

 

SANTOS DE CARTIER 2018

En efecto: este año marca el regreso de un nuevo Santos de Cartier, uno de los grandes, grandes iconos de la relojería de la manufactura. Y con todo el derecho, porque es un reloj que tiene todo lo que se busca en una leyenda. Para empezar, su origen mítico: diseñado para Alberto Santos-Dumont, que necesitaba un reloj para sus vuelos y su amigo Cartier le hizo uno en 1904 que podía llevar en la muñeca. Su diseño, siempre reconocible. Sus formas cuadradas evocan la arquitectura parisina de la época, todo pureza y simetría, que simulaban las cuatro aristas vivas de la Torre Eiffel. Y también sus ocho tornillos del bisel, un reflejo de la arquitectura urbana de su tiempo, llena de acero y partes mecánicas. Todo ello combinado con la esfera clásica de Cartier: números romanos y manecillas de espada, generalmente azules.

Para la colección Cartier 2018 la manufactura a repensado el Santos y, con su maestría en el uso de las líneas, ha creado un diseño aún más estilizado en el que todo fluye aún mejor. Es decir, el Santos ya era un reloj cómodo de llevar (de otra manera no hubiera tenido el favor de los compradores durante tantas décadas), pero ahora lo es aún más. Y destaca sobre todo el nuevo brazalete, que ahora integra el sistema QuickSwitch, que permite el intercambio de todos los elementos disponibles para abrazar el reloj a la muñeca: brazalete metálico (acero u oro) o piel de becerro o aligátor. Con una simple presión se suelta o se engancha. Fácil, elegante y, comercialmente, interesante porque favorece el tener más de uno. Además los brazaletes presentan el sistema SmartLink de ajuste del largo: cada uno de los eslabones SmartLink está equipado con un pulsador que permite sacar la barrita de fijación y retirar o añadir uno de los eslabones de metal bruñido decorado con tornillos del reloj Santos de Cartier.

Las novedades se extienden al calibre automático 1847 MC, resistente a los campos magnéticos que nos rodean en nuestro día a día. Y además el reloj es hermético hasta los 100 metros. Y, como siempre en Cartier, las variaciones son infinitas para que todo el mundo pueda encontrar aquel modelo que más le guste. Era ya un éxito incontestable y ahora lo va a ser mucho más.

 

DRIVE DE CARTIER 2018: EXTRA FLAT

El Drive de Cartier es, en mi opinión, el gran reloj de hombre de Cartier. Es realmente masculino, novedoso en sus formas y con unas complicaciones -y precios- que lo hacen una de las opciones a considerar muy seriamente cuando se va a comprar un reloj. El año pasado Cartier presentó su versión Extra-Flat en oro rosa y oro blanco, consiguiendo el aplauso unánime por su perfecta interpretación de lo que debe ser un reloj de vestir. Ahora incorpora dos nuevas versiones: una en oro amarillo y, más importante aún, en acero.

El reloj tiene unas medidas de 39 mm (ancho) por 38 mm (largo) y, sobre todo, una altura de tan solo 6,6 mm. Eso lo convierte en una presencia ligera sobre la muñeca, pero gracias a sus medidas en ningún caso intranscendente. Es la combinación perfecta: elegancia y discreción. Por dentro se mueve el calibre de cuerda manual 430 MC, basado en el Piage 430P., aunque no se ve porque la trasera es ciega, para evitar que un zafiro posterior aumente el grosor de la pieza. De este modo tenemos una pieza asequible (en acero) y otra más lujosa y con un claro acento vintage (en oro amarillo). Un indudable acierto.

RÉVÉLATION D’UNE PANTHÈRE

Creo que si hay que buscar una opinión unánime sobre qué reloj de mujer a encandilado a absolutamente todo el mundo, ese es sin duda esta sibilina pantera. Y es que la técnica empleada por Cartier, famosa por sus movimientos “misteriosos”, para hacer aparecer y desaparecer el rostro de la pantera, te llena de asombro. Como un niño viendo magia.

El efecto se crea mediante pequeñas bolas de oro que, con el movimiento de la muñeca, van desplazándose de un lado al otro de la esfera y cuando pasan por el centro forman la cara del animal. Es una auténtica complicación de la esfera, original, delicada, fascinante y muy elegante. Un reloj que todo el mundo quiere tener, aunque sea de mujer. Ah, y además el calibre es mecánico.

ROTONDE DE CARTIER DOBLE TOURBILLON MISTERIOSO ESQUELETO CALIBRE 9465 MC

El movimiento Doble Tourbillon Misterioso, creado en la Manufactura de La Chaux-de-Fonds en 2013, marca un hito en la historia de la relojería Cartier: el tourbillon parece encontrarse suspendido en el espacio, sin ninguna conexión aparente con el resto del movimiento. El volante doble completa una vuelta sobre sí mismo en 60 segundos, mientras que la jaula realiza una segunda rotación, completando cada vuelta en 5 minutos. Los componentes están acabados a mano, con puentes biselados, flancos estirados y cabezas de tornillos pulidas.

El reloj está certificado con el “Poinçon de Genève” y tiene una caja de platino de 45 mm y un grosor de 12,40 mm. Es una edición limitada a 30 piezas, aunque hay una versión disponible con caja de platino y diamantes talla baguette en el bisel.

 

ROTONDE DE CARTIER DÍA Y NOCHE MISTERIOSO CALIBRE 9982 MC

El último reloj que presentamos de la colección Cartier 2018 es esta delicadeza que enamora a primera vista. El reloj Rotonde de Cartier presta la generosidad de su esfera a dos complicaciones históricas de Cartier: el movimiento misterioso y el indicador Día/Noche. Estas dos complicaciones inscritas en el patrimonio relojero de Cartier nacieron el mismo año, 1912, bajo la forma de un reloj: el Modelo A, en el caso del movimiento misterioso, y el reloj conocido como “cometa” o “planeta” en el caso del movimiento día/noche. Por primera vez en la Alta Relojería, Cartier combina estas dos complicaciones: de izquierda a derecha, el sol, animado por el movimiento misterioso, se desplaza como si levitara en la parte superior de la esfera. Luego la luna toma el relevo. La luna y el sol, dos astros estilizados que, uno después del otro, señalan las horas del día y de la noche mientras la progresión retrógrada de los minutos se visualiza en la parte inferior de la esfera. Una lectura etérea del tiempo, magnificada por una esfera en la que alternan el guilloché radiante y el motivo satinado efecto rayos de sol. Todo en una caja de oro rosa u oro blanco y 40 mm de diámetro y 10,7 mm de altura, por lo que es igualmente válido para hombres y mujeres.

La colección de Cartier 2018 se asegura por tanto dos objetivos: una presencia comercial masiva y otra, sutil pero igualmente importante, en el mundo de la alta relojería. Más información en Cartier.es.

 

Salir de la versión móvil