Todos tenemos un pasado, y Hamilton aún más. Aunque hemos visto la marca formar parte del siglo XX y vestir a Elvis Presley o habitar Marte, en realidad su historia se remonta a mucho antes y muy lejos de su ubicación actual en Biel.
UN POCO DE HISTORIA
La Hamilton Watch Company nació en 1892 en Lancaster, Pensilvania, y presentó su primer reloj en 1893. Como las demás casas relojeras comenzó haciendo relojes de bolsillo para después pasar a hacerlos de pulsera. La producción en Norteamérica duró hasta 1969, año en que se trasladó a Büren an der Aare, en Suiza, la sede de la casa relojera del mismo nombre (Büren) que Hamilton había comprado en 1966. El 16 de mayo de 1974 la empresa se vendió a la Société Suisse pour l’Industrie Horlogère (SSIH), que acabaría siendo el Grupo Swatch.
Durante la expansión del ferrocarril estadounidense Hamilton tenía el 56% del mercado. De hecho toda su producción iba destinada al mercado de los trenes, gánandose el derecho a usar la frase «el reloj de exactitud ferroviaria». Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial Hamilton abandonó los productos de consumo para centrarse en los relojes militares, que hoy día siguen siendo uno de sus grandes éxitos (por ejemplo éste).
En 1918 los relojes Hamilton fueron elegidos como los cronómetros oficiales de los primeros vuelos del servicio de correos entre Washington, Filadelfia y Nueva York. En 1926 cronometró el primer vuelo al Polo Norte.
El prestigio de la marca en la década de los 30 llevó a Hamilton a convertirse en el reloj oficial de las cuatro grandes aerolíneas de Estados Unidos: TWA, Eastern, United y Northwest. Desde entonces Hamilton ha mantenido su unión a escuadrones militares, servicios de rescate, equipos de demostración y pilotos acrobáticos. En 2017 se convirtió en el Cronometrador Oficial de la Red Bull Air Race, creando unos relojes que vimos aquí con fotos en vivo.
HAMILTON X-WIND AUTO DAY-DATE
Para celebrar la relación centenaria con la aviación Hamilton lanza nuevas versiones de su apreciado Khaki X-Wind Auto, un reloj que se distingue por integrar una regla para calcular el ángulo de corrección de los vientos cruzados, un factor que si no se tiene en cuenta desviará indefectiblemente el rumbo del avión. Esta es la regla que se ve en la esfera. En el reverso del reloj hay otra escala que sirve para calcular el componente de vientos cruzados a la hora del aterrizaje. Claro que todo esto hoy en día se calcula con una computadora antes de emprender el viaje, pero es una preciosa recreación de los instrumentos que sí usaban los pilotos antiguamente.
Los nuevos Hamilton X-Wind Auto Day-Date integran, como su nombre indica, la función de fecha y día por primera vez. Lo hacen gracias al calibre H-30, el famoso Powermatic 80 que recibe su nombre de las horas de reserva de marcha. El reloj tiene una caja de 45 mm de diámetro en acero o en acero con revestimiento de PVD negro. En la esfera negra destacan perfectamente los numerales y las manecillas, todos repletos de Super-LumiNova.
El conjunto tiene una presencia muy potente y atractiva. Y no lo es menos el precio: 995 euros.
HAMILTON X-WIND AUTO CHRONO
La otra opción es la versión crono, seguramente la favorita de los seguidores del modelo, también con caja de acero o de acero con PVD negro y 45 mm de diámetro.
La versión con caja de acero prefiere las manecillas de jeringuilla, con claro estilo retro. La versión de PVD, sin embargo prefiere unas manecillas más modernas, al igual que los numerales. Tiene un aire muy Breitling que le sienta muy bien. Es moderno, afilado, poderoso. Por dentro, el eterno Valjoux 7750, que en Hamilton se llama H-21. Y lo mejor de todo, un gran precio: 1.995 euros, cuando relojes con ese mismo calibre cuestan unos 500 euros más. Es una gran opción, sin duda. Más información en Hamilton.es.