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En la muñeca: Nuevos Bell & Ross Nightlum y Horoblack

Bell & Ross Nightlum y Horoblack

A la izquierda el Nightlum y a la derecha el Horoblack

De cara a Baselworld 2018 se han presentado los nuevos Bell & Ross Nightlum y Horoblack con unas esferas que buscan la máxima luminosidad y contraste. Cada una con una características distintas y distintivas y cada una muy atractiva en su propio terreno.

Desde que Marie Curie descubrió el radio la sustancia se ha aplicado en  un montón de campos, con un desconocimiento absoluto de su enorme peligro. El mejor ejemplo es la propia Curie, que murió víctima de los efectos de la radiación y cuyos cuadernos y muebles están tan contaminados que aún hoy no se considera segura su manipulación. Al menos su sacrificio sirvió para lanzar a la medicina clínica hacia el nivel que hoy disfrutamos.

El radio también comenzó a utilizarse en los relojes, ya que durante la Primera Guerra Mundial para los soldados era muy útil saber la hora en la oscuridad. Como sabemos es la Gran Guerra el origen de los relojes de muñeca, porque los soldados comenzaron a atarse sus relojes de bolsillo al brazo para poder ver la hora sin quitar ojo al enemigo. La costumbre de pintar las esferas con material luminiscente siguió después de la guerra, aunque a finales de los años 2o el mundo se dio cuenta del peligro del material radioactivo y se comenzó a tratar con más cuidado. Aún así el radio sobrevivió hasta los años 60, acompañado por el tritio. Éste es también un material radioactivo, pero su actividad tóxica no rebasa nunca la caja del reloj.

En los años 50 la japonesa Nemoto & Co. Ltd (de la que Seiko es accionista mayoritario). presentó la Luminova, un pigmento luminiscente. Al contrario que los materiales radioactivos, que emiten luz por sí mismos, los polvos fosforescentes se cargan como una pila para emitir luz, que poco a poco va apagándose hasta que se vuelve a cargar. Aunque no da tanta luz como el tritio la ventaja es que su duración va mucho más allá de los aproximadamente 20 años de tritio, y por supuesto no es peligrosa. Nemoto se unió a RC TRITEC Ltd. para fabricar y distribuir en Suiza la SuperLumiNova, una evolución de la Luminova con más luminosidad y duración.

Ahora mismo todos los relojes suizos que brillan en la oscuridad llevan SuperLumiNova, pero su brillo y duración depende de la cantidad de pigmento que se use y sobre todo del tipo de pigmento que lleve. Los  Bell & Ross Nightlum y Horoblack llevan SuperLumiNova como todos sus hermanos de empresa, pero el Nightlum lleva SuperLumiNova C3, que ya la habíamos visto en los Longines VHP (aquí con fotos en vivo). Y eso marca la diferencia.

El Bell & Ross Nightlum tiene una caja de 42 mm de diámetro de cerámica negra mate, como también es mate la esfera, porque de lo que se trata es de resaltar las manecillas y los índices y numerales. Si la visibilidad de los relojes de Bell & Ross es siempre excelente, en este NightLum lo es todavía más. La pigmentación es tan potente que incluso se nota a la luz del día. Pero es que cuando está cargada la SuperLuminova el efecto es brutal. Casi sirve de señal de emergencia en la carretera.

Sólo hace falta compararlo con el Horoblack. El año pasado Bell & Ross lanzó el Horolum -que vimos con fotos en vivo- y ahora presenta una versión en edición limitada de 999 unidades en la que se ha cambiado los índices y manecillas para pintarlos de negro. Es un cambio que le viene muy bien porque le da mucha más personalidad. La caja sigue siendo de 42 mm de lado y fabricada en acero pulido a chorro de arena. Pues bien, aunque su visibilidad nocturna es muy buena, al lado del Nightlum parece hasta pobre. Así de potente es la SuperLumiNova C3. A cambio el Horoblack es muy elegante en la oscuridad, más que el Nightlum. Y eso es un factor que también cuenta cuando tiene que elegir un reloj en el que su característica más destacada es la visibilidad. Ambos relojes llevan un calibre automático, probablemente un Sellita SW 300, y quedan estupendamente en la muñeca, con la presencia  inconfundible que les da la caja cuadrada.

Quien vea cualquiera de estos relojes sabe que es un Bell & Ross. No es un detalle menor, porque en el rango de precios en que se mueven hay muchos relojes; pero gastarse el dinero y tener un reloj que sobresale por encima de la media es un activo muy importante, toda vez que desafortunadamente no nos podemos comprar relojes cada dos por tres. El Horoblack tiene un precio de 2.990 euros mientras que el Nightlum alcanza los 3.400 euros. Y es que la cerámica es más cara que el acero. Los relojes ya aparecen en la web de la casa, pero no estarán disponibles hasta después de Baselworld. Más información en Bell&Ross.es.


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